PARECÍA IMPOSIBLE, PERO ES CIERTO

F. Javier Blasco*

 

Llegado al punto y momento político actual, me vuelvo a preguntar una vez más ¿cuántas veces habremos pensado y concluido que los desmanes, exabruptos y excesos de Sánchez no daban para más? Hace tiempo que muchos, movidos por la buena fe, pensábamos que había llegado al punto máximo y que no se atrevería a dar un paso más allá.

Pero no, nunca es suficiente para saciar las ansias de poder a un hombre débil por naturaleza, que debe sobrevenirse y que además es egocentrista, narcisista, totalmente dependiente de los demás y sin ningún tipo de escrúpulos para usar todo y a todos lo y los que sean necesarios con tal de salvar su continuidad en la Moncloa para, de ese modo, seguir ejerciendo el poder omnímodo en España, aunque sin, verdaderamente, gobernar.

En los últimos tiempos su propia mente y la enorme cohorte de sesudos y mal pensados asesores y de malvados azuzadores de la perversidad que le rodean y mal piensan sin cesar, insisten en aconsejarle o poner sobre el mantel nuevas, espeluznantes y estrambóticas actuaciones o medidas rayanas con la ilegalidad, mediante la producción de bulos, mentiras, slogans, directorios, guiones, prontuarios y mensajes colectivos con los que tapar los problemas que le rodean y aprietan el cuello de verdad.

Su vida privada y más cercana está empezando a mostrar que parte de sus traseros no son limpios ni puros en su totalidad; incluso, a pesar de cubrirles las espaldas con frases como la máquina del barro o tretas como la de inducir a la derivación de la causa contra su esposa a la fiscalía europea donde, por si hiciera falta y desde hace tiempo, ya tiene asentado un fiscal de su total cuerda y acomodo como representante de España y que por tanto sea el obligado  ponente de las causas que procedan de aquí; pero, parece que, en esto, le ha salido un hueso duro de roer y no toda la causa será trasladada a otro lugar.

Por otro lado, el eminente músico, su hermano, al que nadie ve currar, ni tributar y ni siquiera vivir en una residencia de verdad en España, sino en Portugal, que además cobra sus pingües sueldos y ayudas del erario público nacional español, también parece que se puede encontrar con problemas para explicar su elevado patrimonio económico (unos 1,8 millones de €) cuando no se le conocen grandes empleos, importantes conciertos, contratos o herencias que le hayan podido económicamente engordar.

Su cercano entorno político tampoco está limpio de verdad sino muy sucio e implicado en la ciénaga del mal; el caso Koldo, entre otros muchos más hace que sus mozos de estoques y hombres de toda confianza puedan, con mucha probabilidad, resultar salpicados de ciertas corruptelas. Corruptelas o robos de verdad, que sumados uno a otro pueden llegar a cantidades importantes muy difíciles, a simple vista, de imaginar y mucho menos, de justificar.

Pero todo esto, si bien no deja de ser importante y preocupante de verdad, no es nada comparado con dos temas, que tienen mucha más enjundia y trascendencia política, económica y personal; como puede ser la enorme podredumbre amasada entorno a la escabrosa venta de mascarillas en los primeros tiempos de la pandemia. Tiempos, en los que se derivaron grandes sumas de dinero a manos y bolsillos socialistas de toda su confianza, personas o entidades que, además de enriquecerse de forma miserable, pusieron en peligro la vida de miles o millones de españoles en momentos en que nos moríamos a chorros por todas las esquinas y sin saber que profilaxis debíamos adoptar, ya que, sin saberlo oficialmente, las mascarillas suministras por las autoridades no cumplían su cometido, eran muy caras y tremendamente nocivas en su totalidad.

El otro gran problema y muy difícil de ocultar es el ignominioso trato de favor que ha tenido que realizar con un prófugo de la Ley y sus mosqueteros para obtener siete envenenados  apoyos (votos) que le mantengan en su sillón del poder y que se plasma en dos documentos o hechos oficiales que nunca se podrán borrar; la Ley Orgánica 1/2024, de 10 de junio, de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña y la reciente decisión que se ha visto forzado a adoptar tras un mes «horribilis»  del PSOE en el Congreso, al haber renunciado ni siquiera a presentar los presupuestos para este primer año de mandato y perder hasta seis votaciones de forma consecutiva. Y todo ello, tras la consiguiente cesión a Puigdemont de una insólita «cláusula Cataluña» para garantizar todas las votaciones que vendrán.

Con respecto a la Ley, basta con leer con detenimiento su vergonzoso e irreverente nombre o título para darse cuenta de que es una alcaldada y engaño para bobos, poco o nada democrática dirigida en claro favor y beneficio de unos delincuentes que no solo incumplieron la Ley vigente en su día, sino que ahora, consiguen que, con este bodrio legislativo, se les borre todo su pasado delictivo sin más y se les pida perdón por haberles acusado y juzgado siendo «hombres de paz», como colofón y ejemplo de que el texto de la misma se ha confeccionado al dictado de ellos mismos, sin el menor rubor ni vergüenza definitiva o pasajera por parte de ninguno de los implicados en este valladar.

La otra medida específica para Cataluña, supondrá de hecho una serie de grandes condonaciones de un dinero, por cierto, malgastado por los propios dirigentes, antaño golpistas y hoy gente de paz y que, para más inri, deberemos pagar todos los españoles de nuestros bolsillos; amén de una serie de privilegios, ventajas y subvenciones unilaterales, si es que Sánchez quiere cumplir su promesa de convertir a Salvador Illa en el presidente de la generalidad. Inversiones y gastos desproporcionados ―que ya se han bautizado con el flamante nombre de «financiación singular»―, aún por venir y especificar, que, sin duda, supondrán un enorme desequilibrado y una mayor separación en los derechos de todas las regiones y los habitantes de las mismas, ante lo que ignominiosamente se nos impone el no poder opinar.

A estas medidas centradas en Cataluña hay que añadir que, una vez pasado el largo periodo electoral de tres recientes comicios enlazados en el tiempo, Sánchez ya ha se ha quitado la careta de forma definitiva porque ya no hay que engañar a nadie más. Ahora sus direcciones principales de esfuerzo de ataque se dirigen de forma plena e inmisericorde a la oposición, encabezada por el principal partido en ella, que ya no le sigue de cerca, sino, que le sobrepasado claramente en varios de los principales comicios recientes; acabar con la libertad de prensa y expresión para todos aquellos medios que no le rinden pleitesía y fidelidad y un ataque y asalto sin miramientos ni cortapisas al poder judicial desde el más humilde juzgado hasta las más altas instituciones de la judicatura.

Para salvar el tipo y llevar a cabo a buen puerto esta tereas, al igual que para todas las anteriores despreciables y poco democráticas acciones de abuso de poder recientes o no, se valdrá de los hombres de barro y de paja ya colocados en puestos clave como el Tribunal Constitucional, la Fiscalía y Abogacía general del Estado, el Consejo de Estado, el CIS y otros muchos más, quienes, por diversos  y nada justificables motivos, cual muñecos del pim, pam, pum, prestan sus rostros, personalidad y prestigio profesional para salvar el tipo a su amado líder, sin importarles los escupitajos que reciban ni los ataques personales o colectivos de los que serán objeto en todo su oscuro y sucio caminar.  

Por si no nos habíamos enterado de sus tejemanejes de carácter personal, golpista y de sus acciones autocráticas dentro y fuera de España donde cada vez se le escucha y recibe menos y tras haber culminado la ruptura de relaciones con Argentina e Israel, termina esta semana en casa ―mientras el resto del mundo se reúne entorno al G7― recibiendo a bombo y platillo a Erdogan, el más que cuestionable presidente de Turquía, famoso por sus golpes de efecto de carácter religioso, político, educativo o moral y de auténticos y cruentos autogolpes de Estado como una forma de presentar ante «el maestro» los logros de su discípulo o para recibir de aquel, consejos y directrices con los que pueda perfeccionar su obra maestra actual.  

Por último, ya fuera de casa, Sánchez ha participado en la Conferencia sobre la Paz en Ucrania, organizada durante este fin de semana en Suiza a propuesta y con un plan de diez puntos trazado ya en 2022 por el propio Zelenski. Para dar la nota de importancia, Sánchez hizo su aparición escénica escoltado por el octogenario Alto representante de la UE para asuntos exteriores (Borrell), quien está en sus últimos estertores de mandato con muy pocos o ningún objetivo cumplido durante el mismo. Es poco probable que la conferencia produzca resultados importantes ya que ni Rusia ni China han formado parte de la misma y, por tanto, se la puede considerar como un esfuerzo simbólico de Kiev para ganarse a la comunidad internacional y más dinero para alimentar la guerra.

Como ya he mencionado en muchas ocasiones, España bajo el mando de Sánchez, camina, a pasos agigantados, hacia una autocracia de puro corte y estilo bolivariano y muy pronto, solo esos «países hermanos», los antisistema y grupos terroristas como Hamás, nos darán la mano con aplausos y esperaran de nuestros actos y medidas  ―realizados por pura hipocresía  y necesidades del guion a fin de mantener el tipo gubernamental― algún fulcro del que se puedan agarrar o apoyar y justifiquen, con ello, que al menos hay alguien en la arena internacional que les comprende y apoya como si fueran de igual a igual.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

UN G7 PARA UN OCCIDENTE CONVULSIONADO

Roberto Mansilla Blanco*

Los líderes mundiales en la reunión del G7. Foto: AFP

Entre el 13 y 15 de junio se celebró en la región de la Apulia italiana, la 50º Cumbre del Grupo de los Siete (G7) Un foro de impacto y trascendencia a la hora de discutir y tomar decisiones sobre problemáticas globales, con particular incidencia para los intereses occidentales. Están ahí presentes la Unión Europea, EEUU, Canadá, Japón, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido pero también participan organismos como la OTAN y la Unión Africana y otras economías emergentes que no son miembros (Brasil, Argentina, India, Sudáfrica, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, entre otros) en gran medida alineados dentro de las esferas de intereses occidentales.

En el pasado, cuando las relaciones con Rusia no eran de la tensión permanente que observamos desde la invasión militar a Ucrania de 2022, este foro se llegó a denominar el G7+1, muy probablemente concebido de acuerdo con las expectativas occidentales de atraer a Moscú hacia sus esferas de influencia y, eventualmente, alejarla de cualquier asociación estratégica con China, el eterno «dolor de cabeza» occidental. Pero el momento 2024 indica otra realidad: la intransigencia occidental y «atlantista» vía sanciones y aislamiento hacia Moscú derivó precisamente en un reforzamiento ruso de sus alianzas euroasiáticas, especialmente con China. Así, la segunda economía mundial y una potencia llamada a liderar el siglo XXI, en este caso China, no está presente en el G7.

Esta edición de 2024 incluyó, entre otros temas, las crisis de Ucrania y Gaza, el desarrollo de África, el cambio climático, la migración, la seguridad económica en la región Indo-Pacífico, los retos de la inteligencia artificial y la energía. Con este panorama resultaba evidente que esta cumbre implicaría la adopción de una especie de «frente común» por parte del G7 occidentalizante para afrontar un convulsionado panorama internacional.

El cerco a Rusia y China

La presencia en Apulia del presidente ucraniano Volodymir Zelensky fue una confirmación de esta perspectiva y más cuando la misma se realizaba como antesala de la cumbre de la Paz para Ucrania en Suiza (15 y 16 de junio).

Una cumbre, la de la paz en Ucrania, en la que Rusia, parte integral del problema, no fue invitada, algo incomprensible si realmente se quiere llegar a una paz en ese conflicto. Y más aún cuando, con anterioridad, ese Occidente que se antojaba pacifista se volvió repentinamente belicista, despreciando otras iniciativas de paz como las de China, Brasil y Sudáfrica.

A pesar de los esfuerzos de la gira internacional de Zelensky y de sus apoyos occidentales, otros países con peso como China, India o Arabia Saudí, entre otros, declinaron asistir a ese encuentro en Suiza argumentando la falta de equidad de esta cumbre precisamente por la ausencia rusa. En total confirmaron su participación 92 países: 57 a través de jefes de Estado y de Gobierno y los otros 29 con embajadores y ministros.

Putin entró súbitamente en escena mientras finalizaba la cumbre del G7 y como antesala de la cumbre de paz de Ucrania. En Apulia se fortaleció el apoyo occidental a Ucrania con la dotación de 40.000 millones de euros vía activos rusos congelados por las sanciones y la renovación de las promesas por iniciar negociaciones de admisión ucraniana en la OTAN.

Consciente de que su ausencia condicionaba cualquier avance de la cumbre de Suiza, el presidente ruso quiso tomar la iniciativa reclamando protagonismo: respondió ofreciendo la posibilidad de un alto al fuego en el frente ucraniano a condición de que Kiev retirara sus fuerzas de las localidades de Zaporiyie, Jersón, Donetsk y Lugansk y anunciara su renuncia a ingresar en la OTAN. Washington se apresuró a rechazar estas peticiones rusas.

La presencia de Zelensky en la cumbre del G7 implicaba la necesidad de mostrar, cuando menos formalmente, el compromiso de ayuda occidental al aliado ucraniano, mismo volviendo a mencionarse la posibilidad de un ingreso express de Ucrania en la OTAN. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg (quien debía dejar este cargo el año pasado pero aún no existe consenso sobre su sustituto) propuso un paquete de ayuda de € 100.000 millones para Kiev hasta 2029; precisamente coincidiendo con el período de legislación del próximo Parlamento Europeo salido de las elecciones del pasado 9 de junio (9J) e, igualmente, con la mayor parte del actual período presidencial de Putin hasta 2030.

El mensaje es claro: Occidente no abandonará a Ucrania, cuando menos no durante los próximos cinco años. Pero hay matices: el compromiso con Zelensky quedó en € 40.000 millones para este 2024 pero aún debe avanzarse en ese consenso, que tampoco es total entre los miembros del G7, de la OTAN y de la UE.

Sigamos con el contexto global en el que se celebran estas cumbres del G7 y de la Paz en Ucrania y que pueden ofrecer pistas importantes sobre las decisiones que se tomen ahí.

Con estos encuentros en marcha la fragata rusa Gorshkov, con submarino nuclear incluido, se acercó al puerto de La Habana, lo que es decir a escasas millas de las costas estadounidenses. Toda vez la maquinaria mediática se puso en marcha, comprometida con el sensacionalismo y la espectacularidad de la noticia comparándola con hechos históricos como fue la Crisis de los Misiles de Cuba de 1962, desde Washington se apresuraron a restar importancia al asunto porque esta aproximación de la fragata rusa «no constituye una amenaza».

Desde Moscú, Putin argumentó «compromisos militares» con su aliado cubano. Mirando el trasfondo, con el foco en las repercusiones globales de la guerra ucraniana, el peligro de una escalada nuclear siempre está presente entre Washington (6.800 armas nucleares) y Moscú (7.000), algo que conocen muy bien desde hace décadas.

Seguimos con el peligro nuclear. Estos días aparecieron noticias sobre la renovación de las tensiones fronterizas entre tres potencias nucleares, China (270 armas nucleares), India (130) y Pakistán (140). Recordemos que en la cumbre del G7, el tema de la seguridad en la región del Indo-Pacífico es unos de los temas estratégicos. China, y con menor intensidad India, son aliados rusos, más firme en el caso de Beijing, en la guerra ucraniana; además estos tres países son miembros de un BRICS en ascenso.

Pakistán es un aliado importante chino precisamente para contrarrestar el peso geopolítico de una India que viene de reelegir como presidente al nacionalista radical Narendra Modi. India juega complejos equilibrios entre Occidente, China y Rusia además de manejar sus propios intereses, particularmente imperativos en las disputas fronterizas con Pakistán (región de Cachemira) y China (Tíbet). Y aquí se enmarcan algunos de los objetivos occidentales «atlantistas» relativos a intentar implosionar el eje sino-ruso, desde Ucrania hasta o Indo-Pacífico, sin desestimar Taiwán.

Miremos ahora al Cáucaso, donde el presidente armenio Nikol Pashinyan, de orientación prooccidental, anunció precisamente esta semana la salida de Armenia de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), organismo defensivo constantemente comparado con la OTAN pero impulsado por Rusia en el entorno euroasiático.

Armenia, fuertemente dependiente de la energía rusa y ruta de tránsito de oleoductos y gasoductos desde el mar Caspio, se ve igualmente convulsionada en protestas contra Pashinyan por sus cesiones territoriales a la vecina Azerbaiyán tras la «guerra relámpago» de finales de 2023 en torno al enclave (ahora ex armenio) de Nagorno Karabaj, hoy prácticamente en manos azeríes. El mandatario armenio acusa a Moscú y a la OTSC de inclinarse a favor de los intereses azeríes en detrimento de los armenios. Pero tras la caída de Nagorno Karabaj llegaron a Armenia millares de refugiados descontentos con Pashinyan.

Como en la vecina Georgia con la aprobación de la «Ley Rusa» contra agentes extranjeros, en Armenia se libra un pulso geopolítico entre Rusia y Occidente que puede explicar la eventual ampliación de un «frente de guerra» de Ucrania hasta o Cáucaso.

Volvemos a Ucrania. En Kiev los servicios de seguridad se felicitaron porque las armas de la OTAN prometidas para las fuerzas armadas ucranianas ya están teniendo efecto en ataques dentro del territorio de la Federación rusa. Lo que es lo mismo; ya comienza a evidenciarse en Ucrania una guerra directa a cámara lenta entre la OTAN y Rusia. No obstante, en Kiev y Bruselas son conscientes del desequilibrio militar con  respecto a Rusia, de los avances de la contraofensiva militar rusa (Járkov), de los problemas de Zelensky para reclutar efectivos y de la necesidad imperiosa de una ayuda occidental que no se traduzca únicamente en armamento y dinero sino también en tropas especializadas. Cuando menos si atendemos las declaraciones de algunos de sus líderes, Europa ya observa casi como inevitable este conflicto con Rusia.

Ante la pretendida «amenaza rusa», Alemania ensaya retornar al servicio militar obligatorio; Polonia lleva tiempo acelerando la instrucción militar entre la población civil. También comienzan a tener incidencia mediática y política nuevos escenarios conflictivos que se vislumbran en los países bálticos; Polonia; Moldavia-Transnistria.

Una UE cada vez menos «europeísta»

Finalmente, la UE vive la resaca del ascenso de los populismos, de la ultraderecha y de los partidos euroescépticos en las recientes elecciones parlamentarias del pasado 9 de junio. Se estima que estos partidos ocuparían casi el 25% del próximo Parlamento europeo hasta 2029.

El momento político en la UE no es sencillo para sus élites y menos para algunos de sus presidentes, como es el caso del francés Emmanuel Macron, quien debió convocar a elecciones legislativas anticipadas, muy golpeado por el ascenso de la ultraderecha de Marine Le Pen. De hecho, figuras de la derecha francesa comienzan a acercarse a Le Pen con algunas consecuencias políticas, como fue la expulsión de Éric Ciotti como líder del conservador Los Republicanos. Las divisiones en la derecha tradicional y la izquierda francesas abren las expectativas de una posible abrumadora victoria de Le Pen en las próximas legislativas.

Tampoco le va bien al canciller alemán Olaf Schölz, que ve el ascenso de la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD), partido acusado desde diversos círculos políticos y mediáticos de presuntamente tener vínculos con el Kremlin. Macron y Schölz, presentes en el G7, ven condicionado y golpeado el histórico eje París-Berlín que siempre manejó el europeísmo da UE.

El horizonte electoral es preocupante para ellos: Alemania (2026) y Francia (2027) tendrán elecciones generales en un contexto de guerra en Ucrania, quien sabe si guerra directa con Rusia y ascenso de la ultraderecha y de los populismos euroescépticos. Si bien no está en la UE desde el Brexit, el primer ministro británico Rishi Sunak, también presente en la cumbre de Savelletri, se juega su cargo en las elecciones generales convocadas para el próximo 4 de julio. Por su parte la presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, busca consolidar un nuevo mandato hasta 2029 pactando si es necesario con la ultraderecha en ascenso.

Mientras se habla con normalidad de una escalada bélica como si fuera de una Champions League militar, la «amenaza rusa» es el «enemigo conveniente» para un Occidente «atlantista» que intenta reconstruirse pero que se observa trastornado por el hecho de que precisamente Rusia resiste y sigue en pie; y porque los recientes resultados electorales en Europa no son los esperados por Bruselas mientras Moscú juega también con fuerza en este escenario.

Antecediendo a la cumbre del G7 se celebró en San Petersburgo un Foro Económico Internacional (5-7 de junio) con exitosas alianzas para Rusia con países asiáticos, africanos y latinoamericanos. Moscú maneja con China un nuevo eje Sur-Sur que también tiene incidencia dentro de los BRICS: Turquía, miembro de la OTAN, anunció su interés en ingresar en ese organismo, que puede tener su antesala en la próxima cumbre de los BRICS a celebrarse en noviembre en la localidad rusa de Kazán. Manteniendo igualmente sus equilibrios geopolíticos, Turquía comienza cada vez más a apostar por un ascendente eje euroasiático sino-ruso «despidiéndose» discretamente de Occidente.

Todo esto gravitaba en torno al G7. Le tocaba a Italia realizar esta cumbre por su presidencia rotativa en el organismo. La anfitriona Giorgia Meloni, exultante por sus buenos resultados electorales del 9J, hizo del encuentro un espacio de relajación estilo Dolce Vita para preparar un segundo semestre de 2024 que se apremia convulso y difícil. Porque el ojo de Bruselas está en Washington, en esas presidenciales en EEUU entre Trump y Biden, cada quien apremiado, directa o indirectamente, por escándalos con la justicia. Un Biden que busca la reelección pero atenazado en dos guerras en las que manifiesta o su «doble rasero»: mientras arma a Ucrania pide el cese al fuego en Gaza.

En la Apulia estuvieron también presentes el presidente brasileño Lula da Silva, un crítico con la ayuda a Ucrania y muy próximo al eje sino-ruso vía BRICS, y el polémico y extravagante mandatario argentino Javier Milei, aliado de Meloni y nueva «superstar» de la ultraderecha populista y liberal transatlántica. Mientras desmantela el Estado, Argentina está viviendo protestas por el programa de shock de Milei y el aumento de los índices de pobreza, calculado en un 55% de acuerdo con algunas investigaciones. En esta cumbre del G7, Meloni busca también su escaparate internacional para potenciar una agenda «ultra» y «antiprogresista», cada vez más afianzada a nivel global.

Por cierto, este 14 de junio comenzó en Alemania la Euro 2024. Y la próxima semana  vendrá la Copa América. Un mes completo de fútbol de alto nivel, con Messi, Mbappé, CR7, Bellingham….en el centro de atención. Y ya sabe, fútbol, pan y circo para el pueblo mientras el mundo se desliza hacia el escenario más peligroso y convulso desde la II Guerra Mundial.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

 

Este artículo fue originalmente publicado en idioma gallego en Novas do Eixo Atlántico: https://www.novasdoeixoatlantico.com/un-g7-para-un-occidente-convulsionado-roberto-mansilla-blanco/.

REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: UN GOLPE FALLIDO E INESTABILIDAD ESTRUCTURAL

Marcelo Javier de los Reyes*

Los hechos y las personas

El 19 de mayo de 2024 la República Democrática del Congo (RDC) habría superado un intento de golpe de Estado según lo que informaron fuentes del Ejército. La intentona habría sido liderada por el político opositor Christian Malanga.

En la madrugada se produjeron disparos en Kinshasa, la capital del país, y un grupo de hombres armados se propusieron tomar por asalto el palacio presidencial y la residencia de uno de los políticos más importantes del país con el propósito de derrocar al presidente Félix Tshisekedi, quien prestó juramento el pasado 20 de enero tras ser ampliamente reelegido en diciembre, iniciando así su segundo mandato con una ceremonia de investidura en el Estadio de los Mártires, en Kinshasa, a la que asistieron jefes de Estado del continente africano así como representantes de Estados Unidos, China y Francia.

En las elecciones de diciembre de 2023, Tshisekedi habría obtenido un 73% de los votos lo que le permitió acceder a un nuevo período presidencial de cinco años. No obstante, el proceso electoral ha sido fuertemente criticado y se han denunciado numerosas irregularidades. Participaron de la elección el magnate minero Moïse Katumbi (segundo lugar con el 18% de los votos), el ex ejecutivo de energía Martin Fayulu (5%) ―considerado el legítimo ganador de las elecciones― y el premio Nobel de la Paz Denis Mukwege, médico ginecólogo que en 1999 fundó el Hospital de Panzi «para salvaguardar la vida de las mujeres y garantizar que sus hijos tuvieran la oportunidad de prosperar» ya que la RDC tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo[1]. Sin embargo la guerra cambió el objetivo del hospital por lo que además atienden a las mujeres que fueron violadas y maltratadas durante el conflicto que afecta al Congo. A pesar de esta abnegada labor, el Dr. Denis Mukwege obtuvo un menor porcentaje de votos[2].

Unas 50 personas involucradas en el complot fueron detenidas, entre ellas tres ciudadanos estadounidenses. El presunto líder del intento fallido de golpe de Estado, el político opositor congoleño Christian Malanga, murió durante los incidentes. Malanga había vivido exiliado en Estados Unidos durante más de una década.

En la intentona de Malanga, de 41 años, participó su hijo Marcel de 22 años, actualmente detenido[3]. Vivía en Salt Lake City y llegó por primera vez a Estados Unidos en 1998 como político refugiado y se estableció en Utah. Según el Daily Mail, la mano derecha de Malanga era Benjamin Zalman-Polun, de 36 años, empresario de cannabis y residente en Maryland. Según este medio, «el grupo enarbolaba la bandera del ex dictador hombre fuerte de la República Democrática del Congo, Mobutu Sese Seko»[4]. Otra versión agrega que Malanga manifestó en inglés «Disfruten de la liberación de nuestro nuevo Zaire», a la vez que los golpistas quemaban banderas de la RDC y portaban otras del Zaire, denominación antigua de la RDC durante la dictadura del mencionado Mobutu Sese Seko.

Ocho años después de arribar a Estados Unidos, Malanga regresó a la RDC para realizar el servicio militar, ascendiendo al rango de capitán en 2007[5]. Tuvo intenciones de incursionar en la política de su país pero fracasó y en 2012 regresó a Estados Unidos pero no habría cesado en su idea y fundó un partido político que atrajo a varios nativos congoleses de todo el mundo, el Partido Congoleño Unido[6]. Malanga habría intentado llevar a cabo un golpe de Estado por primera vez en 2017 pero que en su momento procedió a abortarlo.

Habría estudiado para convertirse en piloto y se capacitó en informática pero en lo político abogó por la libertad religiosa, se manifestó en contra de la corrupción en su país nativo y «se refirió a sí mismo como el presidente de la República Democrática del Congo»[7].

Cabe mencionar que la revuelta se ha salido de las fronteras de la RDC y se notificó que un proyectil disparado desde Kinshasa llegó a la ciudad de Brazzaville, República del Congo, hiriendo a varias personas, según informó el gobierno de ese país en un comunicado[8].

La RDC es un país con casi 100 millones de habitantes de diferentes etnias, con una extensión territorial de 2.345.000 km² y con importantes riquezas minerales, entre las que se destacan oro, cobre, níquel y cobalto, vitales para la transición energética verde del mundo, las cuales son motivo de su permanente inestabilidad. Entre sus actividades comerciales se destacan la minería de oro y la comercialización de vehículos usados.

La pobreza afecta a la mayor parte de la población con más de 13 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, lo cual contrasta con los inmensos recursos naturales de que dispone el país, considerado uno de los más ricos de África[9]. Aproximadamente dos tercios de su población vive con menos de US$ 2,15 al día y numerosos grupos rebeldes aterrorizan a los civiles y saquean las minas en el este del país, manteniendo una más que riesgosa situación en lo que se refiere a la seguridad regional. Esto ha provocado una considerable huida de sus habitantes ―unos 7 millones― en las últimas décadas.

La participación de ciudadanos estadounidenses

Si bien Malanga era un ciudadano congolés, residía en Estados Unidos y esto no deja de ser un punto que ha llamado la atención de los medios. En el caso de su hijo Marcel, se trata ya de un ciudadano estadounidense.

Posteo de la embajadora de los Estados Unidos en la RDC manifestando su consternación por los acontecimientos y su preocupación por los informes de ciudadanos estadounidenses supuestamente involucrados. Agregó su disposición a cooperar con con las autoridades de Kinshasa.

La embajada de Estados Unidos había emitido con anterioridad una alerta de seguridad advirtiendo sobre «actividades en curso por parte de elementos de seguridad de la República Democrática del Congo».

Además de Malanga y de su hijo, los medios dan cuenta de tres estadounidenses implicados en la intentona, quienes se encontrarían detenidos junto a otras docenas de golpistas que fueron capturados por las fuerzas del país.

Por su parte, la madre de Marcel, Brittney Sawyer, escribió un correo electrónico a The Associated Press, manifestando que su hijo es inocente y que ha seguido a su padre. Según un video que ha circulado en redes sociales, su hijo aparecía junto a un hombre blanco ensangrentado, del cual se desconocía su identidad, ambos cubiertos de polvo y rodeados de soldados congoleños[10].

A pesar de su imagen de padre de familia, Malanga fue sometido a procesos judiciales desde 2001, cuando tenía 18 años, siendo declarado culpable en Utah por incidentes que incluyen agresión con arma de fuego, por lo que fue condenado a 30 días de cárcel y tres años de libertad condicional. También en ese año fue acusado de violencia intrafamiliar en un incidente y de agresión y alteración del orden público en otro, aunque se declaró inocente y se le retiraron los cargos. Nuevamente en 2004 fue acusado de violencia doméstica con amenaza de uso de arma peligrosa, pero nuevamente se declaró inocente y se retiraron los cargos. Desde ese año registra nuevos antecedentes intrafamiliares[11].

Según Dino Mahtani, un investigador independiente sobre temas africanos, quien fue asesor político de las Naciones Unidas en la RDC, manifestó que las autoridades de ese país sospechaban que Malanga estaba involucrado en un supuesto complot para matar al entonces presidente Joseph Kabila y especuló acerca de que a Malanga le habrían tendido una trampa o lo traicionaron en el ataque del pasado mes de mayo, según él, por la inverosímil forma en que se llevó a cabo. Para Mahtani podría tratarse de conspiradores externos, «pero dada su estrecha relación previa con al menos uno de los actuales mandos militares de Tshiskedi, existe algo de posibilidad de que el complot fuera conocido internamente y esto les permitiera actuar con rapidez»[12].

Otro ciudadano estadounidense supuestamente implicado es el mencionado Benjamin Reuben Zalman-Polun, graduado en la Universidad de Colorado y que habría tomado clases de administración de empresas en la Universidad de Georgetown. Se habría conectado con Malanga a través de una empresa de extracción de oro creada en Mozambique en 2022. Cuenta con un proceso judicial de 2014 por cargos de tráfico de drogas en Estados Unidos, de los que se consideró culpable[13].

El tercer estadounidense detenido, del que se desconoce si aún permanece con vida, es Tyler Thompson Jr., de 21 años, ex compañero de fútbol de la escuela secundaria de, Marcel Malanga, con quien viajó a África para lo que su familia creía que eran unas vacaciones, con todos los gastos pagados por el padre de su amigo[14]. Según otros compañeros de equipo alegaron que Marcel había ofrecido hasta US$ 100.000 para en lo que se decía que era un «trabajo de seguridad» en el Congo[15].

Tyler aparecería en videos que circulan en las redes sociales, atado y ensangrentado mientras los soldados de la RDC arrestan a los estadounidenses. Sin embargo, no se lo encuentra en los videos del asalto que grabó el propio Christian Malanga[16].

Estados Unidos ha negado todo conocimiento de que un ciudadano estadounidense esté detrás de esta conspiración.

Las últimas investigaciones

Según la investigación preliminar del fallido golpe de Estado, que se encontraría en su fase final, «contempla tanto las acciones de los golpistas como de los militares sospechosos de ejecutar de manera extrajudicial a uno de los participantes»[17].

Las autoridades congoleñas confirmaron al menos cuatro atacantes muertos durante el golpe, incluido el supuesto cabecilla de la asonada, identificado como Christian Malanga. Sin embargo, por una fuente anónima del gobierno, ha trascendido que a las autoridades del país les preocupa principalmente un vídeo en el que militares del país ejecutan a sangre fría a uno de los asaltantes cuando se encontraba ya detenido y maniatado. Han identificado a los responsables y «fueron puestos en conocimiento de la Oficina de la Fiscalía Militar», la que habría finalizado su investigación y la presentará ante los tribunales en los próximos días.

La RDC y su inestabilidad estructural

El reparto de África llevado a cabo a través de la Conferencia de África de 1884/1885 reconoció al Congo como un Estado bajo la soberanía del rey belga Leopoldo II, es decir, una propiedad privada. Explotación, abusos, asesinatos masivos y mutilaciones eran una constante en su territorio. Al rey de los belgas solo le interesaba la explotación lucrativa de los recursos, particularmente, marfil y caucho.

Debido a las fuertes presiones internacionales por estos hechos, en 1908 el rey procedió a transferir su propiedad al Estado belga, pero quizás más debido a que la familia real no contaba con los recursos para realizar la inversión necesaria para la explotación[18].

El 30 de junio de 1960 el Congo Belga se independizó y pasó a llamarse República del Congo. Debido a que los colonialistas belgas no se interesaron por educar a la población, el país se encontró con que no tenía cuadros formados para administrar el nuevo Estado.

Al momento de la emancipación, de una población de 15 millones de habitantes sólo había 1.500 «evolucionados» (los «évolués» eran los africanos que habían podido acceder a un nivel superior de educación) ―quienes despreciaban a los demás congoleses pero que a su vez eran despreciados por los blancos[19]―, entre los que se encontraba el joven Patrice Lumumba.

Patrice Lumumba (1925-1961).

En 1958 fundó el movimiento pluriétnico MNC, Movimiento Nacional Congolés, pero fue mirado con desconfianza por algunos blancos y algunos negros, más allá de que abogaba por la convivencia no sólo entre los belgas y los congoleses sino también entre las diferentes etnias de su país.

En diciembre de 1958 participó del Congreso Panafricano de Accra y fue considerado como un hermano por líderes de la talla de Sékou Touré y N’Krumah. Ese reconocimiento luego resonó en su país pero su liderazgo llegó tarde, luego de que Ileo y Joseph Kasavubu hubieran exigido la independencia del país[20].

Sin embargo Lumumba se opuso a la división por etnias o por provincialismo y su objetivo era la unidad de todos los congoleses.

Ocurrida la independencia, Lumumba se convirtió en el primer ministro de un gobierno presidido por su enemigo: Joseph Kasavubu (de la etnia bakongo). En estas enemistades se conjugaba no solo la política sino también las diferencias étnicas.

Pocos días después, el 11 de julio, la provincia de Katanga, importante por sus riquezas mineras, se declaró independiente bajo el liderazgo del anticomunista y prooccidental Moise Kapenda Tshombe. Esta declaración contó con el apoyo de la Union Minière, la enorme compañía que controlaba la explotación del cobre, fuente de importantes ingresos del Congo que así perdería una buena parte de ellos. Las tropas belgas que aún se encontraban en el país tomaron partido por los secesionistas.

Lumumba solicitó a las Naciones Unidas ayuda militar para evitar la secesión del nuevo Estado y así poder neutralizar a los efectivos belgas. También solicitó ayuda a los Estados Unidos pero jamás llegó al Congo ya que la CIA lo percibía «como un títere comunista atontado por las drogas»[21].

En su libro Legado de cenizas. La historia de la CIA, Tim Weiner narra que en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, el presidente ordenó al director de la CIA eliminar a Lumumba a quien la CIA consideraba el «Castro» de África[22]. Al no recibir colaboración del gobierno de Washington, el primer ministro aceptó la oferta de material y de «técnicos» de la Unión Soviética en momentos en que los paracaidistas belgas ingresaron al país para tomar la capital.

Tim Weiner cuenta los entretelones de como la CIA envió al país africano al jefe de la base de la agencia en Bruselas, Larry Devlin, para que evaluara a Lumumba «como posible objetivo de acción encubierta». El agente advirtió que, independientemente de que el objetivo fuera o no comunista ―quizás aprovechaba la oportunidad para lograr su propósito―, el Congo podría convertirse en una nueva Cuba. La Central confirma la necesidad de eliminar al primer ministro y le envía al experto en química de la agencia con toxinas letales para que realice el operativo. Devlin, angustiado por la orden recibida, optó por enterrar loa viales con las toxinas a orillas del río Congo, dispuesto a asumir las consecuencias por esa decisión[23].

Sin embargo, para Lumumba su suerte estaba echada. El 5 de septiembre de 1960 Kasavubu se reunió con el embajador de Estados Unidos en Leopolville y después de cinco horas anunció por radio la destitución del primer ministro. En la noche del día 14 Lumumba fue arrestado y tanto la embajada estadounidense como Kasavubu y el jefe del ejército, Mobutu, decidieron su eliminación[24].

Tim Weiner afirma que la CIA ya había elegido a su hombre para conducir al Congo: Joseph Mobutu. A principios de octubre recibió US$ 250.000 a los que siguieron envíos de armas y de municiones[25].

La vida de Lumumba fue tan fascinante como trágico su final. Capturado por Mobutu, fue torturado atrozmente, entregado a los belgas y ejecutado por un oficial flamenco.

Mobutu, con el apoyo de los Estados Unidos, se impuso sobre sus rivales y mantuvo en la presidencia a Kasavubu hasta que lo desplazó del cargo y asumió el control del país al que renombraría como Zaire. Sería el principal aliado de la CIA en África y la agencia establecería allí su centro de operaciones encubiertas para el continente[26]. Mobutu gobernó brutalmente al país y se constituyó como uno de los gobernantes más corruptos del mundo gracias a los yacimientos de minerales.

Imagen: Ministerio de Relaciones Exteriores de España.

 

En 1994 estalló el conflicto de Ruanda y dado que Mobutu apoyó a los hutus, los tutsis se opusieron a él. Fue así que con el apoyo del hombre fuerte y presidente de Ruanda, Paul Kagame, se emprendió una ofensiva para derrocar a Mobutu, logrando el objetivo en 1997 con una coordinación de grupos armados contrarios al dictador.

Mobutu logró escapar y falleció exiliado en Rabat, Marruecos, en septiembre de 1997. Su intención fue exiliarse en Francia pero el gobierno galo no se lo permitió. Su fortuna personal se estimó entre US$ 5.000 y 6.000 millones.

Zaire pasó a nuevamente a denominarse República Democrática del Congo y Laurent-Désiré Kabila se convirtió en el nuevo presidente del país.

En 2019 se celebraron las primeras elecciones que llevaron a Félix Tshisekedi a su primer mandato.

Durante años el país se vio envuelto en una terrible violencia provocada por diferentes grupos armados, violencia que se ha tornado en cotidiana y que aún subsiste.

Según se informó el 1° de junio de 2024 un soldado sudafricano murió y otros 13 resultaron heridos en un enfrentamiento que tuvo lugar en esa semana con miembros del grupo irregular armado M23 (Movimiento 23 de marzo) en el este de la RDC. Los efectivos integran la Misión de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC) en la RDC (SAMIDRC), desplegada en ese país desde diciembre de 2023 para luchar contra los grupos rebeldes armados, principalmente el ya mencionado M23[27].

A modo de conclusión

La historia de la RDC no es muy diferente a la de otros estados africanos pero muestra como en una independencia supuestamente acordada, una parte no cumplió con lo pactado, Bélgica, y por otro como la omisión o la intervención de otros actores internos movieron los hilos del drama congolés. Las Naciones Unidas, con su tibieza o por su alineamiento con sus creadores, no tomaron cartas en el asunto y no fue la única vez en que no lo hicieron en la historia de la RDC. Más recientemente, ya en el siglo XXI se han dado otros casos.

Estados Unidos, que se autopercibe como la democracia por excelencia, no ha dudado en intervenir y complicar aún más la situación interna del país para colocar a su hombre, un dictador que ejerció el poder durante tres décadas de la mano de la inteligencia estadounidense. No fue ni será el único caso en que la gran democracia respaldó a un dictador. Lo mismo le vale a las democracias europeas.

En el caso de esta intentona, aún es temprano para percibir si se trató de una aventura o subyace alguna otra cuestión. La mención de la ejecución del ciudadano estadounidense atado por parte de los militares congoleses deberá ser aclarada.

La realidad es que Christian Malanga tenía importantes contactos políticos en los Estados Unidos y no los ocultaba; por el contrario los mostraba en las redes. Si sólo son fotos casuales, algún contacto ha habilitado su llegada a esas personalidades políticas. Sin embargo, es destacable su admiración por el dictador Mobutu y su intención de denominar nuevamente como Zaire a su país si el golpe resultaba exitoso.

Llama también la atención que Malanga incursionara en negocios mineros y que la RDC sea también un país en el que el caos permite la extracción de importantes minerales estratégicos con mano de obra esclava, inclusive la de niños, y ninguna democracia occidental decide intervenir.

El tiempo dirá si esto fue un «emprendimiento» de un ambicioso o si era parte de un plan mayor o de una trampa que le tendieron a Malanga. Mientras, la violencia se acrecienta nuevamente en este país africano proveedor de minerales estratégicos como el coltán y en un contexto en que los golpes de Estado en África están tomando protagonismo, a la vez que los actores externos ―Estados Unidos, Rusia y China, además de empresas multinacionales― procuran tomar posición en los diversos países, incluso desplazando a Francia de lo que fueron sus colonias.

La historia africana sigue desarrollándose con libretos escritos fuera del continente.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Sobre el Hospital de Panzi, ver Panzi Foundation, https://panzifoundation.org/es/the-hospital/.

[2] Katharine Houreld.«Understanding the president’s win in Congo’s chaotic elections». Tehe Washington Post, 31/12/2023,  https://www.washingtonpost.com/world/2023/12/31/congo-elections-explainer/, [consulta: 04/01/2024].

[3] «Congo-Kinshasa: quién fue Christian Malanga, el hombre detrás del intento de golpe de ayer » Agenzia Nova, 20/05/2024, https://www.agenzianova.com/es/news/chi-era-christian-malanga-luomo-dietro-il-tentato-golpe-di-ieri-in-congo/, [consulta: 22/05/2024].

[4] Paul Farrell. «How DR Congo coup leader Christian Malanga moved to Salt Lake City as a political refugee, had eight children and worked as a small businessman before returning to Africa for military service and plotting to overthrow  government with his son, 21, Marcel». Daily Mail, 20/05/2024, https://www.dailymail.co.uk/news/article-13437685/Christian-Marcel-Malanga-congo-coup-salt-lake-city-utah.html, [consulta: 22/05/2024].

[5] Ídem.

[6] Ídem.

[7] Ídem.

[8] «El Ejército de la RD Congo dice frustrar un intento de golpe que involucraba a ciudadanos de EE. UU.» France24, 20/05/2024, https://www.france24.com/es/áfrica/20240520-el-ejército-de-la-rd-congo-dice-frustrar-un-intento-de-golpe-que-involucraba-a-ciudadanos-de-ee-uu, [consulta: 22/05/2024].

[9] Información sobre la República Democrática del Congo, Ministerio de Relaciones Exteriores de España, https://www.exteriores.gob.es/Documents/FichasPais/CONGO-KINSHASA_FICHA%20PAIS.pdf, [consulta: 22/05/2024].

[10] «Los estadounidenses implicados en presunta trama golpista en el Congo formaban una banda insólita». La Nación, 21/05/2024, https://www.lanacion.com.ar/agencias/los-estadounidenses-implicados-en-presunta-trama-golpista-en-el-congo-formaban-una-banda-insolita-nid21052024/, [consulta: 22/05/2024].

[11] Ídem.

[12] Ídem.

[13] Ídem.

[14] Hannah Schoenbaum (The Associated Press). «“No hay pruebas de que esté vivo”: el drama de la familia del joven de Utah detenido en el Congo». Telemundo Utah, https://www.telemundoutah.com/noticias/local/tyler-thompson-utah-detenido-congo/2274832/, [consulta: 02/06/2024].

[15] Ídem.

[16] Ídem.

[17] «RDC ultima la investigación preliminar del golpe de Estado fallido del mes pasado». Infobae, 02/06/2024, https://www.infobae.com/america/agencias/2024/06/02/rdc-ultima-la-investigacion-preliminar-del-golpe-de-estado-fallido-del-mes-pasado/, [consulta: 02/06/2024].

[18] Jean Ziegler. Saqueo en África. México: Siglo Veintiuno Editores S.A., 1979, p. 105.

[19] Ibíd., p. 108.

[20] Ibíd., p. 112-113.

[21] Tim Weiner. Legado de cenizas. La historia de la CIA. Buenos Aires: Debate, 2008 (1ª ed.), p. 165-166.

[22] Ídem.

[23] Ídem.

[24] Jean Ziegler. Op. cit., p. 115-117.

[25] Tim Weiner. Op. cit., p. 166.

[26] Ídem.

[27] «Muere soldado sudafricano en República Democrática del Congo». Prensa Latina, 01/06/2024, https://www.prensa-latina.cu/2024/06/01/muere-soldado-sudafricano-en-republica-democratica-del-congo/, [consulta 02/06/2024].

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