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RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS E IRÁN (1953-2021)

Giancarlo Elia Valori*

1953. Las fuerzas de seguridad arrestan al primer ministro de Irán Mohamad Mosadeq luego del golpe de Estado organizado por Estados Unidos y el Reino Unido.

¿Por qué Estados Unidos e Irán siguen luchando entre sí? La disputa entre Estados Unidos e Irán comenzó hace 68 años. Desde entonces, de vez en cuando se agregan nuevos incidentes.

En 1953, la agencia de inteligencia estadounidense CIA, junto con el MI-6 británico, organizó un golpe de Estado en ese país. Ambos servicios de inteligencia derrocaron al primer ministro electo, Mohamad Mosadeq, para su propio beneficio, y restauró a Reza Shah Pahlavi al Trono del Pavo Real de Irán. Más tarde, las compañías petroleras estadounidenses (las Siete Hermanas) y las británicas aprovecharon masivamente el comercio iraní de crudo durante mucho tiempo. Mohamad Mosadeq quería nacionalizar las compañías petroleras y por eso fue derrocado. Por primera vez en su historia, los Estados Unidos derrocaron a un gobierno electo en un momento en que no había guerras.

Sin embargo, hubo una interferencia italiana que alteró los planes estadounidenses y británicos. Enrico Mattei sugirió a Irán que aquellos que producían petróleo no sólo deberían poder intervenir y tener voz en derechos de extracción y regalías de las empresas, sino que debían poder participar en la organización y la responsabilidad de la producción, así como en la supervisión. En términos simples, Irán e Italia crearían una empresa con una participación del 50% cada una, que pagaría el 50% de las regalías al Estado iraní y el 50% restante se dividiría a partes iguales entre ENI y la National Iranian Oil Company (NIOC).

En realidad, dado que NIOC era una empresa estatal, el Estado iraní se beneficiaba del 75% del acuerdo (25% más que la regla anglo-estadounidense de cincuenta y cincuenta) y —no menos importante— de la participación tecnológica directa en las actividades de exploración y extracción de petróleo y gas.

El acuerdo entre ENI y NIOC se firmó el 14 de marzo de 1957. El 8 de septiembre de 1957, las dos empresas establecieron la Societé Irano-Italienne des Pétroles (SIRIP). Eni-Agip fue responsable de las actividades de exploración petrolera, con el acuerdo de que los gastos serían reembolsados si se descubrieran reservas y campos de petróleo en suelo iraní.

La relación en pie de igualdad fue bien recibida y apoyada por los nuevos países independientes del Medio Oriente, liberados de la dominación franco-británica (hay que recordar que estábamos ante la segunda guerra árabe-israelí).

Para esas entidades jurídicas internacionales, la falta de una política colonialista italiana seria y enérgica y la derrota en la Segunda Guerra Mundial fueron garantías de máxima solidez.

La actividad de Enrico Mattei molestó a las Siete Hermanas, que vieron el peligro de una desestabilización del suministro de petróleo de Medio Oriente y, sobre todo, el riesgo de debilitar su propia posición de cártel. La actividad de Enrico Mattei y ENI comenzó a convertirse en una amenaza para el orden mundial que había salido victorioso de la Segunda Guerra Mundial y estaba casi en su totalidad en manos de los Estados Unidos.

El propio gobierno de Estados Unidos ejerció mucha presión sobre Italia para evitar el acuerdo ENI-Irán. El acuerdo fue sólo uno de los desafíos que Mattei lanzó a las Siete Hermanas. Mattei buscó acuerdos directos con Egipto, Argelia, la Libia monárquica y la Unión Soviética. Mattei murió en un accidente aéreo el 27 de octubre de 1962.

Podemos decir que la revolución iraní de 1978-79 fue la respuesta al golpe de Estado de Estados Unidos escenificada en Irán veintiséis años antes.

El 1° de febrero de 1979, el ayatolá Jomeini regresó a Irán y tomó el poder. Antes de la revolución islámica de 1979 en Irán, Jomeini vivió exiliado en Turquía, Irak y Francia. Durante el gobierno del Sha, Jomeini atacó al gobierno iraní para forzar la occidentalización y aumentar la dependencia de los Estados Unidos. Para empeorar las cosas, el Shah Reza Pahlavi —el “inconformista” y agente libre de Estados Unidos en Medio Oriente— instó a la Casa Blanca a crear una policía secreta, la famosa Savak, para proteger su burocracia corrupta.

Después de que el ayatolá Jomeini subió al poder, ocurrió la crisis de la embajada de Estados Unidos en Irán: también en 1979 un grupo de estudiantes iraníes en Teherán mantuvo como rehenes a 52 ciudadanos estadounidenses durante más de un año (del 4 de noviembre de 1979 al 20 de enero de 1981). Se produjo una ruptura en las relaciones diplomáticas por iniciativa de Estados Unidos y el fracaso del intento de liberación de los rehenes, realizado por la Administración Carter (Operación Garra de Águila, 24 de abril de 1980, con un saldo de ocho muertos y cuatro heridos, además de la pérdida de seis helicópteros y un avión de carga).

Mientras, el 22 de septiembre de 1980 Saddam Hussein cruzó las fronteras de Irán. Esto dio lugar a una guerra entre los dos países que causó más de un millón de muertes.

Estados Unidos, así como el Reino Unido y la Unión Soviética, estaban del lado de Saddam Hussein: casualmente, los tres países que habían ocupado Irán en 1941. Los siguientes Estados apoyaron a Irán: la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte), Libia, Siria, así como voluntarios afganos y pakistaníes y la Albania socialista (este último desde un punto de vista propagandístico y diplomático).

En 1982, Irán comenzó a reaccionar, recuperando el terreno perdido y empezando a avanzar hacia la ciudad iraquí de Basora. Debido al temor de que Irán pudiera derrotar a Irak y así influir en otros países de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia) donde la presencia musulmana era fuerte, los Estados Unidos comenzaron a apoyar cada vez más al régimen de Saddam y organizaron que Irak importara armas, incluidas las no estadounidenses, al mismo tiempo que confiscaron armas que el gobierno iraní ya había pagado durante la época del Sha. Esto condujo a un mayor resentimiento en Irán.

Estados Unidos, que cometió tantos errores en su historia, había dejado atrás al Sha, pero continuó actuando contra el nuevo gobierno iraní. Documentos desclasificados muestran que incluso antes de la Revolución, la diplomacia estadounidense tenía contactos con el grupo jomeinista, incluido el propio ayatolá. Sin embargo, con el fin de no “abandonar amigos”, en noviembre de 1979 se permitió que el Sha fuera alojado en los Estados Unidos para recibir tratamiento de salud.

Esto irritaba duramente a los ya sospechosos revolucionarios iraníes, que temían que los servicios de inteligencia estadounidenses estuvieran conspirando para traerlo de vuelta como ya lo había hecho en 1953 durante la época de Mohamad Mosadeq. La reacción en ese momento fue la mencionada crisis de la embajada.

Un líder estudiantil declaró: “Hemos ocupado esta embajada, una guarida de espionaje, como una forma de protesta […] Hemos anunciado que estamos protestando contra el asilo de Estados Unidos al Sha, cuyas manos están manchadas con la sangre de innumerables hombres y mujeres iraníes.

En 1983, hubo dos ataques en Beirut, Líbano, contra la embajada de Estados Unidos y el cuartel del Cuerpo de Marines, causando 362 muertos, mientras que otro ataque fue lanzado contra el cuartel francés, en el que murieron 58 soldados.

Una organización chiíta reivindicó la responsabilidad y fuentes de inteligencia dijeron que era leal a Irán. Cinco años más tarde (3 de julio de 1988), cuando los Estados Unidos estacionaron sus buques de guerra de la Marina en el golfo Pérsico, el crucero estadounidense Vincennes disparó un misil para derribar el avión de pasajeros iraní Iran Air 655 sobrevolando el estrecho de Ormuz (aguas territoriales de Irán), matando a las 290 personas a bordo. Los Estados Unidos más tarde afirmaron que el barco había confundido el avión de pasajeros con un caza entrante, pero nunca se disculpó. Irán acusó a Estados Unidos de derribar intencionalmente el avión civil.

En 1984, Estados Unidos describió a Irán como un país que alimentaba el terrorismo, primero acusándolo de apoyar al Hezbollah libanés y a otros grupos armados, y más tarde a Hamas en Palestina. Irán siempre negó cualquier participación y acusó a los países occidentales (incluidos los Estados Unidos) de ayudar a las organizaciones terroristas anti iraníes, incluyendo asimismo a Saddam Hussein.

El presidente estadounidense Reagan (1981-1989) calificó a Irán como un “país pícaro”. El presidente George W. Bush (2001-2009) llegó a incluir a Irán en el “eje del mal”, afirmando que Irán no sólo apoyaba el terrorismo, sino que también trataba de obtener armas de destrucción masiva.

A medida que se intensificaban los desacuerdos sobre las actividades nucleares de Irán y se impusieron numerosas sanciones al país, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad destituyó a quienes acusaron a Irán, incluido el presidente Bush, por ser “retrasado mental”.

No fue hasta el 14 de julio de 2015, cuando se alcanzó el acuerdo nuclear iraní (Plan de Acción Integral Conjunto – JCPA) entre Irán y los cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, que la tensión entre los dos países comenzó a aliviarse brevemente.

Actualmente, sin embargo, la relación entre los dos países ha empeorado más que nunca. La última encuesta de opinión pública ha demostrado hasta qué punto las relaciones de Estados Unidos con Irán han seguido deteriorándose.

Una encuesta realizada por el canal de BBC World News en 2013 (dos años antes de la JCPA) mostró que el 87% de los estadounidenses tenían un concepto mayormente negativo de Irán.

Una encuesta realizada en 2018 por una firma canadiense de analistas mostró que el 81% de los iraníes tienen puntos de vista muy o algo negativos de los Estados Unidos.

También cabe señalar que a principios de noviembre pasado, el presidente Donald Trump preguntó si había alguna posibilidad de atacar el principal sitio nuclear de Irán (Natanz). Aunque finalmente decidió no continuar, está claro que mejorar las relaciones bilaterales es un paso que no se puede dar fácilmente de una presidencia a otra.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

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LA INTELIGENCIA, LA SEGUNDA PROFESIÓN MÁS ANTIGUA DEL MUNDO

Marcelo Javier de los Reyes*

Josué 2:1-7. Rajab cubriendo a los espías. Fuente: Evangelizadoras de los apóstoles.

En mis clases de Inteligencia siempre hice una primera clase referida a los orígenes de esta profesión que, como muchos sabrán es la segunda más antigua de la humanidad. Creo que no cabe mencionar la primera, porque la conocen, y si no agudicen su imaginación.

En textos tan antiguos como la Biblia o El Arte de la Guerra de Sun Zi se hace referencias a los espías. Entre los libros de la Biblia pueden mencionarse el del Génesis, el de Josué y el de Números 13:1-2. Precisamente, en el libro de Josué 2:1-7 es cuando se cruzan las dos profesiones más antiguas: el espionaje y la prostitución. Claro, por esa época no se usaba el término “inteligencia”, actividad que tiene su origen en la que llevaban a cabo los espías.

Ambas profesiones, o más específicamente la Inteligencia y el sexo, se cruzaron a lo largo de la historia y, quizás, se sigan cruzando…

El primer caso, en la Biblia

La labor de los espías —la cual es sólo una parte de la actividad de inteligencia—, es decir la observación, está considerada como la segunda profesión más vieja del mundo. Como todos sabemos la prostitución es la que se considera más antigua.

En la Biblia, en el libro de Josué 2:1-7, dice:

Josué, hijo de Nun, mandó en secreto a dos espías desde Setim, diciéndoles: “Id a explorar la tierra y Jericó”. Ellos fueron y entraron en la casa de una mujer prostituta que se llamaba Rajab, y pasaron la noche allí. Entonces avisaron al rey de Jericó, diciendo: “Unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para explorar la tierra”. Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: “Saca a los hombres que han venido a ti y han entrado en tu casa, porque han venido para explorar todo el país. Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y los había escondido, dijo: “Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran. Cuando iba a ser cerrada la puerta de la ciudad, siendo ya oscuro, esos hombres salieron y no sé a dónde se han ido. Perseguidlos aprisa y los alcanzaréis”. Pero ella los había hecho subir a la azotea y los había escondido entre unos manojos de lino que tenía ordenados sobre la azotea. Entonces los hombres los persiguieron por el camino del Jordán, hasta los vados. Y después que salieron los que los perseguían, cerraron las puertas de la ciudad.[1]

Este relato bíblico continúa pero solemos recurrir a esta parte al introducirnos en las clases de Inteligencia ya que es interesante por las siguientes razones:

  1. A través de él podemos apreciar como las que serían las dos más viejas profesiones se relacionan e interactúan. Por un lado, tenemos a los espías israelitas infiltrados en Jericó enviados por Josué y por el otro a Rajab, la prostituta.
  2. Se trataría de los primeros espías documentados de la Historia.
  3. Se menciona la actividad de inteligencia y la de contrainteligencia que respondía al rey de Jericó y que intentó apresar a los espías en la casa de Rajab.

La relación entre las dos profesiones más antiguas del mundo, o entre el espionaje y el sexo, se encuentra en toda la historia de la inteligencia y continúa. Los ejemplos son numerosos.

La Primera Guerra Mundial: la “Agente H21”

La Primera Guerra Mundial incrementó considerablemente las actividades de inteligencia, incluyendo el sabotaje, el espionaje, la interceptación de comunicaciones, con varios casos de codificación, interceptación y decodificación de información. Una de las más célebres fue la que puso fin a la carrera del “Agente H21” —“H” por la inicial de su coordinador, Hoffmann—, el nombre clave asignado por la inteligencia alemana a la mítica Mata Hari (“Ojo del día”), nombre real Margaretha Gertrudis Zelle, nacida en los Países Bajos[2]. Durante la Gran Guerra mantuvo relaciones íntimas con jerarcas de ambos bandos beligerantes: militares, empresarios, banqueros y políticos. Estas relaciones eran relevantes por “la información privilegiada que buscan los gobiernos enfrentados en el conflicto. Por este motivo su persona atrae la atención de varios servicios secretos”[3].

Mata Hari (“Ojo del día”). Nombre real: Margaretha Gertrudis Zelle.

En 1915, cuando residía en los Países Bajos fue reclutada por Karl Cramer, un conocido suyo que trabajaba en el consulado alemán, quien le ofreció la posibilidad de viajar a París para adquirir ciertos conocimientos de inteligencia[4]. Los franceses observaron sospechosamente esas relaciones. Fue entonces cuando se le asignó la denominación “Agente H21”. En París obtuvo información sobre una ofensiva que los franceses llevarían a cabo en la semana siguiente y se la transmitió a los alemanes. Viajó a Frankfurt para recibir un mayor entrenamiento por parte de Elsbeth Schragmüller, la espía “Fräulein Doktor”[5], quien se instaló en Bruselas y se dedicó a la interceptación de correspondencia tras la ocupación alemana.

Cabe aquí destacar que Schragmüller —conocida por los franceses como “Mademoiselle Docteur”— fue la primera mujer que dirigió el Departamento Alemán de Espionaje contra Francia y la primera que dotó a esos servicios secretos de una mejor conexión y organización[6].

Instalada nuevamente en Francia, Mata Hari fue contactada por el capitán Georges Ladoux con la intención de reclutarla para la contrainteligencia francesa, convirtiéndose en doble agente. Entre sus “objetivos” se encontraban el gobernador militar de la Bélgica ocupada y el hijo del káiser.

En Madrid intimó con el agregado militar de la embajada de Alemania, Arnold Kalle, quien le proporcionó información falsa acerca de un submarino que desembarcaría en Marruecos, mensaje que Mata Hari entregó a los franceses. Cayó en la trampa. El servicio alemán envió un cable a Berlín, utilizando un código que los franceses habían logrado decodificar: “Agente H21 acaba de llegar tras enrolarse en el servicio francés. Pide instrucciones y dinero”. Desde Berlín respondieron que dejaban US$ 5.000 en el banco Comptoir National d’Escompte, en París, mensaje que fue interceptado por el servicio francés. Fue capturada, sentenciada y ejecutada en el castillo de Vincennes.

Un famoso caso de la Guerra Fría

Otro caso muy famoso en el que se mezcló el sexo y el espionaje fue el “caso Profumo”, que toma su nombre del Secretario de Guerra del Reino Unido, John Profumo, del gobierno del primer ministro Harold McMillan. Una noche de julio de 1961 Profumo participó en una fiesta en la casa de campo de Lord Astor a la que asistieron la joven Christine Keeler —camarera nudista del club nocturno Murrays del Soho de Londres—, su compañera de trabajo Mandy Rice Davis, el osteópata Stephen Ward y el jefe del MI5 —el servicio de inteligencia británico— Roger Hollis. Profumo, quien estaba casado con la actriz Valerie Hobson, se involucró en un romance con Keeler quien, a su vez, mantenía una relación con el agregado naval soviético Eugene Ivanov, en realidad espía de la Unión Soviética. En el marco de la Guerra Fría, el involucramiento de un agente de inteligencia soviético fue lo que agravó el caso, el cual derivó en un serio escándalo que salió a la luz en 1962. La relación de la joven Keeler con Ivanov despertó las sospechas del MI5, el servicio de Inteligencia británico, por lo que estaba siendo vigilada.

Christine Keeler en 1963. Fuente: STF AP

Profumo, en principio, manifestó ante la Cámara de los Comunes que sólo eran amigos pero finalmente reconoció la verdad en el Parlamento y renunció el 5 de junio de 1963, alejándose así de la política. Poco después, a causa de este escándalo, el primer ministro, Harold McMillan, presentó su renuncia.

El doctor Stephen Ward era un importante vínculo entre las élites políticas y sociales del Reino Unido, para algunos en realidad un proxeneta porque relacionaba a hombres poderosos con jóvenes. De hecho, fue acusado de proxenetismo. Murió de una sobredosis de pastillas para dormir pocos días después que el jurado anunciara su veredicto.

El “caso Profumo” también salpicó a la corona británica, algo que no dejó pasar por alto la serie de Netflix “The Crown”. Stephen Ward también tenía sus amigos en la monarquía e integraba el selecto grupo de hombres poderosos que formaban parte del “Club de los Jueves”, en el que se llevaban a cabo fiestas clandestinas y al que asistía el príncipe Felipe de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel II.

John Profumo, Secretario de Guerra del Reino Unido
El caso “Vanunu”

Un caso relativamente reciente es el del técnico nuclear israelí Mordechai Vanunu, judío nacido en Marruecos, quien ingresó a trabajar en 1976 en la central nuclear de Dimona, localizada en el desierto de Neguev.

En 1985 renunció a la central nuclear, que tenía una cobertura de planta textil, y se marchó de Israel. Luego de viajar a Nepal se estableció en Sydney, Australia, ciudad en la que se convirtió al anglicanismo. Allí entró en contacto con un grupo antinuclear y entró en contacto con un periodista que lo incentivó a divulgar su información sobre el plan nuclear israelí. Vanunu se había ido al exilio llevando unas fotos que había tomado de la planta de Dimona.

En septiembre de 1986 Vanunu le reveló al The Sunday Times que su país estaba en capacidad de producir armas nucleares. Esa publicación fue la primera en revelar los secretos nucleares de Israel al mundo después de que el periódico publicara filtraciones proporcionadas por el técnico israelí.

Establecido en Londres, fue cautivado por una joven israelí. En realidad se trataba de una joven judía estadounidense, Cheryl ben Tov, quien se había ido a vivir a un kibbutz y que había contraído matrimonio con un analista del Aman —el servicio de inteligencia militar de Israel—. La joven fue destinada a conocerlo en Londres, cautivarlo e invitarlo a viajar con ella a Roma donde supuestamente vivía su hermana. Allí los agentes del Mossad lo secuestraron, lo drogaron y lo enviaron a Israel por mar en un carguero.

El 5 de octubre de 1986, el diario británico The Sunday Times reveló los secretos del arsenal nuclear de Israel.

Mordejai Vanunu fue condenado a 18 años de cárcel por “espionaje al Estado” y “traición” y sometido a un aislamiento e incomunicación total durante once años. Fue liberado en 2004 pero sometido a restricciones y vuelto a detener esporádicamente.

En 2010 Mordechai Vanunu, sentado entre dos guardias de la prisión, a la espera de comparecer ante el tribunal acusado de violar las condiciones de su liberación de 2004. Foto: Dan Balilty / AP.
El mentor de los “Romeos”

El jefe del servicio exterior del Ministerio de Seguridad del Estado (Ministerium für Staatssicherheit), más conocido como Stasi, el servicio de inteligencia de la República Democrática Alemana, Markus Wolf, da cuenta en su libro autobiográfico El hombre sin rostro del uso de los “Romeos”, es decir agentes destinados a “conquistar el corazón de las mujeres con el fin de llegar a los secretos estatales y políticos a los cuales sus ocasionales compañeras tenían acceso”[7].

Markus Wolf y su libro “El hombre sin rostro. La autobiografía del gran maestro del espionaje comunista”.

El propio Wolf afirma que él no inventó “el vínculo entre el idilio y el espionaje” sino que se remonta a tiempos inmemoriales y que los servicios de seguridad lo utilizaron “para acercarse a las figuras interesantes”. En su capítulo ocho, titulado “El espionaje por amor”, hace mención al mencionado relato bíblico de la prostituta Rajab y expresa que él no habría tenido a Mata Hari en su “nómina de pagos” ya que la consideraba “una espía lamentable”.

Vale citar un párrafo interesante de por qué formó a sus Romeos:

En este siglo, las mujeres comenzaron a ser útiles para los organismos de inteligencia en papeles que no eran los de prostituta de buen corazón y seductora. Asumieron las tareas que antes habían sido masculinas como secretarias de importantes figuras, y con el ascenso del feminismo ellas mismas se convirtieron en secretarias de Estado, consejeras de los políticos, académicas importantes y depositarias de secretos estatales. De modo que no es sorprendente que apareciese la contraparte masculina de Mata Hari, es decir, el Romeo convertido en espía.[8]

Cabe recordar que la actuación de su servicio de Inteligencia tuvo lugar en el marco de la Guerra Fría, en el marco de la confrontación ideológica que separaba a la República Democrática Alemana de la República Federal Alemana, en donde se encontraban sus principales objetivos.

Cuenta que su primer Romeo —cuyo seudónimo era Félix— comenzó a trabajar a principios de la década de 1950. Era un joven estudiante que fue instruido en los diferentes métodos para verificar si era seguido, apelando a los diferentes ángulos visuales desde los cuales es posible practicar la vigilancia y cómo evitar ciertas posiciones en una multitud. Como señala Markus Wolf, “la regla fundamental, incluso para el espía más cuidadoso, es no creer jamás que uno no está vigilado”[9].

A lo largo de varias páginas menciona operaciones llevadas a cabo por sus Romeos, los cuales llegaron a infiltrarse en la cancillería de la República Federal. En algunos casos se procuraba reclutar a la mujer que tenía acceso a la información de interés. Wolf destaca que en la década de 1950 había numerosas mujeres maduras y solitarias que esperaban con anhelo tener a un compañero a su lado y esto era debido a “la escasez de hombres típica de una posguerra”.

En otros casos, el trabajo llevaba a un enamoramiento real y cuando el agente Romeo corría riesgos a causa de la contrainteligencia de la República Federal, había que extraerlo repentinamente, destruyendo afectivamente a la mujer —quien nunca más sabría de su novio— y debiendo consolar al agente. Pero Wolf lo tenía claro, pues “si se trataba de elegir entre salvar a un agente y salvar un idilio, yo no tenía más remedio que ser cruel[10].

Gracias al trabajo de “Félix” logró acercarse a la Cancillería Federal, por entonces encabezada por Hans Josef Maria Globke (1898 – 1973), abogado que fue Subsecretario de Estado y Jefe de Gabinete de esa Cancillería alemana en Alemania Occidental del 28 de octubre de 1953 al 15 de octubre de 1963. Globke tenía un importante pasado nazi y era un íntimo confidente del canciller Conrad Adenauer, además de un acérrimo enemigo del comunismo.

La operación fue llevada por la propia astucia de “Félix” quien encontró el modo de infiltrarse en el personal de la Cancillería a partir de esperar el ómnibus en una parada cercana al edificio. Allí conoció a Norma, con la que primero estableció una amistad que luego se convirtió en romance. Pero con el tiempo “Félix” debió ser extraído de la República Federal y se debió emplear a otro agente que debió vincularse con otra mujer sugerida por el propio “Félix”. Sin entrar en detalles, la operación fue exitosa y con la información obtenida se logró llevar a cabo la campaña contra Globke, quien debió renunciar en 1963. De ese modo se pudo eliminar del gobierno a un gran antagonista de la República Democrática y se despertó en Occidente la atención acerca de un numeroso grupo de nazis que servían al gobierno de la Alemania Occidental. Sin embargo, la puja entre ambas alemanias no concluyó en la década de 1960 sino que se prolongó hasta el derrumbe del Muro de Berlín.

Policías británicos encubiertos

En 2011 salió a la luz el caso de un policía británico que trabaja encubierto infiltrándose entre sus investigados[11]. El agente de la Policía Metropolitana de Londres Mark Kennedy se hacía pasar por Mark Stone y era conocido como “Flash”.

En el año 2000 se infiltró en una organización de activistas ecológicos con el propósito de recolectar evidencia acerca de supuestas actividades ilícitas que pudieran conducir a juicio y condena de sus integrantes.

Kennedy pudo informar a sus superiores que existía un plan para que un grupo de activistas tomaran por unos días la estación de Ratcliffe-on-Soar, una generadora de energía a base de carbón en las proximidades de Nottingham, como protesta contra el calentamiento global.

En abril de 2009 se llevó a cabo una redada que terminó con el arresto de 114 personas acusadas de “conspirar para cometer allanamiento agravado de morada”. De ese modo la policía pudo actuar antes de que los activistas tomaran la mencionada estación.

La Fiscalía de la Corona (CPS) inició un proceso contra seis de los detenidos pero derogó el caso cuando tomó conocimiento que Mark Kennedy estaba dispuesto a brindar testimonio a favor de los acusados. Al parecer Kennedy, tras diez años involucrado en el movimiento verde del Reino Unido, actuaba más como un instigador de actividades ecologistas que como oficial policía inmerso en una operación.

Sin embargo, la cuestión derivó inesperadamente cuando ocho mujeres de la organización ecologista denunciaron que varios policías se habían involucrado sentimentalmente con ellas[12]. Durante más de nueve años las estuvieron engañando respecto a su identidad y, a juicio de ellas, de forma deliberada y consciente, lo que entra en contradicción con lo expresado por las autoridades policiales acerca de que sus agentes secretos no están autorizados “bajo ninguna circunstancia” a dormir con las personas a las están espiando.

El agente de la Policía Metropolitana de Londres Mark Kennedy se hacía pasar por Mark Stone.

En el caso puntual de Mark Kennedy, las denunciantes afirman que mantuvo relaciones con tres de ellas, aunque él admitió haber tenido dos amantes.

Kate Wilson había establecido lo que consideraba una relación normal de pareja con Mark Stone hasta que encontró un pasaporte en la guantera de la camioneta a nombre de Mark Kennedy y fue así que descubrieron que era un policía encubierto enviado para espiar su círculo de amigos activistas. Pero luego se supo que Kennedy tuvo varias relaciones bajo su identidad falsa.

La policía pidió disculpas y ofreció una indemnización a las mujeres denunciantes, quienes alegan que no se trata de una cuestión de dinero, sino que las situaciones que han debido vivir les han ocasionado traumas de por vida porque han vivido cuestiones íntimas y familiares y han recurrido a ellos en momentos personales muy difíciles.

 

Como puede apreciarse, desde la antigüedad el espionaje y el sexo se han involucrado y no necesariamente en cuestiones vinculadas a la prostitución. En algunos casos el amor se despertó entre el espía y su objetivo, dañando a ambos. En otros casos, obedece a una práctica “institucional” no reconocida, como en el caso de la policía británica que ahora se sabe que lleva más de cuarenta años recurriendo a la infiltración clandestina de sus agentes en grupos ecologistas y políticos. Esto pone sobre la mesa una vez más los límites éticos y legales en que deben operar los servicios de inteligencia para alcanzar sus objetivos.

A pesar de ello, esta práctica antigua sin duda no desaparecerá porque es en la intimidad donde se pueden obtener los secretos mejor guardados. 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Referencias

[1] Josué 2:1,7.

[2] Josep María Ràfols, Lluís Riera. Primera Guerra Mundial. 100 años (Vol. 8 “Leyendas y espías”). Barcelona: Luppa Solutions, 2014, p. 21 y ss.

[3] Ibíd., p. 23.

[4] Ídem.

[5] Ibíd., p. 24.

[6] Laura Bondía. “Una espía alemana contra Francia.”. En: El Reservado, 18/07/2010, <http://www.elreservado.es/news/view/246-los-lectores-opinion-portada/334-una-espia-alemana-contra-francia>, [consulta: 15/08/2014].

[7] Markus Wolf. El hombre sin rostro. Buenos Aires: Javier Vergara Editor, 1997, 388 p. Ver el capítulo 8 “El espionaje por amor”.

[8] Ibíd., p. 146.

[9] Ibíd., p. 147.

[10] Ibíd., p. 149.

[11] “El policía encubierto que se unió a sus investigados”. BBC Mundo, 11/01/2011, <https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/01/110110_reino_unido_policia_encubierto_ecologistas_wbm>, [consulta: 17/02/2013].

[12] “Ocho mujeres denuncian a cinco policías británicos por ‘infiltrarse’ en sus camas”. El Mundo, 16/12/2011, <https://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/16/internacional/1324059426.html>, [consulta: 17/02/2013].

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MÁS “INNOVACIONES” EN MATERIA DE INTELIGENCIA

Marcelo Javier de los Reyes*

El pasado 24 de enero de 2021, el diario Página 12, publicó una noticia acerca de los “los principales lineamientos de la nueva ley de Inteligencia”[1].

Según la nota, “la reforma plantea un perfil que apunta más a la inteligencia estratégica y abandona la dedicada a la criminal” y agrega que la transparencia y la reducción al mínimo de los fondos reservados se encuentran entre los puntos del texto normativo que debe analizar el presidente.

En principio no parece serio cambiar nuevamente la Ley de Inteligencia, cuya última ley, la 27.126, fue llevada a cabo cuando la actual vicepresidente, en ese momento en ejercicio de la Presidencia de la Nación, resolvió disolver la Secretaría de Inteligencia (SI) y crear la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), la que a pesar de los pocos años de existencia parecería que no dio los frutos esperados. Claro está que el actual gobierno podrá argumentar que el gobierno de Mauricio Macri, desvirtuó los objetivos del organismo a cuyo frente puso al escribano Gustavo Arribas —vendedor de jugadores de fútbol— y a la ex funcionaria menemista, devenida en dirigente del PRO, y ex miembro de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia del Congreso de la Nación, Silvia Majdalani, dos inexpertos en materia de Inteligencia. En este sentido el gobierno tendría parte de razón, pero tanto su gestión anterior, que llevó a la disolución del organismo predecesor de la AFI, la de Arribas-Majdalani como la actual del organismo, llevan a recordar aquello de que “el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”. En este sentido también vale mencionar el proyecto presentado por la entonces diputada Elisa Carrió, cuyo desconocimiento sobre Inteligencia salta a la vista cuando entre las “fuentes abiertas” incluye la información “brindada por agencias extranjeras, en cumplimiento de los tratados, acuerdos y convenios oportunamente realizados” (artículo 11º, 4, del mencionado proyecto)[2]. Un disparate. La información que proviene de un servicio colateral, es decir de una agencia extranjera, es enviada con las recomendaciones necesarias para mantener la confidencialidad. Cabe aquí recordar un ítem del Decálogo del Personal de Inteligencia: “Basar en la buena fe recíproca la coordinación que deba establecer con otros organismos de inteligencia”. Y otro que dice: “Proteger las fuentes por deber de lealtad y para mantener canales de información obtenidos laboriosamente”.

Proyecto de ley presentado por la diputada Elisa Carrió en 2016 (Expediente 5577-D-2016).

Renglones más abajo, el proyecto de la ex diputada Carrió, dice: “El Sistema Nacional de Inteligencia no dispondrá de medios de reunión propios, sus organizaciones se basan en los recursos necesarios para la dirección, el análisis, interpretación, la integración y la difusión”. Es decir que la Argentina debe estar “ciega” o solo tomar lo que otros organismos de inteligencia extranjeros, ONGs, etc., le hagan llegar. Otro dislate entre tantos de ese proyecto.

Proyecto de ley presentado por la diputada Elisa Carrió en 2016 (Expediente 5577-D-2016).

No hace tanto, la Coalición Cívica pidió eliminar la AFI y propuso “crear, en su lugar, un organismo que sólo coordine a las fuerzas de seguridad en la prevención y el combate del crimen organizado y el terrorismo” y recordó el mencionado proyecto presentado por Carrió en 2016[1]. Nada de Inteligencia Estratégica que es lo que más precisa apuntalar el Estado Argentino.

La nota de Página 12 dice que el proyecto para reformar la ley de inteligencia tiene como objetivo “ponerle fin al fantasma del espionaje político —que se acrecentó durante la gestión macrista— y a insertar a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en una lógica de producción de inteligencia estratégica, enfocada en preservar los recursos del país”. Bien… también esta intención estuvo presente cuando se disolvió la Secretaría de Inteligencia y se creó la AFI pero se trata de una quimera en tanto los políticos sigan, directa o indirectamente, dirigiendo el organismo. A todas luces, a través de los medios, sabemos que la Inteligencia ejerció influencia sobre el Poder Judicial, lo cual tuvo lugar no solo con el gobierno de Macri sino con todos los anteriores. Lo que resulta paradójico es que para cambiar este estado de cosas se recurra a poner como cabeza de la AFI a una dirigencia que proviene del Poder Judicial.

La mencionada nota agrega que el presidente le encomendó a la interventora “la redacción de un proyecto para reformular el Sistema de Inteligencia Nacional —que incluye también áreas del Ministerio de Defensa y de Seguridad— para producir información de calidad y ponerle límites a los servicios. Luego aclara: “De lo que se trata es de cambiar la matriz de los órganos de inteligencia que estuvieron siempre más interesados en meter sus narices en cuestiones políticas que en los temas que son estratégicos para el país a largo plazo”.

Cabe aquí citar la Ley 25.520 —sancionada el 27 de noviembre de 2001 y promulgada el 3 de diciembre de 2001— que dice textualmente:

ARTICULO 10. — Créase la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar dependiente del Ministro de Defensa, de conformidad con lo establecido en el Artículo 15 de la Ley 23.554.

Tendrá como función la producción de Inteligencia Estratégica Militar.

Los organismos de inteligencia de las Fuerzas Armadas tendrán a su cargo la producción de la inteligencia estratégica operacional y la inteligencia táctica necesarias para el planeamiento y conducción de operaciones militares y de la inteligencia técnica específica.

La mencionada Ley, en su Título IV, Política de Inteligencia Nacional, en su artículo 12º, expresa que “El Presidente de la Nación fijará los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de Inteligencia Nacional”. En el artículo 13º dice que “conforme los lineamientos y objetivos establecidos por el Presidente de la Nación, la Secretaría de Inteligencia tendrá las siguientes funciones específicas”, y a continuación se hace necesario citar incisos puntuales:

5. Coordinar las actividades dentro del marco de las leyes 23.554 de Defensa Nacional y 24.059 de Seguridad Interior con los funcionarios designados por los ministros de las áreas respectivas, cuyo rango no podrá ser inferior al de Subsecretario de Estado.

11. Proporcionar al Ministerio de Defensa la información e inteligencia que fuere menester para contribuir en la producción de la Inteligencia Estratégica Militar, de conformidad a lo estipulado sobre la materia en el artículo 15 de la ley 23.554.

12. Proporcionar al Consejo de Seguridad Interior la información e inteligencia que fuere menester para contribuir en la producción de la inteligencia criminal de conformidad a lo estipulado sobre la materia en el Artículo 10 inciso e) de la ley 24.059.

A estos efectos cabe también citar el artículo 14:

El Presidente de la Nación podrá convocar a un consejo interministerial para el asesoramiento sobre los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de Inteligencia Nacional, determinando en cada caso los miembros participantes en el mismo.

Asimismo, el Presidente de la Nación podrá convocar a participar de dicho Consejo, con carácter consultivo, a representantes de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad o de la Policía Federal Argentina, cuando lo considere pertinente.

Por su parte, la Ley 27.126 —sancionada el 25 de febrero de 2015 y promulgada el 3 de marzo de 2015—, que modifica la 25.526, también tiene en su espíritu las cuestiones vinculadas a la Defensa Nacional y a la Seguridad Interior. En su artículo 6° expresa que debe sustituirse el artículo 8º de la ley 25.520 por el siguiente texto:

Artículo 8°: Las funciones de la Agencia Federal de Inteligencia serán las siguientes:

    1. La producción de inteligencia nacional mediante la obtención, reunión y análisis de la información referida a los hechos, riesgos y conflictos que afecten la defensa nacional y la seguridad interior, a través de los organismos que forman parte del sistema de inteligencia nacional.
    2. La producción de inteligencia criminal referida a los delitos federales complejos relativos a terrorismo, narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas, ciberdelitos, y atentatorios contra el orden económico y financiero, así como los delitos contra los poderes públicos y el orden constitucional, con medios propios de obtención y reunión de información.

La misma ley hizo un sutil cambio de la definición de “Inteligencia Nacional” que fue modificada a través de su artículo 2º:

Inteligencia Nacional a la actividad consistente en la obtención, reunión, sistematización y análisis de la información específica referida a los hechos, riesgos y conflictos que afecten la Defensa Nacional y la seguridad interior de la Nación.

Entonces, tanto la Ley 25.520 y la modificación introducida por la Ley 27.126 ya contemplan la participación de los Ministerios de Defensa y de Seguridad en las actividades de Inteligencia cuya cabeza del sistema, actualmente, es la AFI, como oportunamente lo fueron la Secretaría de Inteligencia y la SIDE (Secretaría de Inteligencia de Estado).

Aún más, la Ley 25.520, en su artículo 9° expresa “Créase la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, dependiente de la Secretaría de Seguridad Interior” y, en su artículo 10º, establece la creación de la “Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar dependiente del Ministro de Defensa, de conformidad con lo establecido en el Artículo 15 de la Ley 23.554”.

La nota periodística dice que “quizá 2021 vuelva a ser el año de la reforma para dejar atrás los ‘sótanos de la democracia’, como los llamó el Presidente al asumir”.

Al respecto debe quedar claro que los agentes de Inteligencia no obran de por sí y que lo que hacen los miembros del servicio es lo que las autoridades políticas de turno, presidente, secretarios o directores de Inteligencia, según las épocas, les solicitan. En otras palabras, los políticos deben hacerse cargo de lo que han hecho con la Inteligencia en la República Argentina.

Precisamente fueron los políticos quienes torcieron los objetivos de la Secretaría de Inteligencia y de la AFI orientándolos hacia la Inteligencia Criminal, duplicando innecesariamente lo que le compete a la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal y atrofiando las capacidades del principal organismo nacional. Aún más grave, el general César Milani (2013-2015) llegó a contar con más recursos para Inteligencia en la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar que los que tenía la propia Secretaría de Inteligencia.

Por otro lado, la información periodística menciona que la interventora terminó de redactar un borrador tras “meses de discusiones con el consejo consultivo de la intervención, designado ad honorem, para pensar los cambios en la ley de inteligencia”. Ese consejo consultivo “está integrado entre otros por Alberto Binder, Juan Gabriel Tokatlian, Rafael Bielsa, Paula Litvachky, Margarita Trovato, Beatriz Busaniche, Ernesto Chaparro, Sidonie Porterie, Lisandro Pellegrini y Máximo Sozzo”. Según reza la nota, estos serían “expertos” en Inteligencia pero la realidad es que no se conoce que ellos hayan caminado por los pasillos del servicio ni por las aulas de la Escuela Nacional de Inteligencia en calidad de agentes para poder conocer sobre la materia. Es que la Inteligencia es una disciplina que solo se aprende en el ejercicio de la actividad. Como alguien escribió por ahí con respecto a esta nueva ley, “es difícil crear o intentar reformar algo, de lo que se desconocen, su arquitectura, misión y objetivos”.

Por otro lado, en este punto, es quizás apropiado reflexionar si ese “consejo consultivo” no entra en colisión con la Ley 25.520 que en su artículo 11º expresa:

Queda prohibida la creación conformación y funcionamiento de asociaciones, instituciones, redes y grupos de personas físicas o jurídicas que planifiquen y/o ejecuten funciones y actividades de inteligencia en cualquiera de sus etapas asignadas por la presente ley a los organismos integrantes del Sistema de Inteligencia Nacional.

La redacción de las leyes compete al Congreso Nacional, cuyos miembros también confeccionan leyes sobre temas que desconocen y que ni siquiera se asesoran con el personal que lleva a cabo determinadas actividades que, como en el caso de la Inteligencia, son muy específicas.

Según Página 12, la nueva ley pondrá “énfasis en la inteligencia estratégica, no en la inteligencia criminal como dominó en las últimas décadas a la exSecretaría de Inteligencia”. Precisamente esta era la función de la SIDE, la que fue desvirtuada principalmente durante las dos últimas décadas gracias a la intervención de los políticos y a las “purgas” que cada tanto fueron llevando a cabo los gobiernos democráticos, siendo la más importante la que llevó a cabo el gobierno de la Alianza el 7 de febrero de 2000. No es nada nuevo que la Inteligencia Estratégica “es necesaria para el desarrollo integral del país”, algo que parece descubrir la nueva conducción gracias a “una de las charlas públicas que uno de los integrantes del consejo consultivo dio para la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI)”.

La gestión de Macri también hizo uso de la “propaganda” en contra de la Inteligencia argentina. Las notas periodísticas que hablaban de que Macri tenía por objetivo “sanear y profesionalizar la agencia” se repetían en los diarios allegados a ese gobierno así como hoy Página 12 nos habla de esta nueva ley. Se echa personal de carrera para hacer lugar a los “nuevos profesionales de Inteligencia” que cada gestión recoge en la calle para “profesionalizar el organismo”. En los últimos años, cada gestión echa a esos “expertos en Inteligencia” que la gestión precedente hizo ingresar para “profesionalizar el servicio”. Amigos, parientes y militantes de todos los colores encuentran empleo en la AFI, una constante que ha vaciado a la Inteligencia Nacional de sus verdaderos profesionales, los que deberían haber transmitido sus conocimientos a las nuevas generaciones.

Finalmente, la nota dice que existe una propuesta de que “el director general de la Agencia sería un agente de carrera” aunque aclara que “ese punto no figura en el borrador”. En realidad, no quedan funcionarios de carrera tras diecisiete años en que los gobiernos kirchneristas y macrista se encargaron de destruir el servicio y de “eliminar”, mediante “ofrecimientos jubilatorios” y “retiros voluntarios”, a todo el personal de carrera que tuviera muchos años dentro del organismo.

En verdad, se hace necesario rearmar el Sistema de Inteligencia Nacional pero, en ningún caso sería una tarea que deban hacer quienes se encargaron de destruirlo. Quizás en la reforma sea conveniente que el organismo nuevamente se llame SIDE (Secretaría de Inteligencia de Estado), para recordarles a los políticos que la Inteligencia no es de un gobierno sino que está al servicio del Estado Nacional.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

 

Referencias

[1] Luciana Bertoia. “La interventora de AFI, Cristina Caamaño trabaja en su redacción. Los principales lineamientos de la nueva ley de Inteligencia. Página 12, 24/01/21, https://www.pagina12.com.ar/319273-los-principales-lineamientos-de-la-nueva-ley-de-inteligencia.

[2] Proyecto de ley. Expediente 5577-D-2016. Sumario: REFORMA DEL SISTEMA DE INTELIGENCIA NACIONAL Y CREACION DEL SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGACION DE LA REPUBLICA ARGENTINA. DEROGACION DE LAS LEYES 25520 Y 27126. Fecha: 26/08/2016, https://www.diputados.gob.ar/proyectos/proyecto.jsp?exp=5577-D-2016.

[3] “La Coalición Cívica pide eliminar la AFI”. Agencia Legislativa, http://agencialegislativa.com/la-coalicion-civica-pide-eliminar-la-afi/

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