LOS TRABAJADORES Y LA ANSES

Iris Speroni*

Las personas deben ganar bien y pagar pocos impuestos porque sí.

 

El sistema de jubilación argentino es como una caja negra. O no tanto.

Más de una vez me preguntaron sobre qué habría que hacer con las jubilaciones y cómo hacer para que los jubilados ganen más. Y lo más importante: que al mismo tiempo no suba el déficit fiscal.

Mi respuesta es siempre la misma: el déficit fiscal se debe al pago de intereses de deuda y no a las jubilaciones. El Estado Nacional paga de dos maneras: por el BCRA (LELIQ’s, ex LEBAC’s) y por intereses del Tesoro Nacional. Los números de intereses 2020 los conocemos: $ 1.220.000.000.000.- (más de un billón – continental – de pesos). Los números de intereses del 2021 los tendremos en unas semanas más.

En cuanto a las jubilaciones y otros pagos, es difícil de dilucidar si uno mira el presupuesto (ej. presupuesto 2021 presentado en 2020) cuánto corresponde a jubilaciones y pensiones de gente que aportó y cuánto corresponde a todo el resto de pagos que hace el ANSES (AUH, salario familiar normal, pensiones por invalidez, pensiones graciables, etc.).

Todo eso es un tema más a explorar. Por lo menos, para quitar los cucos con los que los políticos nos quieren asustar.

Dicho todo esto, sí hay información que ofrece la ANSES en su centro de estadísticas, la cual quiero compartir.

Es el inicio del año; no es tiempo para diatribas. Hace demasiado calor como para andar pensando colgar políticos de los faroles de Plaza de Mayo y esas cosas. Así que me limitaré a ofrecer datos tal como los hace público el Estado nacional.

De todas formas, no dejan de dar todo tipo de ideas.

Los que trabajan en blanco

Primero, miremos quiénes ponen dinero en el sistema, estos son los que aportan; llamados “aportantes”.

Vemos que hay más de nueve millones de aportantes a mayo 2021. Hay menos puestos que aportantes porque algunas personas tienen dos o más trabajos.

Los monotributistas sin aportes son, en casi todos los casos, gente que trabaja como autónomos en cooperativas de trabajo. Lo que con tanto orgullo el presidente se refirió como “economía social”. O lo que es lo mismo, trabajo negro encubierto, apañado por el Estado. En esos casos o no aportan o el aporte lo cubre el Nacional. Ya he planteado mi oposición a las cooperativas de trabajo que, a mi entender, sólo sirven para explotar al trabajador y no cumplir con las normas laborales en: 1) respeto al salario mínimo de convenio, 2) horarios, feriados, vacaciones, 3) seguridad en el lugar de trabajo. Pero pareciera que soy la única que se opone a este abuso; en fin, me importan cosas que no le importan a nadie.

En relación de dependencia hay más de siete millones de personas.

¿Cuánto ganan? Vamos a ver lo que le declaran al ANSES y a la AFIP que ganan. 

Diversas acotaciones:

  1. Los empleados públicos ganan en promedio más que los privados (redondeles azul y fucsia). Esto es una novedad en la historia argentina. Es un ciclo que comenzó Cristina Fernández. El PRO es uno de los fervorosos seguidores de este principio; ha llenado la ciudad de “directores/gerentes/etc.” que ganan montos que jamás lograrían en el sector privado.
  2. El ingreso promedio del poder judicial es de 363 mil pesos en mayo 2021, sólo superado por el servicio diplomático (esto último entendible ya que deben vivir en el exterior). En rojo y verde. Todo bien con los salarios judiciales si hubiera administración de justicia, que no la hay.
  3. Llama la atención que los docentes no universitarios tengan mejores sueldos en el sector público que en el privado (50% mejor). Seguro debe de haber alguna explicación, la cual desconozco (en amarillo).
  4. El ingreso de los docentes universitarios es casi igual a la de docentes no universitarios. Me llama la atención.
  5. El ingreso medio de los investigadores y científicos es de $ 143 mil pesos en mayo 2021. Ahí entendemos el amor a Cristian Fernández de la gente del CONICET, INTA, etc.
  6. El salario medio de YCRT (yacimientos de Río Turbio) es alto, pero todo el personal patagónico tiene un plus por vivir en zona inhóspita.

Ahora entremos un poco en detalle:

Acá vemos dónde trabajan las personas, qué tipo de trabajo y dónde. En qué trabajos hay mujeres y donde no.

Datos interesantes:

  1. En la ciudad de Buenos Aires trabajan más de cien mil personas.
  2. Más mujeres que varones en el poder judicial, en investigación y en las universidades.
  3. Como es de esperar, más mujeres en docencia no universitaria y en salud.
  4. Casi sin mujeres en minería, construcción, electricidad, transporte, agricultura y ganadería.
  5. Más mujeres que hombres en banca y seguros privados; muchas menos mujeres en bancos del Estado.
Remuneraciones

¿Cuánta gente gana bien? ¿Quién se lo paga? Datos de mayo 2021.

Les presento un cuadro de cuánta gente gana en cada rango de sueldo. Ejemplo: ¿Cuántos ganan entre $ 60.000 y $ 70.000? 720 mil personas.

Sólo 42 mil personas ganan más de $ 500.000 mensuales. Antes de que alguien se ponga verde de envidia, les recuerdo que son US$ 2.500 mensuales. Esto es inferior a lo que gana un peón de un criadero de chanchos en EEUU.

Más importante aún: seis millones trescientas mil personas ganan menos de mil dólares mensuales dentro de los trabajadores formales. Dios sabe cuántos más hay en el mercado informal. Por eso creo que todo plan de Nación que hagamos debe promover que el salario promedio sea mínimo de mil dólares, si podemos llegar a mil cuatrocientos dólares, mejor.

Pasivos

¿Cuántos cobran jubilaciones? ¿Cuánto dinero gana cada uno?

Existen cinco millones cuatrocientas mil personas que cobran jubilación o pensión. Esto fuera de todo plan social, o pensión graciable o cualquier otro tipo de pago.

De estas personas cuatro millones ochocientos mil es por la ley 24.241, la ley que se votó en tiempo de Menem. Algunos de éstos con beneficios por moratoria, otros, no. El resto es por regímenes especiales de algún tipo u otro.

  1. Casi la mitad de los jubilados y pensionados cobran el mínimo.
  2. El máximo por ley a septiembre 2021 era de ciento setenta y cuatro mil pesos. Entre cero y ese valor está el 94% del pago a beneficiarios.
  3. El 6% restante, que cobra por encima del máximo de ley, o bien están en regímenes especiales o son jubilados de antes de Menem y que ya en ese entonces cobraban más del máximo.
  4. Hay 237 personas que cobran más de $ 900.000.-
Corolario

No hay información suficiente para entender los presupuestos que Guzmán envía al congreso pero sí para empezar a hacer un plan diferente de país, donde los jubilados ganen bien y no sean una carga para el presupuesto nacional.

Comparados con la carga que representa el pago de intereses a la banca, los jubilados son coser y bordar. Aun así habrá que empezar a hacer cuentas. También hay que colgar a Massa por la moratoria, pero eso es otro cantar.

La solución que brindo es que haya pleno empleo, que sea 100% en blanco y que el salario promedio sea entre US$ 1000 y US$ 1400.-

Esto financiará al sistema de tal forma que permita una mejor remuneración a los pasivos.

Las personas deben ganar bien y pagar pocos impuestos porque sí. Porque merecen poder levantar su casa, armar algún reaseguro para la vejez, educar y vestir a sus hijos e ir 10 días de vacaciones a algún lado.

Que además esto permita financiar las jubilaciones, es un plus.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

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OCASO LÍQUIDO DE ZYGMUNT BAUMAN. (A CINCO AÑOS DE SU DESAPARICIÓN).

Abraham Gómez R.*

Zigmunt Bauman fotografiado por Bartlomiej Kudowicz / Forum

Acababa de cumplir 90 años, pero tenía tanta fascinación por la vida y por seguir teorizando que era capaz de enlazar dos y hasta tres vuelos en un solo día para ir de una ciudad a otras, con el único objetivo y entusiasmo de dictar una conferencia.

Abrigaba, sin descanso ni retorcidas retóricas, la intención de insistirnos que estamos viviendo en “una modernidad y una sociedad líquida”: su Tesis Mayor. Su apuesta indesligable y propositiva, en tanto guiatura para este tramo epocal.

Sentía plena emoción nuestro siempre consultado filósofo Bauman al pronunciar que no tenemos sino “Una vida caracterizada por no mantener un rumbo determinado, pues al ser líquida no mantiene mucho tiempo la misma forma. Y ello hace que nuestras vidas se definan por la precariedad y la incertidumbre. Así, nuestra principal preocupación es no perder el tren de la actualización ante los rápidos cambios que se producen en nuestro alrededor y no quedar aparcados por obsoletos”.

Detestaba dar respuestas simples a cuestiones complejas; por eso justificaba que se extendiera ante cada explicación que se le solicitara.

En su libro La vida líquida (2007), el diagnóstico sobre la sociedad de consumo en la que vivimos es demoledor por certero.

Zygmunt Bauman había sido considerada una figura de referencia de la sociología contemporánea. Su denuncia de la desigualdad creciente, su análisis del descrédito de la política o su visión nada idealista de lo que ha traído la revolución digital lo había convertido también en un faro para el movimiento global de los indignados, a pesar de que no dudaba en señalarles las debilidades.

Al momento de recibir el Premio Príncipe de Asturias, en 2010, en la mención Comunicación y Humanidades, expuso su clara definición sobre la Sociedad Moderna Líquida, en los siguientes términos: “es aquella sociedad donde las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas puedan consolidarse en unos hábitos y en una rutina determinada. Esto, evidentemente, tiene sus consecuencias sobre los individuos porque los logros individuales no pueden solidificarse en algo duradero, los activos se convierten en pasivos, las capacidades en discapacidades en un abrir y cerrar de ojos.

El nuevo modelo de héroe es el triunfador que aspira a la fama, al poder y al dinero…, por encima de todo, sin importarle a quién se lleva por delante”.

Acaso será temprano todavía para conferirle razón plena a nuestro laureado Bauman, cuando caracteriza a La modernidad líquida por su flexibilidad y la falta de estructuras sociales perdurables, sin darnos cuenta que determina y condiciona las relaciones y costumbres de los ciudadanos.

Y ahora cabría preguntarnos, en las claves narrativas de Bauman: ¿Cómo llegamos a este “tiempo líquido”?

Vivimos en un mundo en donde la incertidumbre debilita los sistemas de seguridad de los individuos, existe miedo por conformar relaciones a largo plazo, se postergan las relaciones por el Éxito, las redes sociales toman un rol fundamental a la hora de establecer vínculos, los individuos se insensibilizan y miden sus relaciones en término de Costo/beneficio, pero al mismo tiempo los sujetos se vuelven frágiles y vulnerables, todos estos factores comienzan a desmoronar la solidez de una sociedad, cambiando la rigidez de las estructuras por la flexibilidad de las mismas, las torna volátiles y transitorias; no existe la presencia de referencias y hay un completo desarraigo afectivo.

La expresión, acuñada por Zygmunt Bauman que acompañó toda su existencia filosófica, da cuenta con precisión del tránsito de una modernidad sólida, estable, repetitiva a una «líquida», flexible, voluble.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV).

Publicado originalmente en Disenso Fértil, 10/01/2022, https://abraham-disensofrtil.blogspot.com/

MUCHA DISCUSIÓN Y TODAVÍA POCA ACCIÓN

Jorge Montezinho (“Expresso das Ilhas”, Cabo Verde)

Las instituciones internacionales se pusieron manos a la obra, pero hasta ahora, los miles de millones disponibles para restaurar la economía global no se están distribuyendo de la manera más equitativa. El FMI, por ejemplo, adelantó 650 mil millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG), pero de esa cantidad, África solo tenía derecho a 33 mil millones de dólares, porque estas asignaciones se hacen en proporción al tamaño de los ahorros. Los países del G7 (los más industrializados del mundo) tienen un paquete de 200 mil millones de dólares a su disposición, y los del G20 (las economías más grandes del mundo) tienen acceso a 400 mil millones de dólares.

Los datos también muestran que los países ricos han utilizado menos del 2% de los DEG a los que tienen derecho, mientras que los países africanos ya han utilizado más del 50%. Entonces, lo que se ha debatido en los últimos meses es ¿qué pueden hacer los países que tienen DES que no usan? En octubre, después de otra reunión, los países del G20 acordaron devolver a los países vulnerables $ 100 mil millones de la suma total de Derechos Especiales de Giro emitidos por el FMI para abordar la crisis de salud, una idea que ya había sido propuesta. En mayo, por los franceses presidente Emmanuel Macron, durante la cumbre Francia-África. Pero todavía no ha pasado nada.

“La idea de transferir DEG de países más ricos a países africanos no tuvo ningún efecto práctico, al menos en términos multilaterales, como se suponía”, dice el economista angoleño Jonuel Gonçalves a Expresso das Ilhas. “Siempre he estado a favor de una moratoria seria —un mínimo de tres años— en lugar de la nueva deuda implícita en los DES. La moratoria significa recurrir al dinero que ya existe en nuestros países, creando nuevos términos para que ese dinero se convierta en una inversión y no en una hemorragia de divisas.

Me temo que se ha perdido la gran oportunidad, porque las reglas y el humor en los centros financieros cambian según la presión de la coyuntura. Los países endeudados o con un déficit de capital tienen más probabilidades de recurrir a cualquier mecanismo para recaudar nuevos fondos, empujando la deuda cada vez más hacia adelante, y es posible que algunos países ricos hagan gestos simbólicos.

Como explica a Expresso das Ilhas el exgobernador del BCV, Carlos Burgo, esta excepcional emisión de Derechos Especiales de Giro (DES) constituye un aumento significativo de la liquidez y de las reservas internacionales, en un contexto en el que la comunidad internacional enfrenta grandes desafíos.

Los países miembros deben reconstruir sus economías luego del COVID mientras aceleran la transición energética y mitigan los efectos del cambio climático. Particularmente en los países menos desarrollados, la erradicación de la pobreza requiere transformaciones estructurales con miras a garantizar de manera sostenible un crecimiento robusto. Esta liquidez adicional creada debe ponerse al servicio de la implementación de esta agenda global.

“Sin embargo”, subraya Carlos Burgo, “la liquidez generada por la emisión de DEG se distribuye en función de las respectivas participaciones de los miembros en el Fondo Monetario Internacional (FMI), que, a grandes rasgos, reflejan la dimensión de las diferentes economías. Este hecho agrava la asimetría del orden financiero internacional, ya que la liquidez internacional ya se crea principalmente a través de la emisión de la moneda de los grandes países, especialmente el dólar estadounidense. Así, por un lado, solo una pequeña parte de la suma mencionada pertenecía a los países menos desarrollados (21 mil millones). Por otro lado, la mayor parte se distribuyó a países más avanzados y de grandes economías con sólidas posiciones externas y que, además, pueden financiarse emitiendo su propia moneda. Por tanto, surge la cuestión de redirigir recursos adicionales a los países que más los necesitan. Afortunadamente, existe consenso al respecto tanto a nivel del FMI como del G7 y el G20 y ya se están dando pasos en esa dirección. Desde un inicio se están fortaleciendo los recursos del Poverty Reduction and Growth Trust, PRGT (Fideicomiso para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza), del FMI, que otorga préstamos en condiciones muy favorables a los países más pobres, con compromisos ya asumidos, aunque aún lejos de los montos previstos. También se describe la creación de un nuevo instrumento, el Resilience and Sustainability Trust, RST (Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad), con un sobre de $ 100,000 millones, que tiene como objetivo apoyar a los países más necesitados, incluidos los pequeños estados vulnerables, en la recuperación económica y en la implementación de los cambios estructurales necesarios. También existe la posibilidad de fortalecer los recursos del Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo”.

La distribución actual

La distribución de Derechos Especiales de Giro en 190 países comenzó a fines de agosto. Cabo Verde cayó en 23 millones de unidades de Derechos Especiales de Giro (DEG), alrededor de 27,8 millones de euros, más de tres mil millones de escudos, según el reparto proporcional a su participación en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Brasil, la mayor economía de habla portuguesa, representa 12.700 millones de euros, seguido de Portugal, que prevé un aumento de las reservas de divisas en 2.373 millones de euros. Angola es el país africano de habla portuguesa con mayor disponibilidad, 855 millones de euros, seguido de Mozambique, con 261 millones de euros, Guinea Ecuatorial, 181,6 millones de euros, Guinea-Bissau, con 32,6 millones, y Santo Tomé y Príncipe, que recibe casi 17 millones de euros en reservas de divisas.

“Desde una perspectiva realista”, dice Carlos Burgo, “no creo que esto sea posible, dado que, en general, los DEG son parte de las reservas internacionales de los países acreedores, lo que requiere un nivel de liquidez y de riesgo crediticio que las operaciones a las que se refiere no ofrecerían. Sin embargo, Cabo Verde puede beneficiarse, de manera multilateral, de la contribución de estos países a los instrumentos antes mencionados, principalmente a través del RST y de la financiación del Banco Mundial y del BAfD ”.

“Cabo Verde se encuentra en una mala posición para negociar dado su porcentaje de deuda y una perspectiva de un difícil aumento de ingresos que le permita afrontarlo”, dice Jonuel Gonçalves. “Da la impresión de que el país juega con su buena imagen, en comparación con la mayor parte de África, pero esta imagen ya no tiene el mismo impacto por la modestia del término de comparación. Obtener una moratoria sobre las deudas pendientes sería intentar antes de tomar nuevos préstamos, al igual que DES. O, dada la situación urgente (usando una expresión amable), negocie en ambos sentidos simultáneamente. No sé si Portugal y Luxemburgo tampoco son los más indicados, ya que son dos de las economías más pequeñas de la Unión Europea, preocupados por la posibilidad de un aumento en los tipos de interés del Banco Central Europeo, medida que alteraría significativamente su situación financiera. A menos que se piense en pequeñas cantidades ”.

Un continente que necesita ayuda

La pandemia de COVID-19 se produjo en un momento en que las perspectivas para muchos países africanos eran prometedoras. A principios de 2020, el continente estaba en camino de continuar su expansión económica, con un crecimiento proyectado de 2.9% en 2019 a 3.2% en 2020, y 3,5% en 2021. Hubo importantes avances en los indicadores de reducción de la pobreza. La tecnología y la innovación se fueron asimilando cada vez más, siendo los jóvenes los primeros usuarios de nuevas plataformas como los servicios financieros móviles.

Por otro lado, África también enfrentó grandes desafíos. No estuvo cerca de lograr los objetivos de la Agenda 2030 y la Agenda 2063. La gobernanza débil, la corrupción, la degradación ambiental, las violaciones de los derechos humanos, la falta de diversidad económica y las situaciones humanitarias y de conflicto, entre otras, socavaron aún más el progreso. En este contexto, surgió la pandemia, que agravó las desigualdades y aumentó las vulnerabilidades. La pérdida de ingresos afecta de manera desproporcionada a los jóvenes, las mujeres, los trabajadores menos calificados y los del sector informal.

En mayo, la ONU señaló que para ayudar a lidiar con las consecuencias económicas y sociales de la crisis, necesitaba un paquete integral de respuestas globales por un valor de un porcentaje de dos dígitos del Producto Interno Bruto global. Para África, esto significó más de 200 mil millones de dólares. También se necesitaba una congelación generalizada de la deuda de los países africanos, así como opciones integrales para la sostenibilidad de la deuda y soluciones a los problemas estructurales de la arquitectura internacional de la deuda.

En el mismo mes, estudios del FMI estimaron que los países de bajos ingresos necesitaban alrededor de 200.000 millones de dólares para 2025 para intensificar la respuesta a la pandemia y 250.000 millones de dólares adicionales para recuperar terreno con respecto a las economías avanzadas.

“No se trataría de pedir favores, sino de acceder a financiamiento para la implementación de la agenda global de la humanidad”, dice Carlos Burgo. “La recuperación de la crisis actual y desarrollar la resiliencia ante las crisis pandémicas, la reducción de la desigualdad y erradicación de la pobreza, atenuar el cambio climático y promover el desarrollo son bienes públicos internacionales. África y Cabo Verde tienen toda la legitimidad para obtener financiación de la comunidad internacional siempre que presenten planes creíbles de transformación y reformas estructurales y promover el uso eficiente y transparente de los recursos.

No debemos tener el deseo de pensar que simplemente habrá una transferencia de riqueza a favor de nuestros países. Incluso cuando los DEG se asignan a un país miembro, se traducen en una responsabilidad externa a largo plazo. En un caso específico, el RST puede resultar en una fuente adicional de acceso al financiamiento concesional, a pesar de su condición de país con ingresos medios. Sin embargo, esto probablemente dependerá de la adopción de un programa con el FMI. Es fundamental que encontremos un nuevo modelo de crecimiento y que hagamos una gestión prudente de las nuestras finanzas públicas. Tenemos que modernizar el sistema de gestión de las finanzas públicas con miras a incrementar la eficiencia del gasto público y garantizar la transparencia en la gestión de los recursos públicos”, dice el ex gobernador del Banco Central.

Jonuel Gonçalves, por su parte, considera que “en este momento, no hay forma de evitar ser visto en la condición de quien pide un favor. Si hubiera sido en 2020, se habría visto como parte de la solución. Casi todos nuestros gobernadores o altos ejecutivos están mal informados sobre los detalles cruciales del cuadro mundial y pierden una oportunidad tras otra. O no tienen formación para procesar la información ”, dice el economista.

La recuperación está en marcha, pero, dice el FMI, las consecuencias económicas de la pandemia mundial nos acompañarán durante muchos años. Como resumió Kristalina Georgieva, Directora General del FMI: “El mundo necesita aprovechar la oportunidad para construir un futuro mejor. Necesitamos adoptar no solo políticas que refuercen la recuperación a corto plazo, sino también políticas transformadoras que sienten las bases para una economía mundial más verde, más digital y más inclusiva para el mañana”.

 

Publicado originalmente en Expresso das Ilhas (Cabo Verde), 15/12/2021, número 1046. Traducido por el Equipo de la SAEEG.