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PACIENCIA ESTRATÉGICA IRANÍ: GUERRA BLANDA E ISRAEL

Salam Al Rabadi*

Desafortunadamente, siguiendo el patrón de las estrategias de muchos países basadas en un interés exagerado en temas de derechos humanos, mujeres y democracia en Irán (como el caso de la muerte de la joven iraní Mahsa Amini), ya no es posible ignorar el alcance de la explotación política, seguridad y cultural que se está produciendo. Este patrón fue adoptado previamente en Siria, lo que llevó a su entrada en el atolladero de la guerra desde 2011. Por lo tanto, con base en la presencia de Irán en la misma dirección política, se siguió el mismo patrón, en el que la problemática se relaciona principalmente con la confrontación del creciente poder iraní.

En principio, hay una estrategia que ha quedado clara y conocida y que se basa en trasfondos culturales cuyo principal objetivo es fragmentar las sociedades desde dentro (guerras blandas). Hay muchos países (Israel en particular) no pueden aceptar en absoluto la realidad de la presencia de Irán como una gran potencia regional. A pesar de todas las políticas de sanciones seguidas para aislar y marginar a Irán durante los últimos 45 años, pudo desarrollar su propia fuerza y ​​consolidar su influencia regional.

En consecuencia, aquellos países que son hostiles a Irán no tienen más remedio que avanzar hacia la explotación de algunos temas controvertidos dentro de la sociedad iraní relacionados con los derechos humanos, las mujeres y la democracia, con el fin de desestabilizarla y debilitarla. Por lo tanto, estos países avanzaron hacia la opción de la guerra blanda a través de:

    1. Penetración cultural dentro de la sociedad iraní para desgarrar su estructura política.
    2. Apoyar movimientos terroristas, incluido el intento de reproducir un nuevo ISIS.

En este contexto, hay mucha evidencia que confirma estas intervenciones externas destinadas a sumergir a Irán en conflictos y guerras internas, que incluyen, entre otros:

    • Incautación de cargamentos de armas procedentes del extranjero, coincidiendo con el inicio de disturbios internos.
    • Desmantelar células terroristas que planeaban asesinar a figuras de origen árabe y realizar operaciones terroristas en lugares religiosos para desencadenar una guerra civil.
    • Detención de grupos terroristas vinculados a inteligencia extranjera que trabajen en el contrabando de armas.

Sobre la base de estos hechos, parece que el objetivo principal es destruir la estructura social, exagerar la polarización política y socavar la estabilidad de la seguridad, para que Irán se vuelva más frágil y sujeto a división. Prácticamente, la República de Irán se enfrenta a una guerra híbrida, cuyo objetivo político se basa en enfrentar la influencia iraní que se basa en:

    1. Insistir en continuar con el programa nuclear.
    2. Apoyar los movimientos de resistencia frente a la ocupación israelí de Palestina.
    3. Estar presente en Siria y ayudar al ejército sirio en su guerra contra los movimientos terroristas.
    4. Apoyar a los hutíes en Yemen de forma permanente.
    5. Consolidar la influencia en Irak a todos los niveles.
    6. Acercamiento estratégico tanto con Rusia como con China.

Aquí hay que reconocer que las tensiones internas iraníes son una carta ganadora que Estados Unidos e Israel han tratado de explotar para incitar al pueblo iraní contra el régimen y chocar con él. Esta nueva situación o desafío requirió que el gobierno iraní adoptara una visión diferente sobre cómo lidiar con tales desarrollos. De hecho, el gobierno iraní y sus instituciones de seguridad siguieron una política de moderación y no dieron ningún paso provocativo que pudiera conducir a un enfrentamiento. Por el contrario, se ha trabajado en:

    • Absorber la ira de la gente y permitir manifestaciones.
    • Supervisar de cerca la situación de seguridad y controlar las células terroristas.
    • Revelar a la sociedad iraní las sucias políticas de movilización e incitación mediática.
    • Evidencia de que muchos movimientos de oposición están vinculados a la agenda de países extranjeros.
    • Vincular los hechos internos con el patrón basado en la implementación del modelo sirio en Irán.

En este contexto, e independientemente de la capacidad del gobierno iraní para enfrentar estas guerras blandas, existen desafíos políticos, culturales y de seguridad interna muy serios que ya no se pueden ignorar y requieren una reconsideración de muchas políticas que se pensaban se han vuelto axiomáticos, incluyendo:

    • Ya no es posible seguir una política que se basa en responsabilizar a los gobiernos iraníes y neutralizar al Líder Supremo de la Revolución (o la institución de la Guardianía del Faqih) de cualquier responsabilidad.
    • La existencia de cambios radicales vinculados a las amenazas a la seguridad, que ya no se limitan a la amenaza israelí, sino que se extienden a los movimientos terroristas.
    • Aumentando las complejidades asociadas a los planes extranjeros que buscan socavar los cimientos del estado iraní.
    • Las crisis internas parecen ser las más peligrosas, y pueden llevar a hacer concesiones estratégicas a nivel del expediente nuclear, la causa palestina, la relación con Siria y los movimientos de resistencia.

En resumen, el interés exagerado en los temas de derechos humanos se da en el contexto de las presiones a las que Irán ha estado expuesto durante décadas para lograr objetivos geopolíticos. Sin embargo, de acuerdo con cómo Irán enfrentó los desafíos anteriores, parece que es capaz de superar las dificultades actuales, ya que los pilares del Estado siguen siendo sólidos en todos los niveles.

Además, no debe subestimarse la capacidad de Irán para reevaluar sus relaciones exteriores, basándose en la ecuación de que la seguridad de Irán está vinculada a la seguridad de la región. Irán tiene muchas opciones que mejoran esta ecuación. Hay complejidades multidimensionales vinculadas a la realidad iraní, ya sea en términos de programa nuclear o de aumento de la intensidad de la colisión con Israel o de seguridad energética. Por ejemplo, ya no es posible confiar siempre en la continua moderación de Irán en Yemen y las repercusiones estratégicas regionales y globales resultantes, al menos en el nivel de los equilibrios de seguridad energética global.

Sin mencionar que si la paciencia estratégica de Irán se agota, no es nada improbable que Irán apunte directamente a los intereses israelíes. Quizás en algún momento la confrontación sea directa dentro de la propia Palestina ocupada. Como Irán es plenamente consciente de que todos los intentos de desestabilizarlo no pueden desligarse en absoluto de las reacciones de Israel, que se enfrenta a un peligro existencial tras perder todas sus guerras con el eje de resistencia que es apoyado total e ilimitadamente por la República de Irán.

 

* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de Santiago de Compostela, España. 

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LA HIPOCRESÍA DE JUNTOS POR EL CAMBIO RESPECTO DEL PRESUPUESTO DE DEFENSA Y LA NECESIDAD DEL PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO

Marcelo Javier de los Reyes*

El dramaturgo Bertolt Brecht expresó: «Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad».

La verdad es que cuando gobernó Cambiemos continuó con la misma política de Defensa y de desinversión que mantuvieron los gobiernos kirchneristas, tal como lo manifesté oportunamente.

El 5 de septiembre Juntos por el Cambio, que no están ni «juntos» ni promueven ningún «cambio» —que para mostrarse distintos de sí mismos cambiaron su nombre de «Cambiemos», así como sus socios en la incubación de las desventuras de la Nación pasaron de llamarse «Frente para la Victoria» a «Frente de Todos»—, emitieron un comunicado de prensa sobre la III Jornada de JxC de Análisis del Presupuesto de Defensa 2022. Según el mismo «El presupuesto de Defensa deja indefensa a la Argentina» y entre sus conclusiones expresa que «el presupuesto de Defensa es irrelevante e insuficiente para cumplir con la Defensa Nacional, poniendo en riesgo al país y a los efectivos de nuestras Fuerzas Armadas»… toda una gran revelación.

Agrega que «por décadas la desatención sobre el presupuesto de Defensa ha provocado el efecto equivalente a una decisión no escrita de “desarme unilateral”, lo cual ha conducido a una situación de virtual indefensión del país». Esta situación «expone a nuestros militares a un riesgo innecesario para sus vidas al operar con medios obsoletos y mal mantenidos». Y lo dicen sin sonrojarse a pesar de que entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019 fueron gobierno gerenciando la miseria de las Fuerzas Armadas desde el Ministerio de Defensa.

El propio presidente Mauricio Macri habría expresado en una reunión con los altos mandos militares: «Suscribo a todo, hay que unificar y reducir gastos, acostúmbrense a que no hay plata»[1]. Cabe destacar que en 2014, el porcentaje destinado a Defensa respecto del PIB fue del 0,88%, en 2015 del 0,85%, en 2016 del 0,81%, en 2017 del 0,86%, en 2018 del 0,75%, en 2019 del 0,71% y en 2020 del 0,76%[2].

En abril de 2017 el gobierno de Cambiemos anunció un recorte del presupuesto de $ 4.600 millones para el Ministerio de Defensa, ocasionando la suspensión de proyectos —como el de desarrollo de UAV (unmanned aerial vehicle) o vehículo aéreo no tripulado (VANT)—, la racionalización en Líneas Aéreas del Estado (LADE), lo que incrementó la desarticulación territorial de la Argentina en un país en el que ya en la década de 1990 se desmanteló el sistema ferroviario nacional y las líneas fluviales y marítimas, con las consecuencias que ha tenido en el costo de los fletes, la destrucción de las rutas y el incremento de los accidentes viales debido al aumento del transporte automotor de mercaderías.

A lo mencionado cabe recordar que el presupuesto para los agentes civiles de Inteligencia Militar fue “0”. No es necesario mencionar nuevamente lo que detallé en 2017.

A partir de lo expuesto, las cúpulas de las Fuerzas Armadas tienen que asumir que con la actual dirigencia política, oficialismo y oposición, la situación no cambiará en términos presupuestarios. Las Fuerzas Armadas no pueden seguir formando pilotos para una Fuerza Aérea que no tiene aviones y lo mismo es válido para el Ejército y la Armada, porque las únicas que se favorecen son las empresas privadas: los pilotos militares, formados a un alto costo por el Estado Nacional, renuncian para pasar al sector privado. Se siguen formando submarinistas y la Armada no tiene submarinos. Lo hace con la esperanza de que en algún momento algún gobierno adquiera los submarinos, un arma estratégica sumamente necesaria para la Nación. En este punto, aún no se ha determinado quiénes fueron los responsables del «accidente» del «ARA San Juan», de lo que estimo que la responsabilidad debería caer sobre el gobierno y las autoridades navales que tuvieron a su cargo la reparación de media vida así como el gobierno y las autoridades navales que le dieron la orden de zarpada a un submarino que no estaba en condiciones de navegar. Para 2017 había un informe del Ministerio de Defensa sobre todas las falencias que tenía la nave pero, además, ya había un antecedente en el que los tripulantes estuvieron a punto de no poder emerger.

De tal manera que es necesario proceder a una planificación estratégica en términos de Defensa, independientemente del presupuesto. Es necesario ajustar en los recursos humanos pero hay que hacer algunas salvedades. El Ejército Argentino cuenta con casi 58.000 efectivos pero en el caso de una fuerza de tierra se requiere una mayor cantidad de hombres como apoyo logístico por cada combatiente. En este sentido, debe considerarse que la movilización de combatientes requiere el acompañamiento de mayor personal destinado con fines logísticos: personal de servicios, médicos, enfermeros, etc.

Por su parte, la Armada tiene aproximadamente 17.000 efectivos, carece de su arma de submarinos, buena parte de la Flota de Mar no navega y para el presupuesto de 2023 se ha contemplado navegar la ZEE ¡solo 65 días! Aquí se entiende por qué se produce la depredación de nuestras riquezas del Atlántico Sur, a lo que se suman las erróneas políticas diplomáticas y las decisiones que toman los gobiernos de turno. Entre ellas haber ordenado al personal de Inteligencia que «no había hipótesis de conflicto» cuando buena parte del territorio nacional y de su espacio marítimo está siendo usurpado por el Reino Unido, el cual mantiene esa colonia a los efectos de asegurar su proyección antártica y de controlar el estratégico paso bioceánico. Del mismo modo, la Argentina prácticamente hoy tampoco cuenta con una fuerza aeronaval.

La Fuerza Aérea Argentina tiene aproximadamente 14.000 efectivos para unos 24 aviones de combate, entre los que se encuentran los Pucará, los Pampa, los A4, y los destinados a otras misiones como los Hércules y los Lear Jet. Evidentemente aquí se aprecia una desproporción que roza el sinsentido.

De esto se deduce, entonces, que debería reducirse el personal administrativo y civil a los efectos de disminuir los gastos de personal innecesario, el cual sigue vigente para mantener unas Fuerzas Armadas que ya no existen en la misma dimensión. En términos económicos, el sistema de Defensa está sobredimensionado en función del presupuesto actual y futuro.

Así como existe una desproporción del personal de la Fuerza Aérea respecto de los aviones de combate operativos, también la desproporción está en función de los radares. Los radares de última generación no precisan de personal, ni siquiera de personal adicional para su custodia porque podrían ser emplazados en unidades militares —en lugar de localizarlos en lugares para los cuales debe disponerse de custodia— o en aeropuertos y aeródromos que ya cuentan con una guardia.

Con la finalidad de reducir los costos se debería unificar el Comando Antártico y trasladarlo a Tierra del Fuego en lugar de tener sede en la ciudad de Buenos Aires. Esta medida, a su vez, favorecería la Soberanía Nacional a partir de una mayor presencia militar en el sur del país.

Por otro lado, deben tenerse en cuenta las experiencias del conflicto entre Ucrania —léase la OTAN— y Rusia. En tal sentido, se podría contar con una Fuerza Aérea mínima con efectos disuasivos —obviamente más y mejor equipada que la actual— pero poniendo el énfasis en el desarrollo de drones kamikaze y de misiles. Cabe tener en cuenta que los actuales drones iraníes usados por Rusia tienen un costo de unos US$ 20.000 dólares por unidad y un alcance de aproximadamente 2.000 kilómetros. Si el costo de una aeronave ronda los US$ 60 millones o más, podrá estimarse la cantidad de drones que podrían adquirirse, o mejor aún construirse, con el dinero destinado a un avión. Si se construyen en la Argentina se avanza en el desarrollo tecnológico y se favorece a empresas nacionales.

Debe, asimismo, ponerse la mira el desarrollo de la guerra electrónica, ámbito en el que la Argentina se encuentra totalmente indefensa. Ello debe ser complementado con un amplio plan de radarización.

En términos más vinculados al fitness, las Fuerzas Armadas deben adelgazar y poner el acento en su desarrollo muscular en función del magro presupuesto que la oligarquía política le impone, más por ideología y dilapidación de recursos con vanos fines políticos que por la carencia real de recursos. Ante esta mezquindad de los políticos, las cúpulas de las diversas armas deben optimizar las mismas acorde al magro presupuesto.

Si se desean optimizar los medios debe ajustarse en el ámbito de los recursos humanos. Si el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada tienen efectivos a los que no pueden darle no solo un sueldo digno sino tampoco alimentación y mínimas prestaciones que debe recibir todo militar, entonces se hace necesario obrar con pragmatismo. Las Fuerzas Armadas pierden personal calificado no por una cuestión salarial sino más por frustración: no pueden volar, no pueden navegar, no pueden realizar prácticas de tiro, etc. En síntesis, por no poder desarrollar sus capacidades como militar profesional.

Si me preguntaran si es esto lo que desearía para nuestras Fuerzas Armadas, está claro que no, dado que la Argentina es el octavo país en extensión territorial, a lo que se le suman millones de kilómetros cuadrados del espacio marítimo.

Simplemente apelo a lo que estimo que es el buen criterio ante una situación que, está claro, esta dirigencia no tiene intenciones de modificar a pesar de que la Argentina está siendo sometida a una guerra híbrida de la que participan potencias extranjeras, terroristas en la Patagonia con apoyo externo, ONGs también con respaldo externo y dirigentes políticos que no aprecian esta situación, a los que no les importa o que responden también a intereses contrarios a los nacionales.

Argentina está frente a una guerra híbrida, a una guerra de inteligencia, sin Fuerzas Armadas y con un Sistema de Inteligencia Nacional destruido adrede durante estos años de supuesta democracia. Para hacer frente a esta realidad, los altos responsables militares deben obrar con pragmatismo y proceder a una planificación estratégica, a una reestructuración de las fuerzas, en función del presupuesto que los políticos les destinan.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Edgardo Aguilera. “Torniquete al gasto castrense y remate de bienes por más fondos”. Ámbito financiero, 09/03/2017, <http://www.ambito.com/875245-torniquete-al-gasto-castrense-y-remate-de-bienes-por-mas-fondos>, [consulta: 09/03/2017].

[2] “Argentina – Gasto público Defensa”. Expansión / Datosmacro.com, https://datosmacro.expansion.com/estado/gasto/defensa/argentina

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Otros artículos sobre Defensa Nacional publicados en el sitio de la SAEEG

Comandante Espuela (Revista GNA). «¿Existe la Defensa Nacional?». 30/09/2021.

https://saeeg.org/index.php/2021/09/30/existe-la-defensa-nacional/

Marcelo Javier de los Reyes. «Sobre el Ministerio de Defensa y otros ministerios… O la partidocracia». 10/08/2021.

https://saeeg.org/index.php/2021/08/10/sobre-el-ministerio-de-defensa-y-otros-ministerios-o-la-partidocracia/

Marcelo Javier de los Reyes. «La política de destrucción en materia de defensa sigue vigente. Propuesta». 28/03/2021.

https://saeeg.org/index.php/2021/03/28/la-politica-de-destruccion-en-materia-de-defensa-sigue-vigente-propuesta/

Marcelo Javier de los Reyes, «Argentina. La apremiante necesidad de recuperar la industria de la Defensa». 12/12/2020.

https://saeeg.org/index.php/2020/12/12/argentina-la-apremiante-necesidad-de-recuperar-la-industria-de-la-defensa/

Marcos Kowalski. «Táctica, estrategia, equipamiento y defensa». 29/09/2020.

https://saeeg.org/index.php/2020/09/29/tactica-estrategia-equipamieto-y-defensa/

Marcos Kowalski. «Defensa, negocios, desarme». 21/08/2020.

https://saeeg.org/index.php/2020/08/21/defensa-negocios-desarme/

César Augusto Lerena. «La Defensa Nacional del Atlántico Sur». 14/05/2020.

https://saeeg.org/index.php/2020/05/14/la-defensa-nacional-del-atlantico-sur/

Reinaldo Cesco. «Argentina. Defensa Nacional + Seguridad». 27/04/2020.

https://saeeg.org/index.php/2020/04/27/argentina-defensa-nacional-seguridad/

Marcelo Javier de los Reyes. «Fuerzas Armadas. Cambiemos continúa con la política kirchnerista de destrucción de la Defensa Nacional». 14/03/2017.

https://saeeg.org/index.php/2017/03/15/fuerzas-armadas-cambiemos-continua-con-la-politica-kirchnerista-de-destruccion-de-la-defensa-nacional/

LA GUERRA HIBRIDA

F. Javier Blasco Robledo*

Llevamos un tiempo largo en el que, de vez en cuando, aparecen de nuevo cuño o se recuperan del baúl de los recuerdos una o varias formas de acción o de combate con denominación pintoresca o, cuanto menos, singular. Lo cierto es que unas se derivan de las otras y otras o más bien, se complementan. Pero, hay una de ellas, que de una forma u otra, engloba a todas ellas y recoge de cada una de las anteriores, lo que más le interesa para lograr sus objetivos. Es la conocida como Guerra Hibrida.

Son muchos los que pretenden presentar el concepto de guerra hibrida como algo nuevo u original y que, precisamente, ha surgido con la guerra en Ucrania, pero ninguna de dichas afirmaciones, son ciertas. Para un mejor conocimiento del tema, de entre sus varias definiciones, propongo la siguiente que no es más que una mezcla de varias de las más populares; así la entendemos como «el conjunto de “acciones hostiles de diversas índole y características” que lleva a cabo un país o coalición contra un rival geopolítico “aprovechando las debilidades y vulnerabilidades detectadas en aquel” con el objetivo de hacerlo menguar desde dentro, aunque actuado también desde afuera; a base de acciones, aparentemente incruentas o de no combate, que suelen combinarse con otras que sí lo son, donde las fuerzas armadas se suelen emplear con profusión y saña para, en su conjunto, “lograr y mantener determinados objetivos estratégicos” o la capitulación del Estado atacado y la inhibición, por coacción, de los que le apoyan».

Un concepto que parece rayar o hasta se confunde con el que desde antaño se tiene como el de la “guerra total”; pero que diversos actores prefieren reservar exclusivamente para cuando en los conflictos entran en juego todo tipo de unidades y capacidades de las fuerzas armadas de tierra, mar y aire, aderezadas con acciones cibernéticas, de disuasión, decepción y de guerra electrónica.

Como tal, la guerra híbrida aprovecha las debilidades, dependencias, la propaganda y las presiones internacionales, con especial énfasis en las comerciales y económicas, así como la información inventada o tergiversada para atacar por todos y cada uno de los flancos por los que se puede profundizar para menguar las capacidades del enemigo.

Flancos que, evidentemente, se encuentran en los campos de la diplomacia, la economía, la política exterior, la dependencia energética, el cambio climático y cualquier necesidad para la subsistencia del enemigo, la población civil afectada y la alimentación de la batalla, llegando incluso, en buscar la difamación, el desprestigio y el aislamiento internacional del que se pretende acogotar, a base de estrangularle, cualquier fuente de relación de amistad, comercial y de subsistencia o apoyo que le pueda llegar y retroalimentar.

Para lograr dichos objetivos, conviene hacer un verdadero estudio de área con la finalidad de identificar con claridad las dependencias y vulnerabilidades, las fuentes que los sostienen, los recursos propios o externos y, fundamentalmente, las actuales y potenciales alianzas que puedan surgir en apoyo del pretendido objetivo a atacar.

Una vez identificados todas las reales y potenciales frentes de aislamiento o ataque en su caso, hay que definir claramente quienes y cuantos son los aliados en ciernes a los que deben dirigirse parte de las acciones directas e indirectas, que cohíban a estos de sus ganas y posibilidades de proporcionar cualquier tipo de información o ayuda externa.

Aunque hemos admitido como premisa que la guerra en Ucrania no es el único caso, ni escenario en el que se ha dado este tipo de forma de acción, también es cierto que, ha sido, es y continuará siendo un claro ejemplo de ella. El conflicto actual en Ucrania nos sirve de base para entender el concepto y las formas de actuar sobre la presa y su entorno afín y como progresivamente, se van marcando las diferentes fases y la ampliación de objetivos, hasta tenerlos a todos maniatados.

Hemos visto que inicialmente, se mantuvo un dubitativo o engañoso alcance nacional, sin ni siquiera una declaración implícita de guerra, pero, poco a poco, ha adquirido un ambiente y un radio de acción internacional total, involucrando, de una forma u otra, a muchos actores en ambos lados. Debido a una manifiesta falta de previsión, de experiencia y a un grave y erróneo cálculo militar, pocos o nadie preveían la posibilidad, la intensidad ni el alcance de dicha estrategia; máxime, cuando todos aquellos, sin pensarlo mucho y de forma directa o indirecta, decidieron implicarse en el tema con energía y sin grandes dudas. Ahora es demasiado tarde para volverse atrás o su aplicación, acarrearía unas extrañas y graves consecuencias, de muy difícil curación y olvido a pesar de la velocidad con la que vivimos y olvidamos los temas candentes en la actualidad.

Tras medio año de guerra, hoy ya son claros y bien patentes los efectos de las “incruentas acciones”, llevadas a cabo por Rusia contra todo aquel que ponga en peligro su integridad, credibilidad, dificulte sus acciones contra Ucrania o dude de sus razones para llevar a cabo dicha “operación especial” —tal y como ellos la denominan—, principalmente en el campo de la economía y de las relaciones internacionales.

Europa, por su mala cabeza y falta de previsión, se encuentra sumida en una profunda y duradera crisis energética y, por ende, económica sin precedentes tanto interna como externa. Se puede asegurar, que se ha llegado a dicho punto debido al propio conflicto bélico en sí mismo, pero también y no hay que olvidarlo, a la candidez diplomática y de acción de la UE en su conjunto y de países importantes como Alemania, en particular, al poner durante muchos años todos los esfuerzos energéticos en un mismo cesto y creer que las relaciones comerciales con Rusia no iban a variar cuando a aquellos les interesase y, principalmente, estando dirigida y controlada Rusia por un sátrapa de la categoría de Putin, que odia a Europa e general y a Alemania en particular, desde sus tiempos de agente de la KGB en la RDA.

No hemos sido capaces de evaluar las consecuencias y derivaciones de nuestra implicación en este conflicto armado. Las alegrías políticas adoptadas con desparpajo y “mucho valor” en los albores del mismo, como si fuéramos de romería contra un “enemigo débil” sin pensar que ese débil era Rusia y sus muchas capacidades, en pocos meses se han transformado en algo de imparables consecuencias y con perspectivas aún peores, para cuando empiece y se recrudezca el temido frio invernal.

Una época muy larga y fría para la Europa central y del norte, que abarca un periodo mayor que la propia estación conocida como tal. Las previsiones energéticas no son nada halagüeñas, las medidas adoptadas por el momento, ya apuntan a auténticos parches cuyos resultados o consecuencias nefastas ya asoman a la realidad, no solo son inservibles para superar la crisis energética, sino también para la económica derivada de la anterior; aunque, esta última, hace tiempo que ya apuntaba hacia el mal camino, a pesar de los esfuerzos de nuestros dirigentes en disimularlo y en negar la mayor.

La descoordinación europea en este aspecto y el famoso sálvese quien pueda cuando el barco se hunde empiezan a ser tan patéticos, cada uno empieza a ir por su lado y ya se anuncian por la Comisión europea posibles medidas realmente crudas, de aplicación inmediata y sin miramientos; medidas, que incluso van contra los preceptos y pilares del libre mercado de la UE.

Pero, mucho me temo, que las repercusiones de estas acciones van más allá de las fronteras y actores europeos; la escasez de determinados materiales y materias primas, también afecta a la economía mundial, en el continente americano y en países con economías e industrias muy importantes en Asia como China, Japón, Corea del Sur y la India, lo que unido a las sequias y hambrunas actuales en África y al enorme crecimiento del precio de la energía, indudablemente se sumarán, como otros ingredientes más, a esta tremenda e inesperada ensalada de efectos tan perjudiciales como casi imprevisibles en su totalidad.

Otro fenómeno que se observa en este conflicto de guerra hibrida, es que las mismas o similares tácticas, métodos o procedimientos no solo son usados y con profusión por parte del atacante. El atacado también ha encontrado en ellos una vía de escape, reacción o contraataque mediante la financiación y alimentación del conflicto en su beneficio, a base del empleo de capacidades similares para debilitar las aspiraciones del contrario. La propaganda, los lastimeros y elocuentes discursos ante cámaras de diputados del mundo entero, aprovechando las nuevas tecnologías y los incansables contactos bilaterales, de momento, le están propiciando resultandos más rentables a Ucrania que a Rusia.

De lo contrario, hubiera sido imposible resistir durante seis meses y continuar manteniendo en jaque a un ejército, el ruso, que a pesar de todos sus defectos y grandes problemas de dirección, planeamiento, ejecución y falta de moral de combate, sigue siendo muy superior al ucranio. Un ejército, el ultimo, que está dotado de variopinto armamento y con un complejo y precipitado adiestramiento, aunque pletórico de moral de combate y constantemente regado con una ayuda externa, que en ciertos casos, es francamente importante y vital; aunque en algunos otros, como desde España, es meramente testimonial, a remolque y para cubrir el expediente.

Nos creímos que, como los planes rusos de una guerra relámpago no funcionaron inicialmente, irremisiblemente, Putin iba a perder la guerra. Yo no las tengo todas conmigo, porque la verdad, es que pocos pensaron en que aquella tan desastrosamente y mal llevada campaña inicial, se iba a convertir en un conflicto de este tipo.

 

NOTA: solo el azar o la casualidad, me ha llevado a publicar este trabajo, el mismo día [3 de septiembre de 2022] que el mundo debería estar rindiendo honores a un personaje que hace cuarenta años llevó a la URSS y al mundo a la paz, acabando con una situación de gravísima tensión mundial.

Hoy en las exequias por su muerte, no ha aparecido ningún mandatario ruso, norteamericano, de la UE o de los paísses de Europa, salvo el tantas veces díscolo y criticado primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

Mandatarios el resto, que una vez más, muestran su ceguera ante la realidad de que si hace cuarenta años Gorvachov acabó con la guerra fría, hoy uno de sus sucesores en el cargo, nos ha devuelto a la misma situación de partida, pero no en base a la guerra fría, sino con la guerra hibrida.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

 

Artículo publicado originalmente el 03/09/2022 en https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/la-guerra-hibrida