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¿QUÉ NOS DICEN LOS CULTIVOS DE ADORMIDERA EN AFGANISTÁN?

Isabel Stanganelli*

Imagen de Gordon Johnson en Pixabay

«Afganistán es el modelo de lo que se puede alcanzar en Iraq».

George W. Bush, discurso ante la Asamblea de la ONU.

 Septiembre 2002

 

Hubo batallas, sucesivos presidentes, cambios de Constitución, rotación de «responsables» de garantizar la paz y la «democratización»  vigente en Occidente. Estamos refiriéndonos a 20 años, el doble de la estancia soviética en el país.

Y me referiré solamente a un aspecto de las actividades y objetivos en Afganistán durante esas dos décadas: los cultivos de amapola.

Resulta de utilidad mencionar que luego del petróleo y las armas, las drogas son el tercer producto mundial de comercio. El Triángulo de Oro —Myanmar, Laos, Tailandia— había sido la mayor zona productora de opio[1] del planeta durante la Guerra Fría, pero la Media Luna de Oro —con Afganistán como punto de partida— pronto sustituyó con creces a la anterior como parte de la post Guerra Fría[2]. Y fue justamente una buena fuente de ingresos durante la resistencia a la ocupación soviética 1979-1989.

La cuestión es que en 2003, una hectárea, cultivada con trigo rendía US$ 350, una con adormidera —en un 75% amapola blanca— rendía US$  6.150. Si tenemos en cuenta que este cultivo es menos exigente, es fácilmente colocable en el mercado, su valor es ínfimo en relación con el valor de venta final por lo que los compradores pueden incrementarlo sin mayores pérdidas —siempre tendrán consumidores en el ancho mundo—, puede ser guardado o acopiado indefinidamente y permite comprar todo lo imaginable: armas, alimentos, protección… Resulta el producto perfecto para sostener una guerra y también para reconstruir un país. 

Evolución de los cultivos

Este cultivo existe en Afganistán desde hace siglos, pero hemos visto que su uso comercial se inició durante la ocupación soviética del país. Los muyahidines —sostenidos por la CIA— tenían cultivos. Enviaban la morfina base a Pakistán o a Turquía donde era transformada en heroína. Tanto la resistencia a la ocupación soviética como la posterior guerra civil entre los grupos que habían expulsado a los soviéticos, pero que no lograron acuerdo para gobernar el país, fueron destruyendo las infraestructuras agrícolas, los principales canales de irrigación y las rutas al mercado de todas las restantes fuentes de ingreso nacionales, además de producir la emigración de la población. Con respecto a la población más capacitada, comenzó a destacarse en foros científicos y académicos en países vecinos y ya no regresaron.

Después del retiro soviético, y ya sin Rocky ayudando, el país perdió los subsidios de Moscú, no recibió más ayuda de Washington ni del resto del mundo —salvo la ocasional de Pakistán—. Los señores regionales de la guerra, líderes de tribus y clanes, lucharon entre sí, provistos de importantes fuerzas a las que pagaban, alimentaban, vestían y armaban —y cuya fidelidad compraban— con el dinero que aportaban los crecientes cultivos de opio.

Era la última década del siglo XX y en su transcurso Afganistán no solo sustituyó al Triángulo de Oro en la producción de opio sino que recibió la actividad de Pakistán, donde estaba comenzando a ser considerada ilegal.

Hacia 1996 el grupo mayoritario pashtún de ideología talibán logró imponerse a la Alianza del Norte (uzbekos, tadjikos, hazaras) y tomó Kabul. Entre sus medidas impuso la reducción de esta producción y solicitó ayuda internacional para subsidiar a los campesinos que sustituyeran este cultivo. Recibieron unos 630.000/año durante cinco años… Colombia recibió en el mismo lapso 399 millones anuales…

Como consecuencia, los cultivos en Afganistán no se redujeron: pasaron de 58.400 hectáreas en 1997 a 91.000 en 1998. Y siguieron incrementándose. Los campesinos necesitaban alimentarse y recuperarse de los daños producidos por los conflictos. Lamentablemente éstos continuaron.

Fue exactamente en 1999 cuando la producción de 4.565 toneladas superó a la de todo el resto del mundo incluyendo al Triángulo de Oro, llegando a alcanzar el 70% del total mundial.

Sin embargo en el año 2000 se redujo a 3.300 toneladas en plena época de cosecha —julio—; el entonces gobernante Mullah Omar prohibió los cultivos, hizo incendiar los laboratorios de heroína y encarcelar a los campesinos que no destruyeran sus cultivos. Esta decisión se debió a que Washington afirmaba que el gobierno talibán se sostenía con armas adquiridas con los ingresos provenientes del opio. En 2001 se siguieron reduciendo las hectáreas cultivadas, 1.625 hectáreas, 96% de reducción. Posiblemente el 4% restante proviniera de áreas aún no controladas por los talibán, las de la aún beligerante Alianza del Norte.

La llamativa reducción en 2001 fue y sigue siendo objeto de numerosas especulaciones: ¿se buscaba reducir la oferta para aumentar su precio? (personalmente no creo pues esto beneficiaba a la alianza rival septentrional), ¿se procuraba lograr el reconocimiento del gobierno por la ONU?, ¿el levantamiento de sanciones y la ayuda internacional? Al menos la solicitaron. Y lograr reducir en un año el 96% de un cultivo no deja de ser un logro asombroso.

Numerosos diplomáticos occidentales advirtieron que si se perdía este gesto los cultivos volverían. Pero el entonces presidente Bush Jr. bloqueó cualquier gesto a favor de la rehabilitación diplomática de los talibán al reclamar la entrega de Osama bin Laden como consecuencia de 11-S.

Afganistán «protegida» por Occidente

En 2002, ya sin los talibán, la ONU señaló el colapso total de la ley y el orden en Afganistán. Según Estados Unidos se plantaron 30.700 hectáreas, 74.000 según la ONU y hubo provincias que hasta incorporaron cultivos de cannabis —marihuana—. En 2003 la ocupación entregó semillas de trigo para sustituir el cultivo de adormidera, pero curiosamente donde se entregaron esas semillas fue donde más se cultivó amapola y ese año se produjo 6% más opio que el año anterior, 75% del opio del mundo con 61.000 hectáreas bajo cultivo —según Estados Unidos—, 80.000 para la ONU, el doble de superficie que en 2002.

Gran cantidad de sindicatos, organizaciones y hasta campesinos y funcionarios preferían compartir las ganancias antes que combatir: «vuelva en una semana y no encontrará los cultivos». Por pocos dólares negaban haber visto siquiera laboratorios. «Los americanos están enojados…. destruyamos algunos cultivos a orillas del camino»… El gobierno carecía de capacidad para investigar la corrupción oficial por drogas.

En 2004 el área cultivada se incrementó en 40%, incorporándose áreas nuevas y se esperaba que para 2005 el incremento de cultivos fuera del 43%. La ONU señaló un gran deterioro en la situación general y la existencia de campos que incorporaron maquinaria nueva, algo no hallado en otros cultivos.

Las familias próximas a Kabul que destruyeron los cultivos de opio quedaron en la miseria: se instalaron minas en sus campos para evitar nuevos cultivos.

Este era el gráfico de la evolución de la producción desde el retiro soviético hasta los primerísimos años de la ocupación occidental.
La misión de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán

En 2020 se cultivaban 224.000 hectáreas. Ya en 2018 la Oficina de Drogas y Crimen de la ONU aseguró que los opiáceos colaboraban entre el 6 y el 11% del PBI y superaban el valor de los servicios y bienes exportados. Afganistán ya estaba superando en producción el 90% mundial[1].

Curiosamente se responsabilizó y se sigue culpando a los talibán de dicha evolución y cae en el olvido la reducción del 96% de los cultivos decretada por el Mullah Omar antes de su destitución y la ocupación del país por Occidente. La elevada distribución de los cultivos es un hecho documentado y creciente a partir de 2002, coincidente con la ocupación extra continental.

Luego de 20 años en Afganistán, de haber implementado estrategias de toda índole y de haberse retirado cediendo nuevamente el gobierno al entonces derrocado régimen que había eliminado el cultivo en forma drástica, hoy se acusa a los talibán de enriquecerse con el mismo. Contradicción…

Reconocer la imposibilidad de controlar los cultivos por parte del gobierno de Estados Unidos y la OTAN debido a que no controlaban la totalidad del territorio ni aun habiendo permanecido 20 años es un argumento que se contradice con las noticias que recorrieron el planeta durante ese período.

De todos modos ya había algunos indicios de que algo no estaba saliendo bien… En 2017 el Washington Post informó que soldados estadounidenses pagaban a los granjeros para que dejaran de cultivar la amapola, intentaron esterilizar los suelos con productos químicos, bombardearon laboratorios[2] —operación «Tempestad de hierro»— y hasta llegaron a ocuparse de arrancar flores con las manos. Fue el año en que la superficie cultivada superó holgadamente las 300.000 hectáreas. Y es fácil deducir que si hubieran estado cerca de lograr erradicar los cultivos habrían sumido en la pobreza al pueblo al que querían «liberar». Nueva contradicción… El pueblo se habría lanzado contra los «liberadores».

Conclusiones

La Alianza occidental no había aprendido nada del pasado. Para los afganos, vencedores ante Alejandro, el imperio británico y el soviético, esta última incursión no fue más que otra invasión bárbara y la resistieron como a las anteriores con los recursos y alianzas que se les presentaron. Continúa siendo un bastión en el centro de Asia.

Por otra parte, llama la atención la desigualdad absoluta entre los dos contendientes. ¿Con qué estrategia ingresaron Washington y sus aliados en Kabul? ¿Asignar el control de Kabul a ciertos socios internacionales —hasta que se hizo cargo la OTAN— mientras las tropas estadounidenses presentaban dudosas batallas en el sur sin saber si los señores de la guerra que los protegían en realidad eran «leales»?

¿Obligando a intervenir a Pakistán para restar «profundidad estratégica» a los talibán? Esto también resultó una mala decisión como comprobamos con los bombardeos y la destrucción por drones de este país vecino que «no estaba ayudando lo suficiente».

Hemos visto que la batalla contra la adormidera resultó perdida y patética.

Además… en 20 años ¿no pudieron contar con al menos un estratega capaz de lograr algún triunfo, algo que aunque fuera por un instante iluminara esta estéril agonía de dos décadas que terminó con la entrega del poder a los mismos que habían sido derrocados y el abandono a su suerte de aquellos afganos que decidieron apostar por la superpotencia?

No hubo planeamiento estratégico y si entre los integrantes de la coalición hubo alguien capaz de advertir el peligro, no fue escuchado.

Lamentablemente Sherman Kent no se equivocó al advertir que por acertada que fuera la evaluación de los analistas y estrategas, nada obliga a quienes comandan a escucharlos.

 

* Profesora y Doctora en Geografía/Geopolítica, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales, UNLP. Secretaria Académica de la SAEEG.

 

Referencias

[1] El opio es base para producir morfina, goma de opio y heroína.

[2] Si bien la Media Luna de Oro originalmente se refería a Afganistán, Irán y Turquía, la situación internacional la transformó en el principal centro de producción y origen de rutas, principalmente hacia el norte, oeste y sur de esta república.

[3] “El lucrativo negocio del opio. La guerra de las amapolas: el fracaso de EEUU en Afganistán que aupó a los talibanes”. El Confidencial, 21/08/2021, https://www.elconfidencial.com/mundo/2021-08-21/guerra-taliban-eeuu-afganistan-amapolas-heroina_3238702/ [consulta: 20/02/2023].

[4] Hubo más de 200 bombardeos que debieron ser suspendidos debido a su alto costo y a la vez a su ineficacia.

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TRAMPA DE MIEL (parte II)

Revista GNA*

La “trampa de miel” ha sido una práctica común desde hace siglos y las técnicas que han usado las mujeres espías para lograr sus objetivos no han cambiado en lo absoluto en los últimos 3000 años. Pero a no confundir, para que ellas usen sus artimañas se requiere una forma especial de coraje.

Técnicas ancestrales

Todo es válido, pero ningún servicio de inteligencia serio emplea a sus espías para objetivos sexuales. Por razones de seguridad siempre se les recuerda a los agentes varones que deben tomar ciertas precauciones aún en su propio país, para no caer en las redes de una hermosa mujer del bando contrario. El mayor problema (según los especialistas), es que los hombres no siempre piensan con la cabeza…

El coqueteo es un juego necesario cuando se trata de la seguridad nacional. Un hombre para acceder a un área prohibida tiene menos posibilidades de ser admitido, que una mujer sonriente. Por eso algunos servicios de inteligencia, entrenan chicas jóvenes y atractivas.

Las trampas de miel, son una práctica muy común en Israel, Rusia, China y tal vez en algún otro país. La CIA y el servicio de inteligencia británico, prohíben a sus agentes femeninas a tener sexo a cambio de información, pues una mujer inteligente que sepa utilizar sus atractivos personales de manera adecuada, tiene en su arsenal un arma formidable.

En la mayoría de los servicios de inteligencia se les prohíbe a sus agentes a tener sexo con la persona investigada. Pero ello no es por disciplina ni razones morales, sino por el riesgo que se enamore y favorezca al enemigo. 

Las necesarias trotacalles

Históricamente las mujeres de “vida alegre” fueron muy necesarias para los servicios de inteligencia, pues no todas las misiones son para agentes altamente capacitadas, donde su condición social contrastaría.

Entonces se busca una desconocida muchacha de mortífera seducción, que por una buena paga pueda entretener un centinela o ingresar a un boliche de mala fama para un fin determinado. Para ellas, no hay problemas de pasar una noche en un lugar restringido, lograr información y memorizar detalles. Desde la antigüedad, existen innumerables ejemplos de sus valiosos servicios en la paz como en la guerra.

Es sabido que en todos los países la mayoría de las mujeres de “vida alegre”, son informantes de la policía o de algún servicio de inteligencia. También que en algunos prostíbulos donde concurren delincuentes y/o extranjeros, en habitaciones especiales hay micrófonos y cámaras ocultas. 

Las chicas de Corea del Norte

Alrededor del 40% de las mujeres norcoreanas de entre 18 y 25 años realiza el servicio militar obligatorio que tiene una duración de 7 años. En ese lapso hay tiempo suficiente para seleccionar a las futuras agentes de inteligencia, pero no todas son mayores de edad, algunas tienen 16 años, deben ser atractivas y seductoras con condiciones artísticas. Las más voluntariosas, alegres, inteligentes y sexys ingresan al servicio secreto.

La inteligencia británica estableció que en Corea del Norte existe un programa de 8 años para mujeres donde entrenan a universitarias en el arte del espionaje, todas son inteligentes y hermosas. Son años de mucho estudio, preparación física muy intensa, aprendizaje de idiomas, etc., y salen expertas en el arte de seducir, para atraer al hombre indicado y matarlo según se les ordene. El sometimiento mental es absoluto y se las condiciona para tomar cianuro antes que ser apresadas. Cuando completan su entrenamiento son casi perfectas en una profesión que difícilmente suele aparecer en los medios periodísticos.

Se documentaron varios casos de mujeres espías que Corea del Norte que desertaron y a cambio de no ser encarceladas relataron las técnicas que usan para lograr información de importantes jefes militares, donde según la situación no dudan en dormir con el hombre indicado.

Como la frontera entre ambas Coreas tiene a su largo hasta tres muros de alambradas paralelas, está sembradas de minas y es imposible de cruzar, en ocasiones las ex espías fueron transportadas en un submarino.

El periódico Sunday Times de Londres mencionó que había adquirido una copia del documento, titulado Manual de Seguridad, escrito por el Ministerio de Defensa del Reino Unido para su uso por parte de funcionarios de alto rango. Advertía, que los servicios de inteligencia extranjeros siempre usan mujeres para enredar a funcionarios claves.

Las chicas chinas

Para aquellos que creen que las trampas de miel son un truco olvidado de la guerra fría, deben saber que sólo ha cambiado el contexto geopolítico en la puja para imponer el nuevo orden mundial. El chantaje sexual tipo “De Rusia con amor”, ha sido reemplazado por el “De China con amor”, con un éxito impresionante, a tal punto que su depurada técnica es igual o superior a Israel y Rusia. Los funcionarios británicos, entre otros también lo pagaron caro. El caso más conocido fue en 2008, cuando un miembro de la comitiva de Gordon Brown llevó a una mujer a su habitación de hotel en Shanghai y se despertó sin su Blackberry y sin sus documentos. Esa vieja táctica jamás falla y los casos que se publican en los periódicos son minoría con otros hechos que mantienen en secreto.

En 2016 cuando Ron Keller de 58 años, fue nombrado embajador holandés en Pekín, dada su antigüedad debe haber sido muy consciente, que los diplomáticos extranjeros que llegaban a China no debían tener relaciones personales locales por ser siempre un riesgo. Se les dice que informen de cualquier obsequio, en particular dispositivos electrónicos como tarjetas de memoria, tarjetas SIM o cargadores móviles y se les advierte que es probable que la habitación del hotel donde se hospede tenga micrófonos y video. Sobre todo, sobre el peligro del señuelo más antiguo de todos: la trampa de miel, que para hombres o mujeres de la diplomacia, es un destructor indiscriminado de sus carreras. Si bien eso puede parecer descabellado en un mundo posterior a la guerra fría, esa recomendación actualmente es dada a todo el personal diplomático de los países occidentales. Sin embargo, el embajador se relacionó con una belleza china, que ocasionalmente lo visitaba en su residencia privada. No pasó mucho tiempo para que el embajador denunciara que su celular se había perdido.

Cuando la cancillería holandesa efectuó las investigaciones, resultó que Ron Keller había estado en un hotel con esa mujer que lo drogó, robó su teléfono con correos electrónicos, le hurtó documentos de su maletín y desapareció sin dejar rastro. Tiempo después se supo que ella era un oficial de inteligencia chino, lo que fue desestimado por Beijing.

Lo cierto es que, a pesar de su entrenamiento, Keller cometió ese error y eso puso fin a su carrera diplomática.

Esta historia es una de las tantas que existen, donde él 90% no llega a ser conocidas y que indica que el uso de trampas de miel sigue en vigencia en todos los servicios secretos.

El Servicio de seguridad e inteligencia de Dinamarca advirtió a los soldados daneses desplegados en países bálticos en el marco de la operación de la OTAN, que no visiten bares nocturnos por el peligro que representan atractivas mujeres que pueden ser agentes rusas.

Fuente: Copenhagen Post. 

Las chicas paquistaníes

Según un informe de inteligencia de la India, en octubre del 2018, el ISI de Pakistán ha estado utilizando jóvenes chinas y paquistaníes de inusitada belleza para atrapar sentimentalmente a militares de alto rango y a jóvenes científicos indios. Después de perfilar objetivos potenciales por Internet, les enviaban solicitudes de amistad en Facebook, modificaban el IP y comenzaban a chatear desde cuentas falsas. Intercambiaban números de celulares y luego venía el conocimiento personal, para pasar a las relaciones sexuales. El último paso era el chantaje para proporcionar información clasificada. Según dicho informe, 13 militares indios fueron víctimas y arrestados por espiar para el ISI. Para neutralizar estas trampas de miel, la inteligencia militar está haciendo controles selectivos en teléfonos, computadoras portátiles y de escritorio de oficiales en áreas sensibles y se ha preparado para el personal, una lista de lo que se debe y no se debe hacerse.

Cortesía: New Indian Express.

Continuará…

 

Artículo publicado en la Revista Tiempo GNA 72, septiembre de 2022.

INDIA, CHINA Y EL OCÉANO

Marcos Kowalski*

La India está reforzando su presencia militar en el océano Índico, las bases aéreas e instalaciones navales se están ampliando en los archipiélagos de las islas de Andamán y Nicobar. Estas islas, son la pieza clave de la jugada geopolítica marítima india para controlar la entrada al estrecho de Malaca.

El plan consiste en ocuparlas con bases para aviones, buques de guerra, diferentes misiles, drones y soldados. Todo este movimiento es observado con cierta preocupación por China debido a que la India, por su población —unos 1.300 millones de personas— y su comercio es considerada la quinta economía más grande del mundo y por su ubicación es un importantísimo competidor de China.

Por otro lado, los montes Himalaya protegen la frontera norte de India de posibles incursiones chinas, mientras que el desierto de Thar o gran desierto indio los separa de Pakistán, país con el que los indios mantienen un histórico conflicto. El gobierno indio tiene como prioridad el poderío terrestre y mantiene la presencia militar en todas sus fronteras.

La frontera que envuelve a la India en el este, oeste y sur, se encuentra rodeada de océanos y es por ello que Nueva Delhi ha decidido desarrollar y modernizar sus fuerzas navales y otorgarles capacidad de proyección marítima; recordemos que el transporte comercial marítimo internacional y sobre todo las exportaciones, tanto de India como de China, se desarrollan a través del mar, que siempre prevalece sobre el transporte terrestre.

Los dos Estados compitieron y compiten en su influencia comercial sobre el Sudeste Asiático, pero en las últimas décadas China obtuvo derechos de amarre y se estableció con puertos y bases sobre el Índico, que van desde la isla de Sri Lanka a Djibouti en el Cuerno de África. India, por su lado, ha organizado una amplia estrategia naval desde el mar Arábigo, para contener a la Armada paquistaní, hasta el océano Índico para contrarrestar las incursiones chinas.

Como la forma más frecuente de uso de la fuerza en los conflictos modernos se caracteriza por un amplio uso de los medios y procedimientos donde las fuerzas militares tienen el significado de ser un elemento disuasorio, la India viene desarrollando con éxito una tríada nuclear donde su Armada cumple un rol primordial con sus submarinos nucleares clase Arihant. Son submarinos militares de combate con capacidad de lanzamiento de hasta 12 misiles de corto alcance equipados con ojivas nucleares de 500 kilogramos de peso. Esto coloca a India entre los cinco países con este tipo de capacidades.

El comercio, la seguridad y la competencia por el poder en el océano entre estas dos poderosas naciones ha revitalizado una carrera armamentista en ese espacio del mundo, objetivo que requiere muchos recursos para proteger sus respectivas flotas mercantes, asegurar la libre navegación y denegar el acceso a fuerzas hostiles.

En este aspecto es la India la que aparece con aparente desventaja; el área de operaciones oceánica que pretende cubrir es muy amplia y necesita de unos 200 buques de superficie, incluido un portaaviones, contando actualmente con unos 140 buques de guerra operativos.

La compleja situación económica, donde el enfrentamiento con Pakistán, las insurgencias en algunas partes dentro de su territorio y el empuje de China en La Línea de Control Real en el Himalaya, le exige al ministerio de Defensa indio destinar muchos de sus recursos a elementos terrestres y de la Fuerza Aérea, haciendo que se releguen varios proyectos de la Armada India, retardando el plan de modernización de 15 años que se había programado.

Por ejemplo, la marina india en 2017 solo recibió 3.000 millones de dólares de los 8.500 prometidos, destinando gran parte de los fondos a pagos de contratos anteriores y no se realizaron nuevas adquisiciones. Esta situación pone en riesgo de fracasar la política prevista para llevar a 200 buques de guerra en 2027/2030.

Aun cuando la Armada India ha alcanzado una importante evolución en cuanto a modernas capacidades de su armamento, tanto en barcos de superficie como submarinos, no tiene una capacidad de superioridad con China y al paso que van ambos en sus desarrollos no se puede prever que lograra esa capacidad en los próximos años. Sin embargo, para suplir esa carencia, India está recurriendo a otro enfoque estratégico, trabajando con socios internacionales para forjar una coalición anti-China, buscando construir su influencia en el céano Indico y expandirse al mar de China Meridional. Pero fundamentalmente ocupar, en el Índico la cadena de islas Andamán y Nicobar.

Se trata de una cadena de más de 570 islas que se encuentran junto a la Bahía de Bengala y al mar de Andamán y constituyen un punto llave para el tráfico marítimo cercano, con una orientación norte sur que convierte a estas islas en excelentes bases para la proyección de fuerzas.

El extremo más septentrional de las islas se encuentra a solo 300 kilómetros de Birmania, mientras que las islas Nicobar a unos 200 kilómetros de Indonesia, de un extremo a otro las islas se extienden por unos 800 kilómetros, proporcionando el control de alrededor de un tercio de la zona económica exclusiva de India.

Todo buque, de cualquier bandera, que pase por el estrecho de Malaca debe pasar necesariamente por los canales ubicados a ambos lados del archipiélago Andamán y Nicobar, pudiendo la India, si logra establecer una estructura militar en ese archipiélago, bloquear el punto de entrada occidental del estrecho de Malaca.

Recordemos que ese estrecho es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo y el punto de navegación más importante del océano Índico, de 120.000 buques comerciales que navegan el Índico cada año unos 70.000 pasan por el estrecho de Malaca.

En el caso de China, pasa por dicho estrecho el 80% de sus importaciones de hidrocarburos, por lo tanto una presencia militar india en las islas fortalecería el poder de India en la región y complicaría el de China; capitalizar el valor estratégico de Andamán y Nicobar son uno de los actuales objetivos de Nueva Delhi.

Actualmente las Fuerzas Armadas de la India operan algunas bases aéreas y navales en dicho archipiélago además de unos 24 puertos civiles, pero se está estudiando expandir las operaciones militares con nuevas bases y puertos en el enorme espacio que ofrecen las 572 islas.

Ya se encargó al respecto un plan de desarrollo de infraestructura para construir nuevas instalaciones como así también para ampliar las existentes para que tengan capacidad de alojar buques de guerra, misiles, aviones militares como caza-bombarderos y de transporte, submarinos y contingentes de tropas. En un plan que pretende completarse dentro de los próximos diez años.

Además, los políticos indios están aprobando la construcción de una red de sensores de vigilancia que deberá extenderse en el lecho marino desde el extremo norte del archipiélago hacia el sur con el objetivo de proteger, mediante esta especie de muro marino, el océano, monitoreando y evitando que los submarinos chinos ingresen a la zona económica exclusiva de India.

Recordemos que China tiene unos 70 submarinos operativos y los mismos vienen teniendo una presencia preponderante tanto en el mar de China como en el océano Indico, Al establecer la red de vigilancia en el lecho marino, India pretende privar a China de navegar libremente con ellos en sus mares.

La India operara estos nuevos instrumentos militares bajo un único mando conjunto, operando todos los elementos del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Guardia Costera. Éste será el primer comando conjunto que operara en ese país, que además pretende aportar presencia militar con el Dialogo de Seguridad Cuadrilateral y el AUKUS en el afán de constituir una OTAN asiática.

Japón, Australia y Estados Unidos han mostrado un gran interés en colaborar con India en militarizar las islas Andamán y Nicobar pudiendo constituirse el archipiélago indio en bases para la reparación, mantenimiento y apoyo logístico para los buques de estas naciones. Todo esto es muy preocupante para China.

Visto desde las perspectivas del gran país asiático que India militarice el archipiélago es una provocación que debe evitarse, pues entraría dentro del equivalente a las líneas rojas de Rusia en el caso Ucrania y esa es una de las razones por las que Beijing en respuesta está intensificando las tensiones en el Himalaya a la vez que aumente su asistencia militar a Pakistán.

 

* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario. Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos. 

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