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VOLVER A EMPEZAR

Iris Speroni*

Son decisiones. Es un nuevo régimen y como todo buen régimen, cambia las cosas de raíz. Los progres lo entendieron. Nosotros somos quienes no hemos entendido (todavía).

Hace unos días un compañero me pidió que preparemos un programa general que permita que el que trabaja tenga un buen ingreso, que haya salud, educación, “Respeto irrestricto a las leyes sean buenas o malas”, defender la familia, mejorar el tejido social, defender nuestro lugar en el concierto de las naciones y unas pocas cosas más.

Así que empezaremos a trabajar en el tema.

Hay que rebootear al país. Fecha caprichosa: volver al 31 de diciembre de 1975. No porque las cosas anduvieran perfectas en ese momento (bombas explotaban a razón de dos por día, la inflación volaba, etc.), sino porque es la última estructura legal antes de la dictadura y de la progresía. Lo que propongo es volver al estado jurídico previo al 1º de enero de 1976. En algunas cosas será imposible, porque la constitución de 1994 está vigente, pero se entiende.

¿Qué significa rebootear?

Significa cambiar el régimen. Acá quiero atar este texto con las propuestas en igual sentido de Curtis Yarvin (https://graymirror.substack.com). En el caso de él para los EEUU (de lo cual sólo me importan los aspectos metodológicos) y en mi caso, Argentina.

Tenemos que cambiar el régimen que gobierna argentina, que es esta alianza entre los woke/progres/commies champagne y la banca/los organismos internacionales/especímenes de empresarios como De Mendiguren o Lascurain. Esta alianza hace mucho más que gobernar: ha establecido un nuevo régimen.

Cambiaron las leyes fundamentales. 1994 la Constitución. Cristina Fernández cambió 3 de los cuatro códigos con la colaboración de radicales, Coalición Cívica y el PRO.

Se modificó desde los cimientos la educación, el sistema de salud, la moneda, la industria, la propiedad de la tierra, la propiedad de las empresas, el control de los puertos, el comercio internacional (hoy el mayor trader es el Estado chino), la explotación petrolera y minera, la pesca, el sistema impositivo.

Don Lohengrin hizo un excelente análisis sobre los mitos que creó la progresía para reemplazar los símbolos y la historia patria en EL MITO FUNDACIONAL. El nuevo régimen erradicó de la faz de la tierra lo que construimos desde 1816 a 1983. Y está bien, es lo que todo nuevo régimen debe hacer: cambiar todos los símbolos, las efemérides, etc. Ejemplos adicionales: desde Macri a la fecha no se festejan más las fechas patrias ni los presidentes rinden honores a nuestros próceres. Las fechas “patrias” más importantes han pasado a ser el 10 de diciembre y el 24 de marzo (ambas post 31 de diciembre 1975, es decir: del nuevo régimen). Bandera: el Congreso de la Nación reemplazó la efeméride del Día de la Armada Argentina que brinda homenaje a la batalla de Montevideo por un homenaje al grupo LGTB. Cornejo, Rodríguez Larreta y otros seres brindaron pleitesía a la substitución de la bandera argentina.

Curtis Yarvin propone CERREMOS LA UNIVERSIDAD. Algunos me preguntaron cómo era eso posible. Mi respuesta es: fácil, vean cómo la progresía cambió a la Argentina en sólo 40 años. No quedó piedra sobre piedra. La ESMA fue convertida en taller de enseñanza de circo. Se cerraron cientos de fábricas y se desindustrializó el país. Argentina pasó de tener el mejor sueldo medio al sur del Río Bravo a que sea inferior al de Brasil. Pasamos de tener una educación y salud ejemplar en el mundo a … bueno, lo que tenemos hoy. Nuestras FFAA otrora bien pertrechadas y bien pagas pasaron a ser una ínfima parte del presupuesto nacional[1].

Son decisiones. Es un nuevo régimen y como todo buen régimen, cambia las cosas de raíz. Los progres lo entendieron. Nosotros somos quienes no hemos entendido (todavía).

De acá a futuro

#Educación

Tirar a la basura todas las reformas e innovaciones desde Alfonsín a la fecha. Son, como efectivamente afirma la profesora Pividori, reformas comunistas. Por lo que hay que volver a las reglamentaciones y estatutos escolares vigentes al 31 de diciembre de 1975. Boletín, notas, dictados, ejercicios, llegar a horario e ir todos los días, sanciones si te portás mal, etc. Examen de ingreso al secundario. Examen de egreso del secundario. Examen a los maestros y profesores para poder ingresar a trabajar, etc. Tirar a la basura todos los manuales nuevos (post 1983). Se entiende. Si hubo algún cambio positivo luego de 1983 se incorporará luego de una revisión. Orden en los establecimientos educativos, desde que estén en buenas condiciones y limpios, buenos sueldos para el personal, directores sensatos, sin huelgas. etc. Renacionalizar la educación. Cerrar las universidades (esto ampliaré otro día).

#Salud

Una excelente salud pública para que las familias no necesiten contratar ningún servicio privado (más allá de que sean libres de hacerlo). Profesionales bien pagos, con examen de ingreso. Orden dentro de los hospitales, con horarios, inventarios y auditorías sorpresa y rutinarias. Dedicar las tardes a la atención gerontológica con dos objetivos: aprovechar la infraestructura, abaratar los costos del PAMI. Prevención, lo que se logra de cuatro maneras: a) buena nutrición para lo cual hace falta poder adquisitivo, educación y el hábito de cocinar en casa, b) ejercicios físicos como práctica incorporada para toda la vida, c) revisiones periódicas, anuales en el caso de adultos, más frecuentes en el caso de niños y gerontes, d) educación vial. Renacionalizar la salud.

#Seguridad & #Justicia

Seguridad y Administración de Justicia. Respecto a lo primero ha escrito Lohengrin[2]. En cuanto a la administración de justicia lo resumo: echemos a los hippies del sistema judicial y penitenciario argentino (CAOS y ORDEN Y CAOS).

#Defensa

FFAA. Remito a lo escrito por Tom E. Lawrence en NECESITAMOS FUERZAS ARMADAS. Resumo: objetivo tras el cual reconstruirlas más presupuesto. Agrego yo: 3% del PBI anual. Tengo ideas adicionales a las del autor, que no modifican un ápice su propuesta. Mis agregados tienen que ver con las universidades, así que también son para otro día.

En cuanto a economía he escrito en abundancia. Reconstruir los FFCC, ofrecer incentivos para que la población se instale en el interior del país, hacer un gigantesco programa de embalses y riego que permita forestar y la explotación agropecuaria en donde hoy hay secano. Tener un tipo de cambio alto para fomentar la inversión industrial (que se mudó a Brasil o directamente cerró) y las exportaciones. Tener flota mercante de bandera argentina. Reabrir los astilleros. Reabrir la fábrica militar de aviones y FFMM en general. Aumento de las exportaciones que sea motor de la economía y del crecimiento del nivel de vida de la población. Llevar el sueldo medio a mil dólares. Obras de infraestructura de envergadura en el manejo del agua y la generación y distribución de energía.

#Ciencia

Un plan que permita la autosustentación en patentes de nuestra producción agrícola, nuestra farmacéutica veterinaria, producción de energía. Ciencia al servicio de nuestros objetivos nacionales y militares. Ídem comunicaciones e informática. Entender la ciencia, las comunicaciones y la informática como parte del sistema de Defensa. 

#Energía

Continuar inversión en energía nuclear. Hidrocarburos a precios internacionales suficientes para el consumo doméstico incluyendo los crecimientos previstos. Excedentes exportables pero como negocio marginal. Continuar con la matriz eléctrica en base a gas mientras se puedan más nuclear más presas hidroeléctricas. Deberá acompañar el crecimiento de: a) las exportaciones, b) la industria que crecerá con las nuevas medidas económicas, c) el traslado de población propuesto. También debe estar regido por un criterio de Defensa.

Lo más importante: restablecer el orden. El país está profundamente desordenado y hay que empezar a poner cada cosa en su lugar.

Para la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Referencias

[1] Actualmente el estado nacional cuenta con el mayor presupuesto en términos absolutos de los 205 años de historia. Aun así, las FFAA pasaron de recibir recursos que permitieron una flota poderosa y cientos de aviones de combate y entrenamiento, regimientos en todo el país, infantería, artillería, etc. a lo que tenemos hoy. Eso ha sido una decisión política. Como hubo un cambio de régimen y quienes gobiernan están TODOS de acuerdo, el desfinanciamiento de las FFAA no hizo ruido, a pesar de que murieran decenas de aviadores porque se precipitaran aviones obsoletos y se hundiera el único submarino que teníamos. Esto demuestra que es una cuestión de voluntad y lo que era imposible en algún momento, luego se puede perfectamente.

[2] Resumo/agrego: a) selección, b) entrenamiento, c) buenos sueldos, d) pagar uniformes, armas, balas, entrenamiento físico y de tiro en forma permanente, e) disciplina interna, f) inteligencia.

Publicado originalmente el 15/01/2022 en Restaurar.org http://restaurarg.blogspot.com/2022/01/volver-empezar.html

 

RETOS DEL PERÚ MULTIÉTNICO Y MULTICULTURAL

Francisco Carranza Romero*

Hilaria Supa Huamán. Foto: Congreso de la República del Perú.
Voz valiente de una mujer

Hay libros que hablan como los seres humanos porque nos transmiten informaciones que motivan la reflexión y despiertan los sentimientos (alegría, tristeza y enfado). Es el caso del libro “Hilos de mi vida” de Hilaria Supa Huamán (2010, Ediciones del Congreso del Perú). La autora narra su vida desde sus primeros años en su pueblo natal (Huayllaccocha, entonces una hacienda en el distrito de Huarocondo, provincia de Anta, departamento de Cuzco, Perú), de sus experiencias como trabajadora doméstica desde antes de tener diez años, de su maternidad, de sus esfuerzos para no seguir siendo iletrada, de soportar los insultos y desprecios por ser diferente a las citadinas (indumentaria y hablar el quechua).

Desde el inicio ella nos advierte: “Yo no cuento mi historia para que me digan: ‘Ay pobrecita, todo lo que le ha pasado’, sino porque la historia de mi infancia y juventud es la historia de muchas mujeres indígenas de mi tierra” (p. 1). Y César Zumaeta Flores, entonces presidente del Congreso de la República, presenta el libro con palabras de quien conoce la realidad peruana: “Es testimonio vivo de que somos un país de múltiples ensambles culturales, multilingüe, que se construye y reconstruye cada día en el intercambio de nuestras diferencias”. Si todos los congresistas conocieran y asumieran esta realidad tendríamos mejores leyes.

Sin embargo, la vida sufrida de Hilaria no es única porque hay muchas historias de gente explotada y ultrajada. A pesar de todo, la superación de ella gracias a su coraje y paciencia es de muy pocos; y también, como ella narra, tuvo la suerte de encontrarse con gente buena que la ayudó, y hasta llegó a ser congresista.

El libro contiene valiosos datos y denuncias que merecen ser tomados en cuenta para mejorar las condiciones de vida de los que más sufren. Por su relato testimonial comprendemos los esfuerzos de los que tienen que enfrentarse a tantas situaciones injustas:

  1. Nacer en el área rural y en familia de economía pobre. La actividad agropecuaria no organizada ni asesorada da apenas la subsistencia, ingreso económico no suficiente porque las mejores tierras, desde los tiempos de la conquista, fueron repartidas y apropiadas. Y el despojo de las tierras aún continúa con maniobras legales. Las áreas rurales carecen de muchos servicios como las vías de comunicación, centros de salud y escuelas; por eso, sus pobladores tienen que marcharse del pueblo natal para estudiar, ganar dinero, y curarse —cuando los curanderos ya no pueden— hacia las ciudades a días u horas de distancia donde, a veces, ni siquiera tienen familiares. Y los urbanos, creyéndose modernos y superiores por gozar de estas ventajas, en vez de comprenderlos, los maltratan.
  1. Nacer en una comunidad indígena. Los indígenas peruanos constituyen una minoría que, a pesar del menosprecio oficial, aún mantienen su cultura: lengua, creencias, ritos, medicina tradicional, agricultura natural, música, danzas, ritos, gastronomía, vestimenta, etc. El hablante de una lengua indígena, para realizarse como ciudadano útil y respetado, tiene que cumplir, le guste o no, el largo y difícil proceso de la educación escolarizada en castellano con profesores y compañeros que sólo hablan castellano, con textos escolares en castellano, y los exámenes y entrevistas en castellano. Y los programas de alfabetización, cuando hay, cumplen los intereses políticos y religiosos. “Los alfabetizadores del Estado van preparando a la gente para las siguientes elecciones, para que marquen el partido del gobierno; y las sectas defendiendo su religión. Una vez más, somos utilizados” (p. 158). Qué bueno sería que los centros escolares de todos los niveles formaran ciudadanos que conozcan la realidad nacional para sentir la identidad cultural y asumir la historia con realismo y optimismo. Hilaria Supa no se queda en la crítica, también emite su propuesta que, ojalá, llegue a las autoridades del Ministerio de Educación y del Congreso: “… que se enseñe a los niños en su lengua materna, y que, poco a poco, aprendan el castellano como segunda lengua, como una lengua que necesitan para defenderse en la vida” (p. 155). En Perú, la lengua y cultura de los que iniciaron la conquista y el colonialismo en 1532 tiene mayor prestigio y difusión nacional e internacional. Los doscientos años de la independencia no muestran los cambios a favor de los indígenas peruanos, descendientes de los americanos milenarios.
  1. Nacer mujer. Su voz es de una mujer que ha sufrido tantas vejaciones en su familia, comunidad, lugares de trabajo e instituciones. Ella conoce, desde su niñez, las desventajas de la mujer porque en la sociedad el varón es quien tiene voz y mando. “¿Por qué hay tantos varones que abusan de las mujeres y después niegan, abandonan o maltratan a sus hijos? ¿Acaso los varones nacen machistas? ¿Son malos por ser varones?” (p. 15). Ella misma da la respuesta: “Los varones no nacen machistas, el ambiente los vuelve de esa manera, así como el ejemplo que dan los padres y la sociedad” (p. 153). “La religión de los invasores habla de un dios varón, todopoderoso, que está en el cielo. Para nosotros los dioses son varones y mujeres que están en la tierra, en el agua, en los cerros y también en el cielo. Para nosotros las diosas no son vírgenes sufridas y sumisas, son madres, son fértiles” (p. 90). El dios celestial y lejano parece inalcanzable para los seres humanos comunes; por eso, existen los supuestos intermediarios.

Promover la educación para cambiar esta realidad.

En el libro hay propuestas y respuestas directas e indirectas.

Asumir la indigenidad. “Debemos capacitarnos y concientizarnos hasta llegar a un nivel donde no sintamos vergüenza de nuestro origen” (p. 55). “Los indígenas debemos hablar por nosotros mismos, no debemos esperar que otra persona hable por nosotros ni mucho menos debemos hablar lo que ellos nos enseñan sin haber pensado antes” (p. 68). Con el uso del pronombre personal “nosotros”, ella asume con sinceridad su origen o raíz.

Por sus participaciones en los eventos internacionales ella ha tenido contacto con profesionales e indígenas extranjeros, así sabe que los indígenas peruanos no son los únicos casos de la injusticia. “Las naciones indígenas de todo el continente de América tenemos culturas parecidas y problemas parecidos de marginación y desaparición” (p. 97).

Supa critica a los grupos religiosos fanáticos: “Todos piensan que poseen la verdad. Prohíben que bailemos nuestras danzas, que toquemos y cantemos nuestras músicas. Prohíben que seamos nosotros mismos” (p. 95). Estas prohibiciones afectan la celebración de las fiestas y ritos según el calendario solar (solsticios de verano e invierno) y según el calendario lunar (fases y el plenilunio más grande del año: hatun pampa killa) que son importantes en la agricultura, ganadería, pesca y tratamientos terapéuticos.

Debemos cuidar la salud humana y de la tierra. Es la visión andina de que el ser humano es parte de la naturaleza. Tomando en cuenta sus testimonios y denuncias pedimos a los egresados de los centros superiores que visiten las áreas rurales para ampliar sus conocimientos.

Los del área de salud, con una actitud de apertura y humildad pueden descubrir los males como el susto, chucaque, mal del ojo, mal aire, etc., que tienen sus etiologías y curaciones propias. En Perú, muchos pueblos vivieron y viven gracias a los curanderos que conocen las virtudes curativas de los productos de plantas, animales, sales, arcillas que hay en su contorno. Con estos materiales preparan remedios y se curan. Y, cuando ya es imposible curar, ayudan a preparar al paciente para que muera con dignidad; y también preparan a la comunidad, para que haga una buena despedida al miembro que se va. La reciprocidad (rantin en quechua I, ayni en quechua II) ayuda a vivir y a aceptar la muerte como un proceso natural.

Sobre las diferencias de atención a los enfermos, comenta dos casos: En la fractura ósea los curanderos usan emplastos de hojas, raíces y grasas de ciertos animales para fortalecer el hueso en vez del frío y duro yeso que ponen en los hospitales. En el parto, la parturienta es colocada de rodillas y tratada con emplastos calientes y brebajes también calientes; en los hospitales tratan a base de inyección y pastilla. Y reconoce la apertura mental del médico Jorge Valdivia y de la enfermera Libia Pinares, quienes conocen y respetan la medicina tradicional. Con profesionales como los mencionados se puede capacitar a los curanderos y aprender también de ellos el uso de las medicinas tradicionales; así habrá mejor servicio en los poblados. Y mejor, si el diálogo es en la lengua de los indígenas. “Tal vez, partiendo de mi propia situación, inválida por la artritis, siento muy fuerte el valor de un cuerpo sano y la salud íntegra del cuerpo, la mente y el espíritu, sin golpes, gritos ni maltratos” (p. 120). “En las prácticas aprendemos a preparar diferentes jarabes, tinturas y cremas con insumos que están a nuestro alcance” (p. 137).

Promover la agricultura ecológica que protege la tierra y la planta, aunque el producto no es grande como desean en la ciudad. Los agroquímicos (fertilizantes y plaguicidas) empobrecen la tierra e intoxican al medio ambiente y al consumidor. La concientización y capacitación desde la escuela debe ser labor de los especialistas en plantas, animales y alimentos.

En las universidades de Corea del Sur, me consta, hay dos escuelas de medicina que se colaboran tratando de atender lo mejor posible al paciente: Facultad de Medicina Occidental y Facultad de Medicina Asiática. Ambas escuelas utilizan los nuevos avances de la tecnología y los ponen al servicio de la salud.

Superar el alcoholismo. El método más efectivo para dominar a otro es darle droga en vez del salario justo, comida, educación y mejores oportunidades de vida. Los fanáticos y ambiciosos conquistadores del Perú usaron el alcohol para dominar y explotar a los indígenas; los ingleses, en otros lugares, recurrieron a exterminarlos o les dieron el opio para hundirlos en el vicio.

Otro motivo del consumo del alcohol es la celebración de las fiestas religiosas. Cada pueblo, por más pequeño que sea, tiene su santo patrón o santa patrona a quien se le alegra con fiesta costosa que termina en borrachera. El apóstol Santiago (llamado Santiago Matamoros en España; Santiago Mataindios en América) recibe muchas fiestas en el mes de julio. Los quechuas lo llaman Shanti Illapa (Santiago Trueno). El nombre de este patrón genocida es también topónimo de muchos pueblos.

Y, ¡qué coincidencia!, el hacendado y el amo de la casa donde hay personal de servicio son llamados también patrón o patrona. Los evangelizadores, salvo honradas excepciones, fueron cómplices de la dominación de los pueblos.

La conducta de los padres borrachos, malgastadores y violentos, desgraciadamente, es imitada por los hijos. Los indígenas borrachos son los que traicionan a sus hermanos cuando se alzan pidiendo mejores condiciones de vida.

Las religiones que predican el no consumo del alcohol hacen cambiar la mala costumbre de tomar alcohol hasta la borrachera; pero, después aprovechan para convertirlos en fanáticos creyentes hasta hacerlos despreciar su propia cultura. Así la religión no libera, porque de una droga se pasa a otra droga.

Hilaria Supa clama: “El Estado debe prohibir la venta del alcohol industrial (alcohol metílico de 96°). Así como se prohíbe la droga se debe prohibir la venta sin control del alcohol que también es droga” (p. 147). Y el alcohol es tan popular que hasta tiene muchos nombres: ron, cañazo, chacta, llonque, huacshu, huascu. Y es común huasquarse por cualquier motivo. Tanto en el área rural como en la ciudad, no hay fiesta sin el consumo de alcohol; no hay reunión familiar y amical sin la música ruidosa. ¿Para alegrase se necesita tomar alcohol?

Los movimientos políticos, hablando de la igualdad y justicia, practican la discriminación y el acaparamiento del poder. Cuántas veces los astutos políticos, para lograr firmas de apoyo y votos, van a las comunidades con regalitos, alcohol y promesas, se disfrazan, danzan graciosamente y balbucean algunas palabras en la lengua indígena. Así se aprovechan de los ingenuos. A esta farsa teatral, Supa critica: “En la ciudad, mayormente, acostumbran llamar disfraz a nuestra vestimenta; dialecto a nuestro idioma; a nuestro arte lo llaman artesanía; a nuestra música, folklore; y a nuestras ceremonias, brujería” (p. 69).

Extinción del indígena, triunfo de la civilización. En la década 90, los funcionarios del gobierno planearon bajar la pobreza reduciendo la población indígena. Con engaños y regalos muchas mujeres pobres del campo fueron esterilizadas para no tener que criar más hijos. Hilaria denuncia: “Es increíble, pero cierto que el gobierno de Alberto Fujimori había planificado, desde sus oficinas, cuántas mujeres en cada provincia tenían que usar algún método de planificación familiar; … cuántas tenían que usar T de cobre y cuántas debían hacerse la ligadura de trompas” (p. 125). “En vez de crear un sistema más justo, con espacio para todos, era más fácil… reducir la población indígena. Los científicos llaman a esto genocidio, otros lo llaman violación de los derechos humanos” (p. 126). Las consecuencias de las esterilizaciones son físicas y psicológicas. Los que investigan y denuncian estos hechos son amenazados y criticados ferozmente. El juicio por las esterilizaciones forzadas ya lleva 20 años sin ninguna sentencia.

Los que nos identificamos indígenas (perunígenas, amerígenas y terrígenas) consideramos que la educación es el mejor camino de superación de los pueblos. El proteccionismo y el asistencialismo crean la dependencia y matan la creatividad y la autovaloración.

 

* Investigador del Instituto de Estudios de Asia y América, Dankook University, Corea del Sur.

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TÚNEZ ENTRE EL ISLAMISMO Y LA ‘VARIANTE DELTA’. LA PANDEMIA, LA CRISIS ECONÓMICA Y LAS PRESIONES ISLAMISTAS OBLIGAN AL PRESIDENTE A DAR UN GIRO AUTORITARIO.

Giancarlo Elia Valori*

Kaïs Saied, Presidente de Túnez [Imagen de la Presidencia de Túnez/Anadolu Agency]

El domingo 25 de julio, en un día dedicado a celebrar la independencia del país, en una medida que sorprendió tanto a observadores como a diplomáticos, el presidente tunecino Kaïs Saied relevó de sus funciones al primer ministro Hichem Mechichi, que llevaba en el cargo desde septiembre de 2020. Suspendió los trabajos del Parlamento y destituyó a los Ministros de Interior y de Defensa.

Mechichi, así como el presidente del Parlamento, Rachid Gannouchi, son miembros del partido islamista Ennhada que, con el 25% de los votos, tiene la mayoría de los escaños parlamentarios y desde 2011, cuando volvió a la legalidad, se ha convertido en una poderosa fuerza política que ha intentado —sin recurrir a la violencia— dar al Túnez secular un giro progresivo hacia el islamismo más militante.

Como es bien sabido, Túnez fue el primer país musulmán en ser atravesado por el viento tormentoso de las “primaveras árabes” cuando, en diciembre de 2010, un joven vendedor ambulante de frutas y verduras, Mohamed Bouazizi, se prendió fuego en una plaza en el centro de Túnez para protestar contra la corrupción del gobierno del presidente Ben Ali, en el poder durante 23 años.

Las manifestaciones que siguieron a la muerte del joven vendedor ambulante llevaron a derrocar al presidente Ben Ali en enero de 2011, quien se vio obligado a exiliarse en Arabia Saudí con toda su familia, así como a la caída del gobierno de Mohamed Gannouchi y, en octubre del mismo año, a nuevas elecciones que vieron el éxito del partido religioso, Ennhada, que había sido prohibido por Ben Ali. Esto desencadenó una serie de innovaciones políticas que llevaron —en enero de 2014— a la aprobación de una nueva Constitución que, a pesar de la fuerte presión parlamentaria de los islamistas más radicales, puede considerarse una de las más progresistas de todo el norte de África.

En los cinco años siguientes, Túnez —en medio de vaivenes políticos y económicos— mantuvo un grado de estabilidad interna que le permitió amortiguar las presiones islamistas que, en otros países de la región, habían convertido los llamados “manantiales” en pesadillas marcadas por disturbios y sangrientos conflictos civiles.

Ennhada se integró gradualmente en una especie de “arco constitucional”, a pesar de las protestas de sus militantes más radicales, y su líder más carismático, Rachid Gannouchi, incluso fue nombrado Presidente del Parlamento de Túnez.

En los últimos años, sin embargo, el país se ha visto afectado por el problema de la corrupción de toda su clase dirigente, incluidos los islamistas. Es en una plataforma programática para combatir este fenómeno de manera decidida e implacable que, en octubre de 2019, un eminente profesor de Derecho, Kaïs Saied, fue elegido Presidente de la República.

En agosto de 2020, el presidente Saied nombró a Mechhichi, un moderado que ya había sido su asesor político, para formar un gobierno tecnocrático, “libre de la influencia de los partidos”.

La situación ha sido testigo del establecimiento de lo que los medios de comunicación tunecinos llaman el “gobierno de los tres Presidentes”, a saber, Saied (Presidente de la República), Mechichi (Presidente del Consejo) y Gannouchi que, como Presidente del Parlamento, intenta hacer que cuente la presencia mayoritaria de los islamistas ennhada en el poder legislativo.

Los equilibrios son frágiles y se hacen aún más precarios por las fuertes consecuencias sociales y económicas del impacto de la pandemia de Covid-19 en el país.

Desde principios de este año, Túnez se encuentra en un estado de crisis sigilosa: la incertidumbre política causada por la búsqueda perenne de una difícil situación política y gubernamental se ha visto agravada por las tensiones ideológicas y personales entre los “tres Presidentes”, cuyas posiciones sobre los instrumentos con los que hacer frente a la pandemia y la crisis económica se han ido agravando hasta el punto de producir una situación de parálisis política y legislativa completamente insostenible.

En las últimas semanas, la “variante Delta” de la pandemia ha provocado un repunte de contagios, causando más daños no solo a la población y al sistema sanitario, sino también y sobre todo a la economía de un país que está viendo desaparecer por segundo año consecutivo la posibilidad de impulsar su producto interior bruto con el turismo. Durante décadas, el turismo ha sido una fuente insustituible de sustento y enriquecimiento para amplios sectores de la población. La crisis pandémica ha actuado como multiplicador de la crisis económica, con la pérdida progresiva y aparentemente imparable del valor del dinar y la disparidad cada vez más aguda entre los cada vez más pobres y los cada vez más ricos.

El enfoque del gobierno ante la pandemia ha sido poco menos que desastroso. Mientras que la Organización Mundial de la Salud declaró a Túnez “el país más infectado de África”, el gobierno vio el cambio de cinco ministros de Salud en sucesión, cada uno de los cuales propuso medidas de emergencia confusas y descoordinadas (confinamiento, toque de queda), que fueron completamente ineficaces para contener la propagación del virus y los altos niveles de mortalidad.

Las reglas de confinamiento, a menudo improvisadas y contradictorias, han exasperado a la población, que ha tomado partido por las dos partes del frente político: por un lado, los partidarios de Ennhada, que están convencidos de que la parte tecnocrática del gobierno es la culpable de la crisis sanitaria y económica; por otro lado, los laicos, que acusan a los islamistas de ser la causa de todo y de jugar al juego de “tanto peor, tanto mejor” para desestabilizar permanentemente las instituciones y convertir a Túnez en un Estado Islámico.

La propia Ennhada no ha quedado indemne de disputas y divisiones internas, entre los “insensorados” que quieren que el partido vuelva a sus orígenes militantes y los que prefieren “permanecer en el poder y gobernar” que —como está ocurriendo actualmente en Italia— prefieren buscar la estabilidad en la situación y mantener sus posiciones de poder.

En mayo pasado, Abdellhamid Jelassi, jefe del “Consejo de Doctrina” de Ennhada, dimitió acusando al líder del partido y presidente de la Cámara de Diputados, Gannouchi, de retrasar la fecha del Congreso para evitar su defenestración y el nombramiento de un sucesor más cercano a las ideas originales del movimiento y a los principios más radicales de la doctrina islámica que, según los miembros ortodoxos, han sido traicionados por “los que quieren gobernar” en aras del poder.

Fue en esa situación de crisis económica, política y social que, invocando el artículo 80 de la Constitución de 2014, el presidente Saied destituyó al primer ministro junto con otros miembros del gabinete y suspendió los trabajos del Parlamento durante treinta días.

Muchas personas dentro del país y en el extranjero, empezando por la Turquía de Erdogan, gritaron el golpe de Estado.

En Ankara, el portavoz del AKP, el partido del presidente Erdogan, definió las acciones del presidente Saied como “ilegítimas” y amenazó con sanciones contra quienes “inflijan este mal a nuestros hermanos y hermanas en Túnez”, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores turco se limitó con más cautela a expresar su “profunda preocupación” por la suspensión de las actividades parlamentarias.

Es significativo, sin embargo que, en el frente nacional, después de las primeras protestas callejeras de islamistas y simpatizantes de Ennhada, que fueron inmediatamente reprimidas duramente por la policía, y después del cierre de las oficinas de la emisora qatarí Al Jazeera, que siempre ha fomentado las demandas islamistas, así como la destitución de la alta dirección de la televisión estatal, la “multitud” en las calles estaba dominada por manifestantes que veían con buenos ojos la iniciativa del Presidente que, en su opinión, ponía fin a las actividades de esa parte del gobierno nacional que se mostró totalmente incapaz de hacer frente a la emergencia pandémica y sus consecuencias sociales y económicas negativas.

Según quienes afirman que lo ocurrido el 25 de julio no fue un golpe de Estado, el presidente Saied no disolvió el gobierno tunecino: se limitó a destituir a ministros incapaces y dejar en su lugar a los del ala “tecnocrática”, con la esperanza de producir un giro de gobierno a la espera de que el Parlamento reabra a finales de agosto.

La situación está cambiando, pero parece que se está avanzando hacia la estabilización, que se acelerará si los países mediterráneos y la Unión Europea se mueven rápidamente para ayudar a Túnez a salir del estancamiento de la pandemia de y la crisis económica.

Ayudar a las autoridades tunecinas de forma pragmática a resolver la crisis política también redunda en interés de todos los países ribereños del Mediterráneo, empezando por Italia, no solo por razones de buena vecindad política, sino también para evitar que un posible caos tunecino desencadene un nuevo e incontrolado impulso migratorio. Esto es lo que está ocurriendo actualmente en Afganistán, donde, tras la “rendición incondicional” de los Estados Unidos y los aliados de la OTAN, los talibanes están regresando, con la primera consecuencia de un éxodo masivo de afganos a Turquía a través de Irán.

Según el ACNUR, la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, miles de refugiados de Afganistán se están desplazando hacia Turquía a un ritmo de entre 1.000 y 2.000 personas al día: un fenómeno que pronto podría afectar también a Italia.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

Nota aclaratoria: el artículo fue escrito en julio de 2021. 

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