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DELICATESSEN

Iris Speroni*

¿Cuál es el problema de los europeos? 

No tienen energía por lo que deben comprarla. Tienen animales pero no forraje.

En el año 1991 se estrenó la película “Delicatessen” dirigida por los franceses Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet. El resumen del argumento según el sitio web IMDB es “Comedia negra surrealista y post apocalíptica sobre el propietario de un edificio de apartamentos que ocasionalmente prepara manjares para sus extraños inquilinos”.

Lo único que voy a decir al respecto es que recomiendo que la vean.

Europa tiene varios problemas. Sobre esto me referí en «EFECTOS INDESEADOS DEL ACUERDO DE PARÍS» y en «CAMINO A GLASGOW«. Trataré de darle una vuelta de tuerca.

Energía

Europa no tiene energía. La debe comprar casi en su totalidad. La única propia es carbón y leña. Importa gas, petróleo y uranio. Aún las de origen solar o eólico requieren baterías por lo que debe importar litio, cobalto, tierras raras y los minerales necesarios para fabricar paneles solares o generadores eólicos.

Exportaciones (a la izquierda) e importaciones (a la derecha) de gas
Exportaciones (a la izquierda) e importaciones (a la derecha) de petróleo
Exportaciones (a la izquierda) e importaciones (a la derecha) de hulla (carbón)
Exportaciones (a la izquierda) e importaciones (a la derecha) de energía eléctrica

En resumen, están fregados.

Alimentos

La Unión Europea es uno de los principales exportadores de alimentos del mundo con 184.000 millones de euros en el año 2020. Por lo cual uno diría que no es dependiente en materia alimentaria. O para usar palabras oficiales: “Soberanía Alimentaria”.

Voy a hacer una brevísima introducción sobre este punto, que considero vital para nosotros y que dista de la explicación habitual.

Después de la Segunda Guerra Mundial los europeos comienzan una política de subsidio al sector agrícola. El objetivo explícito es el autoabastecimiento para evitar futuras hambrunas. Es una tontería, por lo que voy a explicar más adelante, pero la excusa tuvo buena recepción. Otro de los objetivos, no dicho, era asegurar la base electoral del gobierno francés de la época, compuesta, entre otros, por una multitud de granjeros minifundistas.

Si de Gaulle no hubiera aplicado subsidios, hubiera corrido el riesgo de una fuga masiva de granjeros hambrientos hacia las ciudades francesas, que en los ‘50 no tenían ni viviendas ni trabajo para todos ellos. El lado negativo fue que los montos destinados pusieron en aprietos al Tesoro Nacional francés.

Excepto en su carácter financiero, fue un éxito. Multiplicaron la producción de trigo y de otros rubros. Para solucionar la falta de dinero, DG propuso la conformación de la Comisión de Política Agropecuaria, con la idea de socializar en el resto de los países el costo fiscal francés. Finalmente, luego de mucho insistir logró convencer a Alemania de compartir la carga entre todo el Mercado Común Europeo.

Francia veta temporalmente el ingreso de Gran Bretaña a la Comunidad hasta que no tuviera firmado el compromiso. La razón era que el Reino Unido obtenía alimentos mucho más baratos que los franceses.

En palabras de de Gaulle a su gabinete el 19 de diciembre de 1962:

“If Great Britain and … the Commonwealth enter, it would be as if the Common Market had…dissolved within a large free trade area…All this would be difficult to accept…Britain continues to suplly itself cheaply in Canada, New Zealand, Australia, etc. The Germans are dying to do the same in Argentina… What will we do with European and particularly French surpluses?… What can I do? Except to sing…Edith Piaf song: “Ne pleurez pas, Milord”…”.

“Si Gran Bretaña y …el Commonwealth entran, sería como si el Mercado Común Europeo se disolviera en una mayor área de libre comercio… Todo esto es muy difícil de aceptar… Gran Bretaña continuaría abasteciéndose en forma barata de Canadá, Nueva Zelanda, Australia, etc… Los alemanes se mueren por hacer lo mismo con Argentina… ¿Qué haremos con la sobreoferta europea, en particular con la francesa?… ¿Qué puedo hacer? Excepto cantar la canción de Edith Piaf: “No llores más, Señor”…”.

Del libro “The Great Deception – Can the European Union survive?”, de Christopher Booker y Richard North, Ed. Bloomsbury, Londres, 2021, 676 páginas. Cito el capítulo 7: “Why de Gaulle kept Britain out: 1961-1969”. Por eso la cita a De Gaulle es en inglés.

Finalmente todo salió al gusto francés. El fondeo de los subsidios provino de los aranceles a la importación de alimentos, los británicos tiraron a sus colonias bajo el tren, los países productores de alimentos quedamos afuera —con la consiguiente caída del precio internacional— y Alemania aceptó, a cambio de ser el proveedor de maquinaria agrícola y agroquímicos del resto.

Los que nos perjudicamos fuimos los canadienses, neozelandeses, autralianos, argentinos, uruguayos y los estados rurales de EEUU (que perdieron el tren respecto al resto). Pero las consecuencias para nosotros son para otro artículo. Sigo con los europeos.

En su afán de mantener sólida su base política de millones de granjeros, más el crecimiento de toda la industria de suministros y de elaboración de alimentos (upstream and downstream) los europeos siguieron incrementando su producción a base de subsidios hasta el punto de llegar a tener saldos exportables. Eso dinamitó el mercado de alimentos mundial desde la década del ‘60 hasta el ingreso de China como comprador en el SXXI.

Los subsidios europeos al agro fueron una de las razones con las que hicieron campaña aquellos que proponían el Brexit. ¿Para qué comprar carne de cerdo cara a Dinamarca si puedo hacerlo más barato a EEUU o Canadá o Brasil? ¿Por qué deberían pagar los multimillonarios subsidios agrícolas?

Sostengo que la postura de autoabastecimiento europeo es una excusa y no la verdadera intención por las siguientes razones: a) en caso de una nueva guerra las cosechas y la cría de animales se disrumpe por razones obvias; por lo que un autoabastecimiento en tiempos de paz no lo garantiza en tiempos de guerra. b) no tienen autoabastecimiento sino la ilusión del mismo porque: b.1. importan el 70% del forraje de sus animales, b.2. gran parte de la mano de obra rural es extranjera, b.3. deben importar los hidrocarburos para fabricar los agroquímicos. 

Veamos un poco los números. Alemania y España exportan, según el año, entre 5,5 y 6 mil millones de dólares de carne de cerdo cada una. En el caso de Alemania, el 30% a países extra unión. Cien veces las exportaciones de cerdos argentinas.

¿Cómo es posible que Alemania importe el forraje, pague sueldos mínimos de 1200 euros y aun así puede exportar carne de cerdo y nosotros no?

Carne de cerdo congelada.
Carne de cerdo fresca o refrigerada.

Alemania exporta más de 4 mil millones de dólares anuales en queso, parte fuera de la UE.

Una parte del comercio es intra Unión, pero con notables saldos netos.

Francia exportó en 2019 el 7,12% del total de trigo del mundo (578 millones U$D). Italia importa trigo y exporta fideos.

Comercio de trigo.

Volvamos a la comida de la Unión Europea. Exportan en alimentos al resto del mundo extra UE cuatro veces las exportaciones totales de Argentina.

Sin embargo no tienen para alimentar a sus animales. Como ya aclaré, importan el 70% de su forraje, mientras exportan queso y carne de cerdo y de vaca, leche. 

Forraje: los pellets y tortas de soja. El principal proveedor es Argentina seguido por Brasil y EEUU. Además importan granos de soja que transforman en aceite y forraje en España y en Rotterdam (Holanda) y de ahí reubican intra UE. Países diminutos como Dinamarca u Holanda producen más leche, carne o queso que nosotros y exportan miles de millones de euros.

Comercio Mundial de pellets y tortas de soja (forraje)
Comercio Mundial de porotos de soja

Rodeos animales de la Unión Europea 2016: bovinos 79.697.540, porcinos 142.649.780, cabras 12.709.000, ovejas 63.286.000.

Entonces: ¿Cuál es el problema de los europeos? No tienen energía por lo que deben comprarla. Encarece su costo de vida y hace cada día más difícil sostener el nivel necesario para evitar conflictos sociales. La provisión y exportación de alimentos, que dan dinero y trabajo son dependientes de la importación de forraje.

Para intentar bajar esta dependencia del exterior es que hace más de diez años están empeñados en una propaganda agresiva que tiene por destinatario a su propia población. Intentan convencerlos de que se bañen menos, que no tengan automóvil, que coman poco y si es posible nada o poca carne o queso o huevos; con resultados inciertos.

El supuesto Calentamiento Global es sólo la pantalla para tratar de convencer a su población de aceptar una caída de su nivel de vida; y si pueden, convencer al resto del mundo de ser tan ineficientes como ellos.

El resto del mundo

Por lo pronto, en el tema de dejar de usar carbón e hidrocarburos, ni China, ni Rusia, ni India, ni EEUU (tanto Trump como Biden) les dieron bolilla. Vean más arriba: Australia es el principal exportador de carbón del mundo, seguida de Indonesia, EEUU, Canadá y Sudáfrica.

En cuanto a la carne vacuna, Australia los sacó carpiendo.

Los europeos tienen problemas que no saben cómo resolver, sin embargo se paran en un púlpito y nos quieren decir a los demás lo que debemos hacer.

Nosotros, los asiáticos, los africanos, los sudamericanos, los yanquis, tenemos nuestros propios dramas y de ellos nos ocuparemos a nuestro mejor saber y entender. Pero no nos vamos a pasar a automóviles eléctricos, dejar de tener estaciones de servicio o discontinuar la energía nuclear o comer asado porque Francia no tiene cómo comprarle gas a Rusia. Que se arreglen.

Dicho sea de paso, Alemania tiene como gran fuente de energía eléctrica (que exporta al resto de la UE) al carbón. Así que prestemos más atención a lo que hacen y no tanto a lo que dicen.

Nuestra Clase Política

Por supuesto, nuestros políticos están en otra. Todos los que pudieron viajar de garrón a Europa para ir a Glasgow, lo hicieron. Sin plan, ni objetivo, ni agenda.

Dentro de los miles de papelones posibles, nuestro presidente más o menos defendió los intereses respecto a la ganadería bovina. Mejor de lo esperado.

Por supuesto, el resto, de viaje de egresados. Como siempre.

Otro día trataré cómo creo que debería ser nuestra política de producción y exportación/importación de alimentos y energía. Cuál debería ser nuestro proyecto de Nación al respecto.

Gentileza de la diputada Camaño et al

Lecturas relacionadas

EFECTOS INDESEADOS DEL ACUERDO DE PARÍS

http://iris-speroni.blogspot.com/2018/12/efectos-indeseados-del-acuerdo-de-paris.html

CAMINO A GLASGOW

http://restaurarg.blogspot.com/2021/10/camino-glasgow-calentamiento-global.html

The Great Deception: The True Story of Britain and the European Union

https://www.amazon.com/-/es/Christopher-Booker-ebook/dp/B01DLVZA2W/ref=sr_1_2?keywords=the+great+deception&qid=1636240052&s=digital-text&sprefix=the+great+deception%2Cdigital-text%2C245&sr=1-2

 

Artículo publicado originalmente el 06/11/2021 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2021/11/delitatessen.html

«OPORTUNIDADES DE INTEGRACIÓN EN LATINOAMÉRICA» ENTREVISTA REALIZADA AL DIRECTOR EJECUTIVO DE LA SAEEG, DR. MARCELO JAVIER DE LOS REYES

El jueves 28 de octubre de 2021, el Equipo de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB) realizó una entrevista al Director Ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG) sobre el tema “Bloques regionales o potencias globales” en el marco de la Semana de Derecho Diplomático, Consular & Política Exterior del Programa Relaciones Internacionales.

ALIANZA TURCO CATARÍ Y LA DIMENSION IMPERIAL

Marcos Kowalski*

La región que conocemos como “Medio-Oriente”, constituye un puente entre Europa y Asia, con países ricos en hidrocarburos y minerales, y donde la mayoría de su población practica una de las religiones más difundidas de la tierra, el islam. Cuna de una infinidad de civilizaciones precursoras de nuestra cultura, fue, es y posiblemente seguirá siendo, una zona de conflictos, confrontaciones y disputas por la hegemonía, el poder y las riquezas.

Hoy la disputa por ese poder se centra en tres grandes ejes, el árabe, el eje iraní y el turco-catarí. Este último eje, el de más reciente formación en la puja de influencias en la región está compuesto por Turquía y Catar donde aparentemente es Ankara la que desarrolla una política agresiva en toda la zona e, incluso, avanza hacia el Mediterráneo y África del Norte. Si se despliega un mapa de Medio Oriente, Norte de África, Mediterráneo Oriental y Asia Central, es posible apreciar que Turquía está presente en varios de los conflictos de la región.

Hace pocos años Ankara decía tener “cero conflictos con sus vecinos”. Hoy está presente de forma controvertida en Siria, Libia y Nagorno-Karabaj. Tiene serios problemas con los kurdos en su territorio y en Siria, una peligrosa confrontación con Atenas por Chipre y con otros países por recursos energéticos en el mar Mediterráneo. Igualmente, crecen las tensiones con Rusia, Estados Unidos, Israel, la Unión Europea y la OTAN.

Para entender el anhelo expansionista de los turcos debemos recordar que, durante 600 años, con especial auge en los siglos XVI y XVII, el Imperio otomano dominó desde el sureste de Europa hasta los territorios que actualmente son Austria y Hungría, los Balcanes, Grecia, parte de Ucrania, Irak, Siria, Israel, los territorios palestinos y Egipto. Su poderío alcanzaba Argelia en el norte de África y gran parte de la península arábiga.

La relación de Turquía con Catar se remonta a hechos históricos en la península arábiga. Esta península, debido a su tamaño y condiciones climáticas rigurosas estaba habitada casi por la totalidad de la población en sus costas y dividida en tribus gobernadas, durante el siglo XIX, por una suerte de reyes, los sheikhs, los jeques. Fue por aquel entonces que el Imperio otomano trató de conquistar el este de la península.

En 1871 los otomanos enviaron un emisario a Catar, gobernada por la dinastía de Al Thani, quienes aceptaron las condiciones otomanas pasando a convertirse en parte del imperio. Alojó tropas turcas permitiendo que se utilizara el territorio catarí como base de operaciones otomanas en la península. La familia Al Thani ha gobernado el país desde su fundación en 1850 con una serie de sucesiones de poder que no siempre han estado exentas de contratiempos.

También en el mismo siglo XIX, llegó el wahabismo, una forma estricta y conservadora del islamismo, hoy en día la religión oficial de Arabia Saudí, propiciada desde el comienzo por la casa de Saúd, donde se les dio a los wahabitas el control total de la vida social y cultural del reino, lo que significaba que tendrían el control de la educación y del sistema judicial.

Algunos afirman que el wahabismo es «el padre ideológico» del “Estado Islámico”. La dinastía Al Thani de Catar aceptó esta corriente religiosa expansionista y con ambición de dominio de toda la península árabe, tratando de dominar incluso Omán y los actuales Emiratos Árabes donde esta corriente fue rechazada.

Los otomanos abandonaron la península de Catar en 1915. Desde entonces y hasta los años 70 del siglo XX, los cataríes siguieron una trayectoria comercial y política parecida a las otras monarquías de la península arábiga. También, por entonces, se retiraron los británicos de la península, debiendo los jeques tomar el control sobre sus territorios.

Los jeques de Abu Dabi, Dubái, Ajman, Fuyaira decidieron confederarse y dar lugar a los Emiratos Árabes Unidos mientras que los reyes de Bahréin, un emirato de la costa oriental de la península arábiga y Catar se constituyeron en estados independientes.

En Turquía, tras la desintegración del Imperio otomano en 1918, apareció la figura de Mustafa Kemal Atatürk, quien pese a opiniones encontradas, existe consenso en que fue una de las figuras más importantes del siglo XX. Fue el primer presidente de la República de Turquía y se mantuvo en el cargo durante 15 años con una alta popularidad.

En la actualidad gobierna Turquía Recip Tayyip Erdogan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), que gobierna desde 2002, adoptando una política exterior cada vez más ambiciosa, con el trasfondo mítico del Imperio otomano. Debemos recordar que durante la Guerra Fría, Turquía era un fuerte aliado de Occidente como miembro de la OTAN y del Consejo de Europa.

Debido a su posición geográfica y sus características culturales, en la que conviven el islam con una fuerte tradición secular, se le consideraba un puente con Oriente a la vez que un muro de contención frente a la influencia de la ex-URSS y, en particular desde septiembre de 2001, del islam político radical. Este esquema, sin embargo, no estuvo exento de problemas. Ankara está enfrentada a Grecia, otro miembro de la OTAN, por la soberanía de Chipre desde que Turquía invadió el norte de esta ex colonia británica en 1974.

A partir de ese año, 1974, con el aparente propósito de encontrar entre los musulmanes apoyo para sus pretensiones sobre Chipre, Turquía se involucra en la “Conferencia Islámica”, una importante organización islámica transnacional aportando financiación.

El gobierno del Estado de Qatar lo ejerce el Emir, quien es el monarca y jefe de Estado del país, así como el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y garante de la Constitución. En 1995 se produjo un golpe de estado en Qatar, donde Hamad Al Thani desplazó a su padre del poder y lo asumió, decidiendo hacer una política muy separada de los otros países árabes de la península.

A raíz de esta posición de Qatar, hoy está sumido en una disputa diplomática con sus vecinos, incluidos Arabia Saudí, Bahréin y Egipto. Esa fue la razón que, para impulsar la posición política catarí, se creó la cadena informativa Al Jazeera. En 2010, comenzó la conocida como “primavera árabe”, una serie de revueltas a lo largo de todo el mundo árabe dese Marruecos hasta Yemen, atribuidas a la popularización de los teléfonos celulares y de las redes sociales y sobre todo al islam.

Es en 2010 también donde Estados Unidos hizo uno de sus tantos giros en su política exterior, priorizando los asuntos de Asia, concentrando sus recursos en la confrontación con China y dejando de lado a Medio Oriente y asignando a Europa un papel mucho menor en la política de Washington que el que venía teniendo hasta entonces, dejando un mayor campo de maniobra para las potencias regionales de esa zona.

Esta situación propició una política mucho más activa por parte de Turquía para poder garantizar sus intereses, en contraposición de los intereses de Arabia Saudí e Irán, prevaleciendo sobre todo su interés en la seguridad, tratando de negar a las demás naciones el acceso a una preeminencia en la región: los turcos aprovechan esta coyuntura para ganar más peso en la zona y Catar va acercándose a Ankara para resguardarse de sus poderosos vecinos.

Hasta ese momento el país predominante en el área era Arabia Saudí. Bahréin, Emiratos y el mismo Catar, se agrupaban en torno al Consejo de Cooperación del Golfo principal foro político regional, que actuaba bajo La influencia de Riad. Con la llegada de las revueltas de la “primavera árabe”, que se supone impulsaban “los Hermanos Musulmanes”, las posturas de los integrantes de este foro comenzaron a diferenciarse.

Arabia Saudí y Bahréin se oponen decididamente a estas “revoluciones”, sin embargo, los cataríes, acompañando a Turquía, decidieron apoyar las revueltas islamistas en Siria, Palestina o Egipto. Desde el 30 de junio de 2013, cuando tuvieron lugar las manifestaciones multitudinarias contra el gobierno egipcio de Mohammed Morsi, que acabaron con el golpe de estado de Abdul Fatah Al-Sisi, Turquía se convirtió en el lugar de refugio para los “Hermanos Musulmanes”.

Muchas de las reuniones que la Hermandad ha celebrado han tenido como central de operaciones Estambul y, como aliado, al gobierno de Recep Tayyip Erdogan, presidente turco. Esta alianza ha sido utilizada ahora por Ankara, que ha solicitado la ayuda de “los Hermanos Musulmanes” tanto en Catar como en la capital turca, para su campaña contra la demarcación egipcia y griega de sus respectivas fronteras marítimas.

Pero ¿quiénes son los “Hermanos Musulmanes”? La organización llamada Sociedad de los Hermanos Musulmanes, también conocida como Hermandad Musulmana o Hermanos Musulmanes, nació en 1928 en Egipto. Con una red de simpatizantes y miembros de entre medio y un millón de personas en un país de una población total de 80 millones y con una gran influencia internacional, es una de las organizaciones islamistas con mayor presencia exterior. El ideario de esta cofradía nace apoyado en la vuelta al islam primigenio, basado en El Corán y la Sunnah, y en la implementación de la Sharía como única forma de gobierno.

Este grupo toma caminos divergentes; por un lado, están los que abogan por un movimiento pacífico, cuya actividad se basaría en distintas iniciativas y servicios de carácter social, mientras que la otra rama es más proclive de intensificar la actividad del brazo violento, convirtiéndose en el germen de algunos de los grupos yihadistas de la actualidad

Para Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y muchos países dentro de Medio Oriente, los Hermanos Musulmanes suponen una gran amenaza, “Los Hermanos Musulmanes” mediante una posición de medios aparentemente pacíficos e incluso altruistas, construyendo escuelas e instituciones de ayuda comunitaria, propician acciones que terminan siendo violentas en su intención de la creación de un súper estado islámico.

Cuando Arabia Saudí y sus aliados, entre otros, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos comenzaron en 2017 un boicot contra Catar, que ya terminó, Turquía apoyó al emirato, también a través del envío de alimentos. Lo que une a Turquía y Catar es, principalmente, su buena relación con los Hermanos Musulmanes y la interpretación social revolucionaria del islam.

En Arabia Saudí el Consejo Religioso Saudí, afiliado a la cúpula estatal en Riad, calificó a los Hermanos Musulmanes de “organización terrorista”; además, el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, en octubre de 2018 en el consulado saudí en Estambul, sigue siendo un lastre para las relaciones entre ambos países.

A pesar de que hay cierto intento por parte de los turcos de acercarse y mejorar sus relaciones con los países árabes, sobre todo, con Arabia Saudí y Egipto —que algunas fuentes árabes califican como parte de la estrategia híbrida para toda la región de Ankara, con miras a posicionarse mejor—, sebe destacarse que Turquía está atravesando por una situación interna complicada en lo económico y político.

Las relaciones con Egipto también suelen ser cuando menos complicadas. En 2013, el gobierno turco había criticado duramente el golpe de estado contra el expresidente egipcio Mohammed Mursi, que provenía de las filas de los Hermanos Musulmanes. Mursi fue derrocado por el ejército egipcio y desde 2014 Abdelfatah Al Sisi es presidente.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, también señaló el viernes 7 de mayo de 2021 que su país quería fortalecer la “histórica” amistad con Egipto. El anuncio siguió a conversaciones directas entre altos representantes diplomáticos de ambas naciones; aun cuando el dialogo existe, la situación entre ambos países es complicada.

Turquía ha venido construyendo en las últimas décadas un aparato militar y una industria para la defensa capaz de desarrollar y construir los elementos necesarios para la intervención en distintos escenarios y Catar ha participado financiando no pocos de estos proyectos. En la estrategia expansionista de Turquía, el aparato militar es una parte muy importante.

En el teatro de operaciones de Siria, los turcos, quizás analizando las acciones híbridas de los rusos y su doctrina Gerasimov, ha aprendido a desarrollar un accionar que roza la violación del Derecho Internacional Público, pero que les han están dando resultados, tanto en Siria, como en Libia o Nagorno-Karabaj.

Mientras en el ámbito internacional la relación de Turquía puede ser analizada con cada uno de los Estados. Según algunos analistas la que mantienen los turcos con Rusia ha girado desde el siglo XXI alrededor del control de los Balcanes, el mar Negro, el Cáucaso y la influencia en Medio Oriente.

Aunque tienen posiciones diferentes en varios conflictos, comparten una visión estratégica. Tanto Erdogan como Putin consideran que el mundo es multipolar y que sus países merecen, junto con China y otros emergentes, una cuota de poder mayor frente a Estados Unidos y a Europa.

Francia y Turquía se han enfrentado debido al papel ambiguo de París en Libia. El gobierno de Emmanuel Macron tiene también disputas con Ankara por el acceso a fuentes de energía en el Mediterráneo oriental y el apoyo con venta y suministros de armamento francés a Grecia.

En Libia, a cambio de su apoyo en la constitución de la Tripolitana (hoy Libia está dividida en Cirenaica, de influencia egipcia, Tripolitania, de influencia turca y Fezzan), Turquía ha obtenido del gobierno libio de Trípoli, la creación de una zona marítima exclusiva en el Mediterráneo, con el fin de competir con los proyectos de Grecia y Chipre.

Las relaciones con Estados Unidos son también contradictorias. Estados Unidos y la OTAN tienen en Turquía la importante base militar de Incirlik, desde la cual ha realizado operaciones, entre otras, en Irak y Afganistán. Erdogan ha amenazado con cerrarla.

Así también, en 2019, el gobierno turco se inclinó por adquirir de Rusia el sistema de defensa antimisiles S-400 Triumph, alegando que Washington no le había querido vender misiles Patriot en 2017. Como represalia por esa compra, el Departamento de Defensa estadounidense tomó la decisión definitiva de eliminar a Truquía del programa de aviones de combate F-35.

Con la Unión Europea es improbable que en un plazo medio se negocie la integración de Turquía. Ankara tiene una carta fuerte ante la UE, la presencia de millones de refugiados de Siria y otros países que esperan en su territorio la oportunidad de marchar hacia Europa.

Ankara hizo un pacto con la UE en 2016 para contener a los refugiados a cambio de 6.000 millones de euros. La renovación del acuerdo sobre la contención de los refugiados sirios en territorio turco se ha complicado por el intento de Ankara de relocalizarlos en parte de Siria y las relaciones económicas entre las dos partes están alteradas por la crisis financiera turca.

Es que como expresan muchos observadores europeos, desde la perspectiva de la UE, Turquía tiene una triple identidad: es un socio estratégico de Europa, especialmente en la economía y el comercio, es un adversario en el Mediterráneo oriental y Oriente Medio y un jugador negativo en la OTAN.

Sus acciones militares, complementarias de las políticas (y acciones híbridas), psicológicas, de propaganda o tecnológicas, de campañas expansionistas, están apoyadas en tres pilares, las compañías militares privadas (más o menos integradas por mercenarios), la extraordinaria industria para la defensa y las fuerzas militares propiamente dicha.

Turquía intenta recuperar la influencia del Imperio otomano con imprevisibles consecuencias para el equilibrio internacional. Sectores civiles y militares turcos consideran que su país es una potencia regional emergente con fuertes capacidades demográficas, económicas y comerciales. Tiene fronteras con ocho Estados y el 74% de la población total (84.339.067 personas) profesa el islam sunita.

Entre los turcos, diferentes escuelas de pensamiento, han promovido desde el final de la “Guerra Fría” que Turquía tenga una visión expansiva de sus intereses (la estrategia “Patria Azul”) y compita con las monarquías sunitas del golfo Pérsico por la hegemonía regional.

Entonces, frente al bloque occidental, y con el propósito de reeditar un imperio, se ha erigido una alianza, tradicional, pero fortalecida, formada por Catar y Turquía. Durante el Comité Estratégico Superior Catarí-Turco, celebrado en Doha, en su quinta edición, un ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, ha reafirmado: “Deseo y determinación sinceros de conseguir pasar de las relaciones bilaterales a una asociación estratégica integral”, que permita abrir “nuevas áreas de cooperación”. Por su parte, su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, ha destacado el papel desempeñado por el Comité, que sirve como “un paraguas importante para todos los aspectos de la cooperación bilateral entre los dos países”.

Analizando las relaciones entre ambos Estados, podemos ver, en el ámbito económico que en las cuatro ediciones previas del Comité (la primera tuvo lugar en el año 2015), Catar y Turquía han firmado 45 acuerdos y memorandos de entendimiento. Esto ha venido acompañado por un incremento de las inversiones, tanto de Turquía en Catar como viceversa.

Los datos disponibles arrojan unos 11.600 millones de dólares en fondos turcos destinados a proyectos ubicados en Catar, entre los que sobresale la Copa Mundial de la FIFA 2022. Mientras que las inversiones cataríes en el país euroasiático superaron, ya en 2017, los 20.000 millones de dólares, lo que le permitió al emirato configurarse como el segundo mayor socio inversor de Turquía.

En 2018, Catar volvió a anunciar un nuevo paquete de inversiones, valorado en 19.000 millones de dólares, de los cuales, 650 millones estaban destinados al sector primario (agricultura y ganadería). Por su parte, cabe destacar, también, que el volumen del comercio logró, en el año 2018, la significativa cifra de 2.400 millones de dólares, lo que implicó una duplicación con respecto al año anterior.

En lo que hace a la cooperación militar, en diciembre de 2017, se creó el Comando de la Fuerza Conjunta Combinada Catar-Turquía en la base denominada Tariq bin Ziyad, con capacidad para 3.000 soldados. Desde entonces, ambos países han ido reforzando los programas combinados de dicha cooperación. Ejemplo de ello fue la apertura de un centro turco de simulación de helicópteros en territorio catarí, que permite el entrenamiento de pilotos. La inversión total desembolsada alcanzó los 39 millones de dólares.

Es importante concluir que, además de reforzar los vínculos con el emirato, Turquía persigue una ambición más profunda, como hemos dicho, en el intento de recuperar su influencia, reeditando las viejas glorias del Imperio otomano. En ese sentido viene expandiendo su red de cooperación militar, ha abierto varias instalaciones militares en el extranjero alrededor del mar Rojo, del mar Mediterráneo y del golfo Pérsico, que amplían la proyección de poder regional del país.

Erdogan ha ido ganando control sobre las fuerzas armadas (tradicionalmente seculares) y adoptó una posición radicalizada, pro islam, a partir del intento de golpe en su contra en julio de 2016 con actitudes intervencionistas con motivo de la “primavera árabe”, cuando apoyó a los Hermanos Musulmanes en Egipto y a milicias islamistas contra Bashar Al Asad en Siria.

Pero la crisis económica y financiera y la fuerte presencia de refugiados sirios (3,7 millones) ha deteriorado al partido de Erdogan y le ha dado más peso al Partido de Acción Nacional, nacionalista y de ultraderecha. En la actualidad, se habrían fusionado las escuelas islamistas del PJD con la nacionalista, antioccidental y pro-asiática, en la que coinciden civiles y militares, que propugna la proyección de fuerzas y el establecimiento de bases militares, la reivindicación de derechos marítimos y ganar espacios geográficos, incluyendo varias islas bajo soberanía griega.

* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario. Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos. 

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