Luego de décadas de tensión entre Turquía y Siria, durante 2022 y con la mediación de Rusia, ambos Estados iniciaron un proceso de aproximación que no fue bien recibido por los Estados Unidos.
Las relaciones entre Siria y los Estados Unidos también han sido tensas las últimas décadas y marcadas por las sanciones impuestas sobre Damasco en relación con los derechos humanos y acusaciones de apoyo a grupos terroristas. Y en cuanto a Turquía, primera aliada estratégica de Washington en la OTAN, las relaciones siempre han requerido extrema cautela.
Antecedentes
Durante al menos el último medio siglo, Siria se ha encontrado en el ojo del huracán internacional. Considerada partícipe de la guerra civil en El Líbano, desde 1979 ya estuvo sujeta a sanciones económicas internacionales.
Con posterioridad se incorporó la etapa de dificultades con Turquía. La población de Siria contaba con un grupo minoritario kurdo al que se asociaba con los intentos separatistas de sus pares en Turquía. Esta situación se agravó cuando Damasco ofreció asilo al fundador y líder del principal grupo disidente, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán —PKK—, Abdullah Öcalan. Éste permaneció en Siria desde 1979 hasta 1998 en una base de operaciones en la región montañosa de Qandil, cerca de la frontera entre Turquía, Irak y Siria. Cuando Siria expulsó a Öcalan y al PKK de su territorio, el líder se trasladó a Italia y en 1999 se dirigió a Kenia donde fue capturado por los servicios de inteligencia turcos —también se mencionó la participación del Mossad— y ha estado encarcelado en Turquía desde entonces. De todos modos el PKK aún se mantiene en el norte de Siria en alianza con grupos kurdos locales donde ha establecido la «Administración Autónoma del Norte y Este de Siria» o «Rojava» que no es reconocida como legítima y conserva el status de terrorista.
Entonces Washington apoyó a Turquía en su lucha contra el PKK proporcionándole asistencia militar y de inteligencia e incluyendo a dicho grupo en la lista de organizaciones terroristas extranjeras del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Las relaciones entre ambos países parecieron mejorar en 1998 cuando firmaron un principio de entendimiento: el Acuerdo de Adana del 20 de octubre, entre los presidentes Süleyman Demirel y Hafez al-Assad, padre del actual presidente sirio. Por el mismo Siria no permitiría que el PKK utilizara su territorio como base de operaciones y admitiría la creación de una zona de seguridad de cinco kilómetros de ancho en la frontera turco-siria, donde se prohibía la presencia del PKK y se permitía a Turquía llevar a cabo operaciones militares contra dicha organización. Este acuerdo no logró resolver el conflicto kurdo en Turquía ni poner fin a las actividades del PKK en la región. Con el paso del tiempo las relaciones entre Turquía y Siria fueron empeorando, el conflicto kurdo se mantuvo en la región y el Acuerdo fue perdiendo vigencia. Sin embargo veremos en qué radica su importancia actual.
Desde el año 2000 el presidente de Siria es Bashar al-Assad, quien sucedió a su padre Hafez al-Assad, presidente del país por más de tres décadas.
En marzo 2011 y como parte de la ola de «Primaveras Árabes», el conflicto tuvo lugar en el norte de África y en el Medio Oriente, incluyendo a Siria. A esta «primavera» se la conoció también como «la revolución secuestrada»… Originada como una manifestación de campesinos reclamando ayuda tras una sequía que asoló al país durante los cinco años previos, pronto fueron desplazados por todos los grupos políticos opositores a al-Assad, incluyendo grupos kurdos y hasta el Estado Islámico. La manifestación se transformó en guerra civil y en ella Washington y sus aliados occidentales tomaron partido contra el gobierno de al-Assad, llegando a favorecer a los kurdos y facciones islamistas para debilitar a al-Assad, decisión que preocupó a Turquía.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presionaba a Turquía para que sostuviera un cambio de régimen en Siria a favor de un islamismo moderado. Ankara se mostraba prudente. El presidente Recep Tayyip Erdogan, buscaba evitar problemas regionales: permaneció en silencio cuando se iniciaron las revueltas en Túnez, solo apoyó la salida de Hosni Mubarak cuando percibió que los Estados Unidos estaban alejándose de Egipto. Pero Siria resultó un verdadero desafío. El director de la CIA, David Petraeus, visitó Turquía en dos ocasiones en 2012 para lograr colaboración y poner fin al gobierno de al-Assad. Pero Erdogan no deseaba ser parte de esta decisión. Posiblemente el juego de fuerzas librado en Siria resultaba más claro para el presidente turco que para Washington.
Desde entonces el gobierno de Bashar al-Assad ha sido acusado por gobiernos occidentales de violaciones a los derechos humanos y se le impusieron nuevas sanciones económicas a partir de 2011. A pesar de esto, el gobierno sirio sigue contando con el apoyo de países como Rusia, China e Irán y ha argumentado que sus acciones son necesarias para combatir el terrorismo y preservar la estabilidad del país en medio de la guerra civil, argumento bastante utilizado a escala planetaria.
En 2013 se produjo un cruento ataque con armas químicas en la ciudad de Ghouta, un suburbio de Damasco. Hubo diferentes versiones sobre el origen de los ataques: que fue represión gubernamental; que había sido un ataque de la oposición o de una facción liderada por el medio hermano de Bashad, Maher al-Assad. Y aunque el gobierno sirio culpó a los grupos rebeldes, la comunidad internacional, encabezada por los Estados Unidos, Reino Unido y Francia, responsabilizó al gobierno. Obama había declarado un año antes que si Siria cruzaba la «delgada línea roja» y utilizaba armas químicas habría «consecuencias graves». En consecuencia el ataque con dichas armas en 2013 elevó el riesgo de una intervención armada. Finalmente Obama optó por no atacar y aceptó que Rusia negociara un acuerdo con Siria para eliminar las armas químicas bajo supervisión internacional. Los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia apoyaron esta decisión, que evitó el accionar de fuerzas militares internacionales. La colaboración entre los Estados Unidos y Rusia en el proceso negociador fue vista como un ejemplo de cómo dos Estados podían trabajar juntos para resolver problemas globales complejos.
Posteriormente se difundió que Rusia no había sido capaz de garantizar la eliminación de todas las armas químicas de Siria. Lo cierto es que como parte de las sanciones a las que fue sometida Rusia por los hechos en Ucrania, se la excluyó del grupo de potencias negociado por Putin, que debía supervisar el retiro de dichas armas.
Para entonces Erdogan ya había percibido que los Estados Unidos preferían actuar encubiertos en Siria y dejar expuesta a Turquía. Un año más tarde anunció que sus relaciones con Obama se habían reducido por la falta de resultados en el conflicto sirio. El Pentágono comenzó a armar a las fuerzas kurdas en Siria y en noviembre de 2015, las fuerzas especiales estadounidenses se desplegaron en ese país. Las relaciones entre Siria y Estados Unidos empeoraron y las sanciones contra Damasco se incrementaron. La intervención de Rusia en este conflicto coincidió con el ingreso de efectivos estadounidenses en Siria.
En 2016 Turquía participó de la operación «Escudo del Éufrates» destinada a expulsar al Estado Islámico y a los kurdos de su frontera. La operación «Ramo de Olivo» de 2018 contra las fuerzas kurdas en el norte de Siria incrementó los conflictos, ahora con los grupos kurdos apoyados por el gobierno de Washington. La situación permaneció volátil y cada vez más compleja. En 2019 las fuerzas estadounidenses se retiraron y fueron sustituidas por fuerzas turcas y Siria denunció esta violación de su soberanía territorial.
Esta situación se mantuvo tensa hasta que se iniciaron reuniones entre Erdogan y Vladimir Putin para comunicarse con al-Assad, llegándose al encuentro del 28 de diciembre de 2022 entre los ministros de defensa y los jefes de inteligencia de Turquía, Siria y Rusia. El presidente turco señaló que su único objetivo era la lucha contra el terrorismo y el respeto a la integridad territorial y la soberanía de todos los vecinos.
La propuesta de Moscú, como el mejor marco conciliador, fue remitirse justamente a lo pactado en el Acuerdo de Adana de 1998. Ankara, Moscú y Damasco comenzaran a trabajar para llevar a cabo misiones conjuntas en Siria. Pero la actividad del ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, encaminada a lograr la reconciliación de Turquía con Siria profundiza también los lazos estratégicos entre Moscú y Ankara.
Para Erdogan, Siria es también parte de su política para mejorar las relaciones regionales y lograr una mejor posición en vistas del nuevo mandato en las elecciones de mayo 2023. Para Siria, la normalización con Turquía es muy importante: la ocupación del territorio sirio y los refugiados sirios en Turquía (que suman 3,6 millones) afectan a su seguridad. Erdogan busca un acuerdo con Damasco que permita devolver a Siria a los refugiados llegados al país en busca de asilo: sería una carta ganadora ante su empobrecido electorado. Al-Assad anunció que postergará cualquier reunión hasta que Turquía se retire completamente del territorio sirio. Por el momento el ejército turco controla varias provincias sirias en el norte del país.
Mientras, en la mencionada reunión tripartita en Moscú de diciembre 2022, Ankara se comprometió a retirar todas sus fuerzas del territorio sirio, algo que conduciría al debilitamiento de las «Unidades de Protección del Pueblo» (YPG), versión siria del PKK, y también a la presencia militar estadounidense.
Conclusiones
El rol de Moscú muestra que la posición de Rusia en Asia occidental no depende del conflicto de Ucrania: ésta influencia en Siria consolida su propia presencia a largo plazo en el Mediterráneo oriental.
Aunque aún no se han citado los presidentes al-Assad y Erdogan, a principios de abril de 2023 se reunieron en Moscú delegaciones de ambos países —encabezadas por sus respectivos viceministros de Relaciones Exteriores— ante los representantes de Rusia e Irán, dos países aliados de al-Assad.
Esta nueva relación Erdogan-al-Assad con la ayuda de Rusia preocupa a los Estados Unidos que podrían renovar su presencia militar o su alianza con grupos kurdos en Siria, como el mencionado YPG.
El Departamento de Estado de Estados Unidos declaró recientemente que no mejorará sus relaciones diplomáticas con el régimen de al-Assad y tampoco apoyará a los países que mejoren sus relaciones con el mismo.
* Profesora y Doctora en Geografía/Geopolítica, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales, UNLP. Secretaria Académica de la SAEEG.
«Los vietnamitas aman profundamente la independencia, la libertad y la paz. Pero frente a la agresión de Estados Unidos se han levantado, unidos como un solo hombre».
Ho Chi Minh (1890-1969)
Un poco de historia
Este año se cumple el 50º aniversario de las relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República y la República Socialista de Vietnam.
Recuerdo que tiempo después que se estableciera la Embajada de Vietnam en Buenos Aires, concurrí a la sede diplomática por una actividad que estábamos desarrollando en el marco del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID). Me recibió un joven diplomático con suma amabilidad y agradecimiento hacia la Argentina debido a que nuestro país había establecido relaciones diplomáticas en medio de la guerra que su país mantenía frente a los Estados Unidos. Ciertamente, la Argentina fue el tercer país de la región en reconocer a Vietnam, luego de Cuba y de Chile, en octubre de 1973 durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón. Guardo en la memoria ese momento que para mí fue muy emotivo y me referí oportunamente a ese agradecimiento por parte del gobierno vietnamita en un escrito de mi autoría publicado en 1998[1].
En ese escrito mencionaba que en 1993 el viceministro de Relaciones Exteriores de Vietnam, Le Mai, había realizado una visita oficial, en cuya oportunidad la Cancillería Argentina le informó que el gobierno argentino había decidido llevar a cabo la apertura de la Embajada de la República Argentina en Hanoi[2]. Decía entonces que muy probablemente ese reconocimiento de la Argentina en 1973 haya llevado a que la embajada en Buenos Aires haya sido la primera que Vietnam abrió en América del Sur, en enero de 1995. En ese entonces fue acreditado el Encargado de Negocios a.i., consejero Nguyen Van Dao y en ese mismo año el Presidente Adjunto del Comité de Relaciones Exteriores del Partido Comunista efectuó una visita a la Argentina[3]. Ambos países han demostrado desde la década de 1990 un serio compromiso por incrementar la relación bilateral, lo que quedó en evidencia a partir del intercambio de visitas que ya comenzaron a realizarse en 1996.
En febrero de 1997, en el marco de una gira por el este asiático, el entonces presidente Carlos Saúl Menem fue el primer presidente argentino que visitó Vietnam. Cabe mencionar que además viajó a Tailandia y Singapur. Hasta ese momento el embajador en Tokio era concurrente en Hanoi[4]. Esa gira tenía como objetivos conseguir inversiones de esos países en la Argentina y el establecimiento de empresas argentinas en Vietnam, cuya motivación se originó en la apertura económica que estaba llevando a cabo el gobierno vietnamita y por su incorporación como miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) —organización intergubernamental fundada en 1967— e incrementar el intercambio comercial[5]. Por ese entonces el intercambio comercial entre Argentina y Vietnam era ínfimo y reciente, pero despertaba un especial interés en cuanto a oportunidades comerciales para el gobierno y las empresas argentinas.
Argentina y Vietnam hoy
El pasado domingo 23 de abril arribó a la Argentina una comitiva de Vietnam, a cuyo frente estuvo el presidente de la Asamblea Nacional ese país del sudeste asiático, Vuong Dinh Hue. La presencia de los altos funcionarios de Vietnam se extendió hasta el 26 de abril y constituyó una excelente ocasión para recordar los 50 años de las relaciones diplomáticas entre ambos países y consolidar las mismas.
Desde el establecimiento de las embajadas a mediados de la década de 1990, precisamente, la relación se ha venido consolidando a través de los diferentes gobiernos argentinos, algo que puede ser considerado como altamente positivo.
El fortalecimiento de la relación se ha dado en varios ámbitos, entre ellos el cultural y aquí cabe mencionar, por ejemplo, la muestra fotográfica sobre Vietnam, «Una mirada desde Argentina hacia Vietnam», en el marco de la conmemoración del 30º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas con Vietnam, realizada en octubre de 2003 en el Centro Cultural General San Martín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la cual contó con el auspicio de la Dirección General de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina[6]. En este ámbito también puede citarse que entre el 12 y el 20 de junio de 2004 el grupo argentino «Desde mi tierra», participó en el Festival Hue 2004 en Vietnam, el cual contó con el auspicio institucional y el patrocinio económico de la Dirección General de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina[7].
Del mismo modo, en noviembre de 2004, Argentina y Vietnam finalizaron las negociaciones sobre las condiciones para el ingreso de este país a la Organización Mundial del Comercio (OMC), para lo cual realizaron reuniones en la Cancillería Argentina los días 11 y 12 de noviembre de 2004 y «culminaron con un proceso de intensas negociaciones que se inició a principios de 2002»[8]. Ambos países celebraron entonces un acuerdo bilateral por el que la Argentina ha obtenido importantes beneficios para ingresar al mercado vietnamita, habida cuenta de que Vietnam se comprometió a introducir reducciones arancelarias que permitían a la Argentina incrementar las exportaciones hacia ese país. Las exportaciones en 2000 sólo eran de US$ 27 millones y en 2003 de US$ 135 millones.
De suma importancia ha sido la visita de dos días del presidente Tran Duc Luong a la Argentina en noviembre de 2004. En esa oportunidad se firmaron varios acuerdos económicos y el presidente Luong le manifestó a la prensa que junto al mandatario argentino Néstor Kirchner —con quien se reunió el 22 de noviembre— procuraban incrementar el comercio bilateral, el turismo y los vínculos culturales entre ambos países[9]. Ambos gobernantes mostraron un interés particular en la promoción de la cooperación en agricultura, biotecnología, información tecnológica y usos pacíficos de la energía nuclear. El presidente de Vietnam también se reunió con el presidente de la Cámara de Senadores, Daniel Scioli, para discutir asuntos económicos.
Noviembre de 2004. El entonces canciller Bielsa recibiendo al presidente de Vietnam Tran Duc Luong.
Los presidentes procedieron a una declaración bilateral basada, precisamente, en el acuerdo de cooperación al que representantes de ambos países llegaron el 12 de noviembre de ese mismo año.
Vietnam, por entonces, se encontraba introduciendo una gran reforma económica en función de avanzar hacia una apertura y de adaptarla a los requerimientos de la economía de mercado.
En marzo de 2006 también visitó la Argentina el presidente del Parlamento de Vietnam, Nguyen Van An.
Ambos países no han dejado de tener gestos y organizar actos tendientes a reforzar la relación bilateral. En octubre de 2008 el Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Hanoi, Pha Gia Kiem, expresó al canciller Jorge Taiana su satisfacción precisamente por el fortalecimiento de los lazos de amistad y cooperación entre ambos gobiernos y pueblos, tanto en el plano bilateral como multilateral[10]. Por su parte, el mencionado canciller argentino destacó el incremento del comercio bilateral que para ese año se había multiplicado por cinco respecto de 2002. Vietnam ya importaba vinos, golosinas, automotores y productos de la siderurgia argentina y empresas de ambos países se encontraban celebrando acuerdos en materia de energía eólica, infraestructura, gas y petróleo[11]. Tan relevante se considera la relación con Vietnam que en ese año el Correo Argentino lanzó una emisión de sellos postales alusiva a esa fecha, la cual obedeció a una propuesta del Instituto de Cultura Argentino-Vietnamita para realizar un lanzamiento conjunto de Sellos Postales de la República Argentina y Vietnam, para el año 2008[12].
También Vietnam dedicó sellos postales a la Argentina, en el marco de una serie de sellos de especies amenazadas.
«Triên Lãm tem quô’c tê Argentina», Exposición Internacional de Sellos de Argentina.
En enero de 2013 la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner visitó Vietnam y recorrió los túneles donde los vietnamitas se ocultaban durante la guerra con Estados Unidos. En ese país cerró su gira que tuvo también como destinos los Emiratos Árabes Unidos e Indonesia. Tanto Vietnam como Argentina manifestaron su deseo de avanzar en acuerdos de cooperación en el rubro de la producción agrícola y otras áreas.
A fines de julio de 2018 Jorge Faurie, a la sazón canciller de la República Argentina, emprendió una gira por Singapur y Vietnam para profundizar los vínculos con el sudeste asiático. Fue acompañado por empresarios argentinos de diversos rubros y procedió a la firma de adhesión al Tratado de Amistad y Cooperación en el Sudeste Asiático (TAC). Esta visita coincidió con la celebración del 45° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países. En esa oportunidad fue recibido por el Primer Ministro Nguyễn Xuân Phúc y mantuvo una reunión bilateral con su par Phạm Bình Minh y tenía previstas reuniones con el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Nguyen Xuan Cuong, y con el ministro de Industria y Comercio, Tran Tuan Anh. La presencia del canciller Faurie incluía varias e importantes actividades como inaugurar en Hanoi un Workshop Regional de Cooperación Técnica en agroindustria, organizado conjuntamente por la Cancillería argentina y el gobierno de Vietnam, así como abrir un Seminario de Negocios con la participación de empresas argentinas y vietnamitas.
En 2018 Vietnam era el quinto mercado de destino para las exportaciones totales argentinas y era el segundo superávit comercial para nuestro país[13].
Entre los días 19 y 21 de febrero de 2019, el entonces presidente Mauricio Macri visitó Vietnam invitado por el presidente de la República Socialista de Vietnam, Nguyen Phu Trong.
Ambos presidentes «mantuvieron un intercambio sobre los temas de la agenda bilateral, de las respectivas regiones y sobre asuntos internacionales de interés común». Los presidentes coincidieron en mantener la creciente relación en materia política, económica, comercial y de cooperación, con miras a profundizar la asociación integral existente entre Argentina y Vietnam con vistas al establecimiento de una asociación estratégica. Asimismo consideraron apuntalar el diálogo entre las empresas de ambos países para aumentar el comercio, tanto en el sector alimenticio como en el industrial.
Los presidentes Nguyen Phu Trong y Mauricio Macri procedieron a un acuerdo de apertura de cuatro productos de cada país: «la inmediata apertura del mercado para el limón y pomelo de Argentina, así como la fruta del dragón (Pitahaya) y litchi de Vietnam, y se comprometieron a materializar, a la mayor brevedad posible, con las medidas sanitarias de dichos productos, la apertura de mercado para la naranja y la mandarina de Argentina, así como el mango y el longan de Vietnam».
Ambos países coincidieron en ampliar el acceso de diversos productos en sus respectivos mercados con el objetivo de ampliar el intercambio comercial, además de «continuar intensificando el turismo con el fin de traer beneficios económicos y contribuir a mejorar el conocimiento y la confianza entre ambos pueblos. En este sentido, dieron el visto bueno al estudio de aplicación reciproca de las medidas destinadas a facilitar la entrada de los ciudadanos de ambos países».
En la mesa de negociaciones también se contempló que un acuerdo comercial entre el Mercosur y Vietnam tendría un impacto económico positivo, por lo que se analizaría la posibilidad de concretarlo.
Los temas abordados por ambos mandatarios fueron numerosos como puede apreciarse en el Comunicado Conjunto emitido tras el encuentro[14].
En julio de 2022 el canciller argentino, Santiago Cafiero, realizó una gira oficial por Vietnam que incluyó reuniones con el primer ministro, Pham Minh Chính, el canciller, Bui Thanh Son y el ministro de Industria y Comercio, Nguyen Hong Dien.
Cabe destacar que han sido numerosas las visitas que altos funcionarios han realizado desde el establecimiento de las embajadas en Hanoi y Buenos Aires, por lo que algunas se han omitido en esta breve enumeración.
Una relación bilateral en crecimiento
El gobierno de Hanoi considera a la Argentina como uno de sus principales socios en América Latina y ese es uno de los motivos que ha llevado al presidente de la Asamblea Nacional de Vietnam, Vuong Dinh Hue, a visitar Buenos Aires en oportunidad de que este año se conmemora el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Asimismo formaron parte de la delegación los ministros de Cultura, de Deporte, de Ciencia y Tecnología y de Construcción y a varios viceministros, de Agricultura, de Desarrollo Rural, de Comercio e Industria, de Justicia y Finanzas). Se trató de una gira que incluyó a Cuba y Uruguay.
La visita, una vez más, mantiene ese fuerte espíritu que llevó al inicio de la amistad en 1973 pero a la vez contiene un gran pragmatismo en varios ámbitos como el económico, el comercial, el turístico y en ciencia y tecnología. La minería también ha tenido lugar en esta visita.
Cabe destacar que para la Argentina Vietnam es muy importante ya que hoy es su sexto socio comercial. El comercio bilateral se mantuvo en constante crecimiento pasando de US$ 316 millones en 2007 a más de US$ 4.8 mil millones en 2022 y ambos países aspiran a elevar esa cifra a US$ 10 mil millones de dólares para 2025[15]. Por su parte, las importaciones de productos vietnamitas alcanzaron los US$ 850 millones en 2022, lo que deja un saldo favorable a la Argentina.
En el marco de esta visita debe destacarse que el día 25 de abril se celebró una reunión bilateral en materia de Defensa, en la que la comitiva argentina estuvo encabezada por el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, Francisco Cafiero, quien se encontró con el viceministro de Defensa de Vietnam, coronel general Pham Hoai Nam y una delegación de autoridades. La reunión tuvo lugar en el edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa, donde el ministro Taiana brindó su saludo y agradecimiento por la visita a nuestro país.
23/04/2023. El presidente de la Asamblea Nacional de Vietnam, Vuong Dinh Hue, en el momento en que arribó al aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires. (Foto: VNA)[16].
En materia de Defensa existe el proyecto del «Memorándum de Entendimiento en el campo de la Cooperación en Defensa entre los Ministerios de Defensa de Argentina y Vietnam», el cual fue propuesto por la Argentina en 2018. En 2020 nuestro país recibió una contrapropuesta de Vietnam y en 2022, luego de ser analizada por las áreas competentes de este Ministerio, y de la Cancillería, se elaboró una nueva propuesta para su evaluación[17].
La conmemoración del 50 aniversario de las relaciones bilaterales tuvo como sede el Centro Cultural Kirchner e incluyó la inauguración de una muestra dedicada al líder revolucionario y ex presidente vietnamita Ho Chi Minh y una gala cultural en la sala Argentina.
El área de la industria de defensa es de interés para Vietnam por lo cual autoridades del Ministerio de Defensa se encuentran realizando reuniones bilaterales, como la que mantuvieron con Australia en noviembre de 2022 con miras a incrementar la cooperación[18]. En este sentido también una delegación del Ministerio de Defensa de Vietnam, encabezada por el mayor general Le Quang Tuyen, subjefe del Departamento General de Industria Militar, participó en el mes de abril de la Exposición Internacional de Defensa y Seguridad de América (LAAD) 2023, en desarrollo en Río de Janeiro, Brasil[19].
Un dato interesante para destacar es «que el miembro del Buró Político, subsecretario de la Comisión Militar Central y ministro de Defensa de Vietnam, general Phan Van Giang, instó a impulsar el desarrollo de la industria militar y desplegar con eficiencia los acuerdos de cooperación con otros países en el estudio y transferencia de tecnología armamentista moderna»[20]. Si en la Argentina existiera una clara decisión política en materia de defensa, es altamente probable que se pudieran llevar a cabo proyectos binacionales con miras a fortalecer las capacidades de sus respectivas Fuerzas Armadas.
Hacia el futuro
No cabe duda, los números de la balanza comercial y la oportunidad de celebrar cada aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas lo demuestran, que la relación continuará en este proceso de fortalecimiento.
Para la Argentina es relevante la relación con Vietnam e implica una apertura económica y comercial que debe sostenerse, por un lado, para diversificar ese tipo de vínculos y evitar así la dependencia de los dos principales socios de la Argentina, Brasil y China, y por otro, debido a que debemos tomar conciencia de que asistimos a un cambio, al inicio de un «nuevo orden mundial» cuyos protagonistas se encuentran en el Indo-Pacífico. El potencial económico, como así también el desarrollo de una creciente cooperación en el campo científico tecnológico no tiene techo, por lo que debería ser profundizado conformando una alianza estratégica en muchas áreas de beneficio mutuo.
Vietnam debe ser considerado un ejemplo para una Argentina que supo ocupar un lugar de privilegio a escala global y que por diversos factores, más internos que externos, ha perdido.
En este sentido, dejando de lado lo ideológico, estimo conveniente cerrar con una cita de Ho Chi Minh que debería servirnos de guía para reencontrarnos y recuperar el rumbo perdido:
¡No hay nada más precioso que la independencia y la libertad! Cuando llegue el día de la victoria nuestro pueblo podrá volver a construir mejor el país y lo hará más grande y más hermoso.
Valga este ejemplo de Vietnam para la dirigencia y para toda la sociedad argentina.
* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.
Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.
Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).
Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.
Referencias
[1] Marcelo Javier de los Reyes. «Definiendo un perfil hacia el Este Asiático». En: CERIR, La política exterior Argentina 1994/1997 (capítulo VI). Rosario: Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario (CERIR), 1998, p. 131-148.
Durante el año 2022 la Argentina exportó por U$D 88.446 millones, pico histórico desde 1810 a hoy. El presente año 2023 debería ser para los argentinos uno de prosperidad y festejo.
La continuación económica del Campeonato Mundial de Fútbol.
No.
Deberíamos estar todos gozando un veranito de buenos ingresos.
No.
En su lugar sufrimos inflación, desempleo, sueldos de U$D 200 mensuales y ausencia de reservas en el BCRA.
Las autoridades deberían explicarnos a todos qué hicieron con ese dinero:
Dónde están los 88.446 millones de dólares que obtuvieron los argentinos que trabajan y exportan,
Por qué los argentinos no gozamos de la estabilidad monetaria de nuestros vecinos Uruguay, Brasil y Paraguay, los cuales tienen las mismas condiciones internacionales favorables que nosotros,
Por qué las reservas del Banco Central no crecen como sí lo hacen las de los países vecinos los cuales gozan del mismo ciclo propicio internacional al igual que nuestro país.
Usted y yo tenemos las respuestas a todas estas preguntas. Eso no quita que las autoridades tengan la obligación de rendir cuentas y nosotros tengamos el derecho a pedirlas.
Dejemos esta triste realidad y vamos a los BRICS.
Los BRICS
Las exportaciones totales del país fueron por todo concepto y a todos los países: U$D 88.446 MM, como ya indiqué.
Los BRICS constituyen un grupo económico de países integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Las exportaciones de Argentina al grupo BRICS ascendieron en el año 2022 a la suma de U$D 26.154 MM.
El destino de las exportaciones Argentina, entonces, es 29,6% a los BRICS y 70,4% al Resto del Mundo.
Se abren de la siguiente manera:
Brasil U$D 12.637 MM
China U$D 8.015 MM
India U$D 4.543 MM
Rusia U$D 498 MM
Sudáfrica U$D 461 MM
TOTAL U$D 26.154 MM
Los BRICS son, también, origen de importaciones relevantes para nosotros.
Argentina importó durante 2022 por U$D 81.523 MM por todo concepto (100%).
De los BRICS importó U$D 35.817 MM, un 43,9% del total.
Así que los números quedan: BRICS, 43,9%; Resto del Mundo, 56,1%.
La distribución es la siguiente:
Brasil U$D 15.979 MM
Rusia U$D 278 MM
India U$D 1.849 MM
China U$D 17.516 MM
Sudáfrica U$D 195 MM
TOTAL U$D 35.817 MM
Productos
¿Qué exportamos?
El 75% de nuestras exportaciones a Brasil se concentran en muy pocos productos: vehículos y autopartes (40%), trigo (11%), combustibles y lubricantes (5%), malta y cebada cervecera (5%).
Lo mismo sucede con China. Cuatro productos concentran el 75% de las exportaciones a ese país. Porotos de soja 36%, carne bovina deshuesada y congelada 26%, cebada en grano 8%, sorgo 6%.
En el caso de India la concentración en pocos productos es aún mayor: aceite de soja 68%, aceite de girasol 15%, “confidencial” (SIC) 10%, cebada cervecera 1%, harina y pellets de soja 1%. El resto de los productos se reparten el 5% restante.
Rusia es un comprador menos importante dentro del grupo. El 28% de sus importaciones corresponden al rubro “confidencial”, el resto son productos alimenticios: hígados bovinos congelados 6%, manteca 6%, peras frescas 6%, limones 6%, maníes sin cáscara 5%, camarones 4%,merluzas congeladas 4%, queso duro 3% y despojos bovinos y lenguas bovinas 8% entre ambos rubros.
Sudáfrica fue uno de los pocos compradores de carne vacuna que nos quedaron durante el siglo XX luego de que Europa nos cerró sus puertas. Actualmente exportamos poco a ese país que supo ser un gran cliente nuestro. Productos principales: trigo 24%, “confidencial” 51%, trozos y despojos de gallos y gallinas 5%, rabos de bovinos congelados 2%.
¿Qué importamos de los BRICS?
De Brasil: Vehículos, autopartes, carrocerías 22%, tractores 2%, hierro y pellets de hierro 5%, fuel oil, lubricantes y energía eléctrica 4%. Todo el resto de los productos se dispersa, no llega cada uno de ellos al 1%. Abundan insumos químicos para la industria, excavadoras, motores, calzado, y productos tropicales como café, cacao y derivados.
China es el principal origen de nuestras importaciones. Supera a Brasil. Los productos son diversos. Sólo mencionaré los principales: partes de computadoras, circuitos, etc., partes de electrodomésticos, generadores eléctricos 12%, paneles solares 10%; motos en partes 1%, agroquímicos 7%. Componentes de celulares por U$D 596 MM (4%), herramientas, productos químicos, calzado, telas. Curiosidades:
Maquillajes para ojos U$D 5.211.662,15
Hortalizas U$D 5.117.568,80
Bombones y caramelos U$D 5.031.626,57
Para que los productores de té de Misiones sepan en qué se gastan los dólares que el Estado les paga a mitad de precio.
India: Gasoil 25%, medicamentos fraccionados o a granel 22%, vehículos 3%, hilados, prendas de vestir, calzado 9%, neumáticos 2%. El resto distribuido en numerosos productos.
El futuro
Como he dicho en alguna otra oportunidad, en lo que a Relaciones Exteriores compete, sólo debería importarnos nuestra conveniencia. Amigos de todos, casados con nadie. El eje de nuestro comercio exterior se desplazó desde Europa un siglo atrás (en caída libre desde la posguerra a hoy) hacia los BRICS.
La novedad es la mayor relevancia de EEUU ausente en casi toda nuestra historia, con algunas excepciones memorables [1], al punto de ser hoy el 3º en importancia. Bienvenido sea. Pero no es el tema de hoy.
A nosotros nos conviene ingresar al bloque con quien hoy tenemos nuestro principal vínculo.
Mal nos ha pagado Europa. Luego de haberles matado el hambre toda la guerra y que el Reino Unido declarara el default con el oro que teníamos depositado en el Banco de Inglaterra, prohibieron nuestros productos. No a nosotros en especial. La misma afrenta sufrieron Canadá, EEUU, Australia, NZ y Uruguay. Mordieron la mano que les dio de comer.
Que toda nuestra clase política siga rindiéndole pleitesía a los europeos hoy, como si fuera 1920, es incomprensible.
Saltan a cada capricho europeo (Cambio climático, Amazonas, Acuerdo de París, Global Compact —Acuerdo Migratorio—), como si nuestro destino estuviera atado al de ellos. Señores, no lo está. Ese barco ya partió. Hace décadas.
Con el siglo empezó un mundo nuevo. Lleno de esperanza y buenas perspectivas para nosotros. Se dio vuelta la taba.
Nuestro gran problema hoy no es ni el entorno internacional, ni el deterioro de los términos de intercambio —todo lo contrario—, ni la falta de divisas, todo lo contrario. Todos esos problemas se fueron con el siglo XX.
Nuestra dificultad actual es que toda la dirigencia política, toda, vive en el siglo XX, con los prejuicios de esa época. Lamentablemente incluyo a Javier Milei, quien aporta ideas nuevas en varios rubros excepto en relaciones exteriores.
La mentalidad desfasada de quienes toman decisiones hoy es lo que impide que aprovechemos este ciclo largo TOTALMENTE favorable a nuestro país.
Es nuestra oportunidad para:
aumentar las exportaciones del país,
mejorar el nivel de vida de la población,
invertir en infraestructura,
tener pleno empleo,
pertrechar a nuestras FFAA,
recuperar las Islas Malvinas.
Necesitamos deshacernos de esta clase política y poner en su lugar una que sea inteligente, formada, que entienda que el viento cambió y que sepa llevarnos por estos nuevos rumbos.
Estemos tranquilos: enfrentamos un ciclo largo (no menos de 50 años) propicio para el país. Es nuestra oportunidad de construir nuestro IMPERIO AUSTRAL.
Es nuestra obligación llevar a la Argentina, octava superficie mundial, al lugar que nos corresponde, esto es ser la octava economía mundial y la octava potencia mundial, en todos los órdenes, incluido el militar.
Es lo que nos toca.
* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).
Nota
[1] Ganamos la Batalla de Montevideo con buques comprados en EEUU por nuestro embajador en Washington, el Sr. Thompson, esposo de Mariquita Sánchez.