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CHINA, POLÍTICA EXTERIOR Y CAMBIO CLIMÁTICO

Isabel Stanganelli*

Imagen de marcinjozwiak en Pixabay

La cuestión del cambio climático ha obrado como uno de los disparadores más sólidos a favor de la búsqueda de energías alternativas desde la década de 1980. Numerosas reuniones procuraron alcanzar un acuerdo global sobre el régimen climático posterior a 2012, año de vencimiento del Protocolo de Kyoto mediante el cual los países industrializados se comprometieron a reducir —para el período 2008-2012— sus emisiones colectivas de gases que causan el efecto de invernadero en un 5,2%, respecto a 1990.

El acuerdo fue suscrito en la ciudad japonesa de Kioto el 10 de diciembre de 1997 por 34 países industrializados. Para que el protocolo entrara en vigor, tenía que ser ratificado por los países industrializados causantes del 55% de las emisiones de estos gases pero cuatro de ellos no lo hicieron: Estados Unidos (responsable por el 36,1% de las emisiones entre los países industrializados en 1990), Australia (2,1%), Liechtenstein (0,001%) y Mónaco (0,001%).

Los Estados Unidos argumentaron que esa firma no solo dañaba su desarrollo económico al obligarlos a destinar presupuesto a innovaciones tecnológicas sino que aducía que existían países menos obligados por ser subdesarrollados que contaminaban más. Se refería a Brasil, China, India, México, entre otros. Obviamente Washington no participó del encuentro de la ONU en Japón.

Independientemente de la importancia del tema para la supervivencia de la vida en el planeta, esta cuestión presenta aristas personales. Fui seleccionada con seis meses de anticipación para asesorar a la delegación argentina en Kioto. Las carpetas coincidían con la posición común de nuestros vecinos de América del Sur. Entonces se apersonó la Sra. María Julia Alsogaray como portavoz del entonces presidente e indicó que Argentina firmaría en consonancia con los Estados Unidos. O sea: no firmó. Impotencia de la delegación y obviamente también mía.

Casi 20 años después, la crisis ucraniana de 2014 fue testigo de profundos cambios en los patrones energéticos mundiales. La politización de conflictos previos por el gas natural que importaba desde la Federación de Rusia y en gran parte transportaba hacia Europa occidental, significó arduas negociaciones y finalmente descartó el proyecto de gasoducto South Stream, el 1º de diciembre de ese año, destinado a abastecer a clientes europeos.

Ante esta situación se incrementaron los esfuerzos europeos de búsqueda de otros proveedores. Cabe acotar que estas fuentes solamente podrían sustituir parte de los hidrocarburos necesarios y que luego del accidente nuclear de Fukushima I, Japón, en marzo 2011, esa fuente resultaba controversial.

Por otra parte, rigen sanciones contra las exportaciones e inversiones en tecnologías de vanguardia aplicadas a la exploración y explotación de petróleo ruso que se suman a la violenta caída del precio del petróleo en los mercados internacionales. Esta situación guarda relación con el ingreso de Estados Unidos como país exportador, políticas de la OPEP y reducción de la demanda mundial —notoriamente de China—, entre otras causas.

Los acontecimientos originados en 2014 pusieron en marcha procesos cuya evolución está produciendo cambios en las actividades de producción de energía, en los hábitos de consumo y en las decisiones políticas en el mundo. Han sido muchos los esfuerzos internacionales para intentar revertir el calentamiento planetario. Una de las más importantes iniciativas guardó relación con la sustitución de los hidrocarburos y combustibles fósiles por otras fuentes alternativas de energía. Se han realizado inversiones notorias en fuentes solares, eólicas, mareomotrices, undimotrices y otras. Al mismo tiempo, se enunciaron objetivos para reducir la emisión de contaminantes, tanto en el mundo desarrollado como en el que no lo está. Todos estos objetivos encontraron obstáculos y desacuerdos. En la Cumbre Renovables 2005, realizada en Alemania, así como en las realizadas con posterioridad, tampoco se lograron acuerdos rotundos. En aquel caso se propuso que el 14% de la energía producida en el mundo proviniera de fuentes alternativas. Estados como Brasil y China, en su condición de países subdesarrollados, superaban entonces ese porcentaje en su matriz energética. Se puede destacar la posición de India, que destacó que cumpliría con todos los objetivos establecidos pero que no firmaría ningún acuerdo, pues no deseaba verse obligada por un documento internacional. Estos tres casos se destacan pues en su calidad de países subdesarrollados, los plazos para lograr los objetivos establecidos en Cumbres previas eran más largos y podían contar con ayuda internacional para alcanzarlos. Hemos visto que esta normativa fue cuestionada por Estados Unidos para no adherir a los acuerdos. Los argumentos de Estados Unidos para evitar compromisos fueron emulados por otros Estados.

El hecho es que a pesar de los años trascurridos, la reducción del precio internacional del barril de petróleo vuelve cada vez más costoso el desarrollo de fuentes convencionales y alternativas de producción energética en función de la ecuación costo-beneficios. Solo las mayores petroleras podrían sostenerse diversificándose contando con su capacidad de adaptarse a las nuevas normas del mercado, a la competencia resultante y al respaldo económico que les otorga más tiempo que a otras empresas de menor envergadura.

Mientras Rusia y China adoptaron desde 2014 medidas de cooperación energética, Estados Unidos se aseguró el primer lugar como país exportador de petróleo extra OPEP y varios países europeos están retornando al uso del carbón, si bien en condiciones ambientales menos contaminantes que las históricas.

En estas circunstancias, en 2020, China anunció planes para lograr cero emisiones para 2060. Junto con la exportación de su vacuna Covid-19 constituyen dos manifestaciones de soft power. Volviendo al cambio climático, el Presidente Xi Jinping en la cumbre del Día de la Tierra —22 de abril 2021— del presidente estadounidense Joe Biden, Xi señaló la estrategia esbozada en el 14º Plan Quinquenal de China para limitar el crecimiento del consumo de carbón y lograr la neutralidad del carbono para 2060.

El 20 de abril, Xi se había comunicado con el príncipe saudí Mohammad bin Salman apoyando las propuestas y medidas de Arabia Saudí a respecto. Una semana antes, Xi se reunió con la canciller Angela Merkel y el presidente Emmanuel Macron y acordaron trabajar más estrechamente en el cambio climático. No debería considerarse un gesto geopolítico… pero la diplomacia con Occidente es más que evidente.

Biden sostuvo una continuidad con su predecesor Trump en cuanto a una competencia estratégica con China aunque no descartó cooperar con Beijing en cuestiones transnacionales que requieren una respuesta colectiva —como el cambio climático—. Este tema puede ser una oportunidad para relaciones más benignas entre los mayores poderes y al mismo tiempo cambiar la mirada de Occidente sobre China, apaciguando tanto a la audiencia nacional como a la internacional.

Además, la exportación de fuentes de energía alternativa “made in China” es un objetivo más de inversión china.

 

* Profesora y Doctora en Geografía (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales (UNLP). Secretaria Académica del CEID y de la SAEEG. Es experta en cuestiones de Geopolítica, Política Internacional y en Fuentes de energía, cambio climático y su impacto en poblaciones carenciadas. 

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AMÉRICA LATINA Y LOS DESAFÍOS PARA UNA VERDADERA INDEPENDENCIA POLÍTICA Y ECONÓMICA

Giancarlo Elia Valori*

América Latina —y sus países centrales, a saber, Brasil, Argentina y México— se ha convertido en una región de alto valor estratégico mundial debido a su vasto territorio, abundantes recursos, gran desarrollo económico, posición geográfica única y activo papel en la gobernanza global y regional.

Factores como la historia, la geografía y la realidad, combinados con la complejidad de las lógicas políticas internas de la región, han convertido una vez más a América Latina en un lugar donde las grandes potencias prestan atención y juegan sus juegos.

La cooperación de América Latina con las potencias “externas” se ha vuelto cada vez más estrecha, lo que ha dado lugar a sospechas infundadas y provocaciones maliciosas entre los países de la región en cuestión. Lo que molesta a los “demócratas” y a los “liberales” es la presencia en la zona de países sin un pasado colonialista y explotador.

Históricamente, América Latina y el Caribe fueron el lugar codiciado de varias fuerzas occidentales. Desde la independencia de los países latinoamericanos, e incluso hoy, grandes países dentro y fuera de la región han competido en este ámbito.

La complejidad y la incertidumbre de la actual situación política y económica mundial en América Latina están detrás de la competencia entre las principales potencias en geopolítica y las relaciones internacionales.

Las vastas tierras y recursos de América Latina están vinculados a la seguridad alimentaria mundial, al suministro de productos agrícolas y ganaderos y a la seguridad energética. Es un importante “proveedor de productos” que no se puede descuidar.

América Latina tiene una enorme superficie de más de 20 millones de kilómetros cuadrados, que abarca cuatro subregiones de América del Norte (México), el Caribe, América Central y América del Sur, con 33 países independientes y algunas regiones que aún no son independientes, ya que están ligadas a la carga del viejo mundo liberal-colonialista.

América Latina está bendecida con condiciones naturales favorables. Por ejemplo, se ha convertido en un conocido “granero” y “proveedor de carne” debido a su fértil tierra cultivable y abundantes pastos. Es un área importante para la producción de otros bienes agrícolas y ganaderos. Al mismo tiempo, otros países de la región tienen enormes reservas de recursos naturales como petróleo y gas, mineral de hierro, cobre y bosques, y se han convertido en importantes proveedores mundiales de materiales estratégicos.

En segundo lugar, la región latinoamericana tiene un nivel relativamente alto de desarrollo económico y ha reunido a una serie de importantes economías emergentes, un importante mercado mundial que no puede ser ignorado.

La región latinoamericana desempeña un papel importante en la economía mundial. Brasil y México no sólo son las dos economías más grandes de América Latina, sino también se encuentran entre las 15 principales de la economía mundial.

Al mismo tiempo, cálculos recientes sobre 183 países (regiones) con datos completos del Banco Mundial y estudios conexos muestran que el grupo formado por Brasil, México, Argentina, Chile, Perú, Colombia, etc., ha entrado en el ranking de los “30 mercados emergentes” (E30) en todo el mundo. Según las estadísticas del Banco Mundial, el producto interno bruto (PIB) de América Latina en 2018 fue de unos 5,78 billones de dólares y el PIB per cápita superó los 9.000 dólares. Con la excepción de algunos, la mayoría de los países de América Latina son de ingresos medios y algunos han entrado en el ranking de altos ingresos.

Por lo tanto, América Latina se ha convertido en un gran mercado de consumo que no puede ser ignorado debido a su nivel relativamente alto de desarrollo económico, alto ingreso per cápita y una población de más de 640 millones de personas.

De hecho, América Latina, como región con un alto grado de libertad económica y apertura comercial, ha estado estrechamente relacionada con las economías de otras regiones del mundo a través de diversos acuerdos, iniciativas y mecanismos de libre comercio, bilaterales y multilaterales.

En tercer lugar, la posición geográfica única de América Latina tiene un impacto significativo en el comercio mundial, el transporte marítimo y el cambio climático.

América Latina está situada entre dos océanos. Algunos países limitan con el Pacífico, con el Atlántico, o incluso están bañados por ambos océanos. Esta posición especial otorga a la región latinoamericana la ventaja geográfica de lograr una “cooperación transpacífica” con la región asiática o construir un vínculo de “cooperación transatlántica” con la región europea. Gracias al canal de Panamá, es el centro fundamental para el comercio mundial.

Además de su relevancia estratégica para la seguridad alimentaria y la producción de energía limpia, la selva amazónica, conocida como uno de los “pulmones de la Tierra”, tiene una superficie de más de seis millones de kilómetros cuadrados, que representa alrededor del 50% de la selva tropical mundial. El 20% de la superficie forestal mundial y los vastos recursos que cubren nueve países de América Latina se han convertido en uno de los factores más importantes que influyen en el cambio climático mundial.

Por último, como actor activo en el ámbito político y económico internacional y regional, América Latina es una nueva fuerza decisiva que no puede ser descuidada en el campo de la gobernanza global y regional.

En primer lugar, como miembros de organizaciones como las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los principales países latinoamericanos participan y son creadores de normas internacionales.

Además, estos países deben ser considerados desde otros aspectos y puntos de vista del multilateralismo.

Los principales países latinoamericanos, particularmente las potencias regionales, como Brasil, México y Argentina, son miembros del G20. Brasil pertenece tanto al BRICS como a BASIC. México, Chile y Perú están dentro de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). México, Perú y Chile son miembros del Acuerdo Integral y Progresista para la Asociación Transpacífico (CPTPP), mientras que México y Chile son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Están desempeñando un papel insustituible en la respuesta a la crisis económica y en la promoción de la reforma de los mecanismos de gobernanza mundial; en la promoción de la celebración de importantes acuerdos sobre el cambio climático mundial; en el avance de la cooperación económica entre las distintas regiones; en el liderazgo de la “cooperación Sur-Sur” entre los países en desarrollo y en la celebración de un diálogo sobre las principales cuestiones actuales (oposición al unilateralismo, proteccionismo, protección del multilateralismo, etc.).

También hay que decir que los países latinoamericanos naturalmente también están activos en organizaciones e instituciones regionales —como la Organización de Estados Americanos (OEA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), etc.—, para poder participar directamente y tratar de oponerse al hegemonismo estadounidense.

Dentro de la región latinoamericana, estos países iniciaron primero un proceso de cooperación e integración y más tarde establecieron varias organizaciones subregionales —como el Mercosur (Mercado Común del Sur-Mercado Comum do Sul) y la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Chile y Perú— para cooperar con otras regiones del mundo y sacudirse de la desafortunada definición de “patio trasero de América”.

Ubicados en el hemisferio occidental, donde la conocida superpotencia está presente, los países latinoamericanos han estado profundamente influenciados por los Estados Unidos en la política, la economía, la sociedad y la cultura.

En 1823, los Estados Unidos apoyaron la Doctrina Monroe y expulsaron a los países europeos de América Latina con el lema “América para los americanos”, convirtiéndose así en los maestros del hemisferio occidental.

La Doctrina Monroe también se convirtió en un pretexto para que los Estados Unidos interfirieran en los asuntos internos y la diplomacia de los países latinoamericanos.

En 2013, 190 años después de la declaración antes mencionada, los Estados Unidos declararon públicamente que la era de la Doctrina Monroe había terminado y enfatizaron la relación en igualdad de condiciones y la responsabilidad compartida entre los Estados Unidos y América Latina.

Sin embargo, la actual política latinoamericana demuestra una vez más que el fin de la llamada era de la “Doctrina Monroe” no es más que un mito.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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ESTRECHOS Y MARES ÁRTICOS Y SUBÁRTICOS EN EL COMERCIO Y LA GEOESTRATEGIA

Giancarlo Elia Valori*

El cambio climático global abre nuevas oportunidades para las redes de transporte internacional, en particular con la tendencia hacia la retirada de los glaciares alrededor del Polo Norte.

Si la tendencia continúa, las rutas árticas podrían utilizarse de forma más fiable, al menos durante los meses de verano y durante períodos de tiempo más largos.

Es probable que la ruta del mar del Norte a la costa ártica de Rusia esté libre de hielo y reduciría el viaje marítimo entre Europa y Asia oriental de 24.000 kilómetros, utilizando el canal de Suez, a 13.600 km, reduciendo así el tiempo de tránsito en 10-15 días.

Además, el Paso del Noroeste a través del océano Ártico canadiense podría ser utilizable de forma regular en los próximos años, reduciendo así significativamente las distancias de envío.

En cambio, el viaje marítimo entre Asia Oriental y Europa Occidental requiere recorrer 24.000 kilómetros, también a través del canal de Panamá.

El Paso del Noreste es la ruta marítima más corta de Europa a Asia. Su única desventaja es que se encuentra en una zona helada durante un período de unos seis meses al año y no se puede cruzar. Esto, sin embargo, parece estar cambiando. El calentamiento global está cambiando las reglas del juego, abriendo nuevas y, en algunos casos, inesperadas oportunidades para el transporte de mercancías.

El uso cada vez mayor de esta ruta hasta ahora descuidada ofrece muchas oportunidades para el transporte comercial. La ruta marítima ártica y subártica también se considera el paso marítimo más corto entre el océano Pacífico y el océano Atlántico.

Las rutas árticas pueden ahorrar mucho tiempo y combustible, así como reducir las emisiones de residuos de combustible, lo que es particularmente importante en una era de feroz competencia entre las compañías navieras y de cada vez más atención prestada a las cuestiones ambientales y la ecología.

Otra ventaja es que esta ruta permite a los buques eludir las zonas donde la piratería es desenfrenada (como el estrecho de Malaca y la región del mar Rojo).

Ciertamente hay muchas ventajas, pero también una desventaja importante. La ruta sólo es utilizada por un número relativamente pequeño de barcos. Hay más barcos que pasan por el canal de Suez todos los días que los que navegan a lo largo de la ruta entre el mar de Barents y el estrecho de Bering.

La razón es simple: debido a las heladas, los barcos sólo pueden navegar entre principios de julio y finales de noviembre. Incluso en este corto período de tiempo la ruta es complicada; Rusia cobra impuestos por cruzar las aguas territoriales y necesitas usar rompehielos para despejar el camino en condiciones climáticas difíciles.

Esto implica costos adicionales. Además, el rápido cambio climático, las formaciones repentinas de hielo y los icebergs irregulares también pueden causar graves problemas.

Dado que la infraestructura de los puertos del norte de Rusia se encuentra en mal estado desde el colapso de la Unión Soviética, las situaciones de emergencia podrían poner en peligro a los buques.

Debido al calentamiento global, esta ventana de tiempo relativamente corta para el tráfico se haría más larga en las próximas décadas. En las últimas décadas, el tamaño y el grosor de la capa de hielo ártica se han reducido significativamente. El 29 de agosto de 2008, los Pasajes del Noreste y del Noroeste estuvieron incluso libres de hielo por primera vez. Desde entonces, la capa de hielo se ha reducido y adelgazado.

Por ejemplo, un rompehielos asiático llevó a cabo una expedición de investigación desde el Pacífico hasta el Atlántico Norte en agosto de 2012. Se encontró con menos hielo de lo esperado y el viaje de regreso tomó menos tiempo que el viaje hacia el exterior.

En el futuro, el Paso del Noreste podría estar completamente libre de hielo en verano. Desde un punto de vista histórico, esta región siempre ha sido considerada un entorno duro y su desarrollo es un importante logro pionero.

Ya en el siglo XII, los rusos partieron hacia Siberia Oriental navegando a la vista de la costa. En los siglos XVI y XVII, a menudo los Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Dinamarca trataron de encontrar otros caminos a Asia, pero nunca tuvieron éxito.

Fue sólo en 1878-79 que el explorador sueco, Adolf Erik Nordenskhold (1832-1901), hizo una expedición con el velero Vega, saliendo de Gotemburgo al estrecho de Bering, navegando a lo largo de las costas septentrionales de toda la Eurasia y resolviendo de una vez por todas el problema del Paso del Noreste. Anteriormente, en 1875 y en 1876, sólo había logrado llegar a la desembocadura del río Yenisey y se vio obligado a regresar debido al hielo.

Estrictamente hablando, sin embargo, no es realmente correcto llamarlo un éxito —al menos desde un punto de vista teóricamente comercial— ya que el barco Vega fue bloqueado por el hielo y atrapado en el estrecho de Bering durante diez meses.

Fue sólo en 1932 que el rompehielos soviético Aleksandr Sibirjakov hizo su primer pasaje exitoso en una sola temporada. En el verano de 1967, esa ruta se abrió finalmente a la industria naviera internacional.

Más tarde, antes del colapso de la URSS que causó una fuerte caída en el volumen de envíos en el Paso del Noreste, los rompehielos de propulsión nuclear despejaron la ruta y permitieron a los buques transitar (a más tardar desde 1987), 331 veces.

En 2009, la compañía de transporte y transporte de Bremen fue la primera en volver a utilizar esa ruta con dos buques de carga, causando así una sensación. Según la naviera, los dos rompehielos que salían de Vladivostok a finales del verano de 2009 eran ambos de clase E3, por lo tanto adecuados para navegar a través del Polo Norte.

En septiembre de 2018, el buque portacontenedores danés Venta Maersk cruzó el Paso del Noreste en 37 días: Fue el primer buque portacontenedores en hacerlo. Como es un gran buque portacontenedores, su clase es 1A (puede cruzar hasta un metro de hielo de espesor). Está especialmente diseñado con un casco reforzado para su uso en agua fría (mínimo -25ºC).

El viaje inaugural del Venta Maersk reveló un grave defecto, por lo que es poco probable que un gran buque portacontenedores de 40.000 toneladas navegue a lo largo de esta ruta en un futuro próximo. El problema era que algunas partes de la ruta tienen un calado de sólo 11 metros, que es demasiado bajo para un gran buque portacontenedores.

La capacidad de carga de la Venta Maersk suele ser inferior a 3.600 TEU, pero las aguas poco profundas significan que sólo puede contener 600 contenedores refrigerados.

La construcción de grandes buques portacontenedores no cumple con los estándares de rotura de hielo, y también está limitada por factores más desfavorables, como la longitud. Por lo tanto, el Paso del Noreste nunca será comparable al Canal de Suez en términos de volumen de transporte.

Actualmente se están haciendo grandes progresos en la construcción de buques de carga flexibles capaces de cruzar el hielo y hacer frente a entornos difíciles sin que los rompehielos despejen el camino hacia ellos. Este tipo de buque se puede utilizar para ciertos tipos de mercancías que no pueden tomar rutas tradicionales más largas.

Aunque llevará tiempo, se espera que la economía mundial obtenga muchos beneficios potenciales de las rutas de suministro más cortas a los sitios de producción y los mercados de ventas en Europa y Asia.

Cruzar el océano Ártico podría ser un factor decisivo en la fuerte guerra de precios entre las mayores compañías navieras.

Sin embargo, los ecologistas han advertido sobre los daños causados por el aumento del tráfico. Temen que esto tenga un impacto negativo duradero en el extremadamente sensible ecosistema ártico.

Además, cuantos más buques en la ruta, mayor es el riesgo de accidentes graves en esta región rica en recursos naturales.

Sin embargo, los esfuerzos conjuntos del mundo para hacer frente al calentamiento global pondrán fin a esos planes antes de esos planes. Un ejemplo es la expedición del rompehielos alemán Polarstern, que comenzó el 20 de septiembre de 2019 y llegó a su fin este otoño.

La investigación MOSAiC (Observatorio Multidisciplinario de Deriva para la Investigación del Clima ártico) fue realizada por el Alfred-Wegener-Institut Helmholtz-Zentrum fuer Polar und Meeresforschung.

Los resultados del MOSAiC contribuirán a una mejor comprensión de las consecuencias regionales y mundiales del cambio climático ártico y la pérdida de hielo marino y mejorarán la previsión meteorológica y climática, así como las oportunidades de explotar esta posible ruta económica y comercial en el futuro.

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. El Señor Valori ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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