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PERÓN, PERONISMO, POLÍTICA Y ESTADO. A 50 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DEL GENERAL PERÓN.

Marcelo Javier de los Reyes*

19 de noviembre de 1972. El histórico abrazo Perón – Balbín.

Introducción

Se cumplen cincuenta años del fallecimiento de quien fuera tres veces presidente de la Nación, el general Juan Domingo Perón, por lo que estimo que es una oportunidad para abordar ciertos temas y romper algunos mitos que circulan a través de las redes sociales, los que no tienen otra intención que seguir dividiendo a la sociedad argentina, fomentando el individualismo y la desconfianza entre sus miembros.

Como he sostenido varias veces en reuniones privadas y públicas, la Argentina está siendo sometida a una guerra cognitiva que tiene por objetivo la fragmentación y la disolución de nuestro país. Buena parte de la población no puede percibir que es objeto de una manipulación pero es hora de empezar a hablar de ello para contrarrestar las «usinas de odio» constantemente encendidas.

Es necesario revertir este rumbo lo antes posible y comenzar a trabajar para reconstruir nuestra Argentina.

Un momento «bisagra»

Desde el 29 de junio de 1974 María Estela Martínez de Perón se encontraba en ejercicio de la presidencia debido a la enfermedad de su esposo. A las 14:10 del 1° de julio anunció al pueblo argentino el fallecimiento del presidente.

El 12 de octubre de 1973 Juan Domingo Perón había asumido su tercer mandato presidencial luego de dieciocho años de exilio y «operar» para desplazar del gobierno a quien había fungido como su delegado personal pero que al asumir la presidencia tomó un rumbo ideológico que no era el que el general predicaba.

Perón llegó a esa tercera presidencia luego de un llamado a elecciones tras la renuncia del presidente Héctor J. Cámpora y de su vicepresidente, Vicente Solano Lima. El 62% del electorado lo respaldó para tomar las riendas de un país convulsionado, con una sociedad dividida y con varias organizaciones terroristas sembrando el miedo en la población en diferentes puntos del país. Algunos de esos grupos actuaron para favorecer el regreso del general al gobierno pero cuando él les pidió que depusieran las armas, los miembros de esa «juventud maravillosa» decidieron no hacerlo. La violencia política se acrecentó y Perón decidió enfrentarlos.

El general trabajó en su exilio para lograr un regreso triunfal tras una salida forzada en 1955 y los militares argentinos, incluso aquellos que lo habían combatido y que verían el fracaso de su gestión al frente del gobierno tras el derrocamiento del presidente radical Arturo Umberto Illia, consideraron que era el hombre apropiado para devolver la gobernabilidad a la Nación.

Fue así como su regreso aspiraba a lograr la unidad de buena parte de los argentinos. En ese sentido debemos tener presente que quienes otrora habían sido tenaces enemigos iniciaron un camino de convivencia y de amistad e incluso se consideró que podían integrar la fórmula presidencial que llevaría como vicepresidente al radical Ricardo Balbín. Pero «las bases peronistas» prefirieron que a Perón lo acompañara su esposa.

A pesar de esa compleja situación política, la Argentina era otra, muy diferente a la del presente, a la que conoció buena parte de la juventud actual. Era un país con movilidad social, cuya sociedad giraba en torno de la familia y de una amplia clase media real. Era un país con un sector agropecuario fuerte pero también era industrialista y tanto en la zona sur de la Capital Federal, como en amplias zonas del Gran Buenos Aires había amplios sectores de producción industrial. El trabajo formal y el número de asalariados constituían un porcentaje mayor al actual. La población por esos años rondaba los 25 millones de habitantes, la pobreza era del 3,8% y la desocupación del 4,2%. La deuda externa argentina era de unos US$ 4.000 millones.

Antes de asumir su tercer mandato, el 25 de septiembre de 1973, Perón sufrió un fuerte golpe con el asesinato de José Ignacio Rucci ―a la sazón secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) de la República Argentina― cuando salía de su casa en el barrio de Flores. La responsabilidad del crimen cayó sobre el grupo terrorista Montoneros.

La violencia política se acrecentó. Un nuevo grupo violento apareció en escena: la «Triple A», «Alianza Anticomunista Argentina», era una organización parapolicial que actuaba a la sombra de importantes funcionarios del gobierno.

La sociedad se fue acostumbrando a vivir en ese contexto violento y nuestros padres nos instruían sobre cómo andar por la calle, de no levantar cosas de la calle ni de patear paquetes que podían ser artefactos explosivos. Así se vivía en esa época. Civiles, agentes del orden y militares morían como consecuencia de los atentados.

El 19 de enero de 1974 un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) llevó a cabo un ataque a la Guarnición Militar de Azul, degollaron al soldado Daniel González, asesinaron al coronel Camilo Arturo Gay y a su esposa, Nilda Cazaux. Los terroristas secuestraron al teniente coronel Jorge Ibarzábal, jefe del Grupo de Artillería Blindado 1, a quien asesinaron tras 300 días de cautiverio.

Perón no titubeó y tomó la decisión de eliminar a los guerrilleros y escribió una carta dirigida a los militares que defendieron la guarnición en calidad de «comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y soldado experimentado». En la misiva los felicitó «por el heroico y leal comportamiento con que han afrontado el traicionero ataque» y agregó:

«Quiero asimismo hacerles presente que esta lucha en que estamos empeñados es larga y requiere en consecuencia, una estrategia sin tiempo».

El objetivo perseguido por estos grupos minoritarios, es el pueblo argentino, y para ello llevan a cabo una agresión integral».

Les escribió que todo el pueblo «está empeñado en exterminar este mal y será el accionar de todos el que impedirá que ocurran más agresiones y secuestros» y que la lucha contra la subversión quedaba «a cargo de toda la población, las fuerzas Policiales y de Seguridad, y si es necesario de las Fuerzas Armadas». Finalmente expresó que «el repudio unánime de la ciudadanía hará que el reducido número de psicópatas que van quedando, sea exterminado uno a uno para bien de la Republica».

Se trató de una firme decisión ante la violencia terrorista que lejos de calmarse se incrementó. El 25 de junio de 1974, el director del diario El Día de la ciudad de La Plata, David Kraiselburd, fue secuestrado en esa ciudad por un comando guerrillero.

Los hechos ocurrieron en un país que desde hacía años se había habituado a la violencia, una violencia que para esa fecha se estaba acelerando peligrosamente. Una semana después del secuestro, el presidente Juan Domingo Perón se iba de este mundo dejando en el poder a su viuda María Estela (Isabel).

Pensar cómo hubiera seguido su enfrentamiento contra la subversión sería hacer ficción. Lo cierto es que durante el gobierno de su esposa la convulsión social y la violencia terrorista se incrementaron.

Su gobierno firmó los decretos destinados «neutralizar y/o aniquilar el accionar de elementos subversivos que actuaban en la provincia de Tucumán» (Decreto 261/75) y el que luego ampliaría esa misión a todo el territorio nacional (Decreto 2772/75).

El 24 de marzo de 1976 el golpe de Estado llevado a cabo por las Fuerzas Armadas derrocó al gobierno constitucional y comenzó no sólo una profundización de la guerra contra las organizaciones terroristas sino también el establecimiento de una política económica a cargo de Alfredo Martínez de Hoz que llevaría a un fuerte endeudamiento del país, a iniciar el proceso de desindustrialización y el inicio de la incomunicación regional debido al cierre de algunos ramales ferroviarios.

No puede ni debe soslayarse en esta etapa de nuestra historia el conflicto con Chile y la guerra que nos fue impuesta en el Atlántico Sur, la Guerra de Malvinas, pero abordar estos temas nos alejaría del propósito de este artículo.

Fue así como la muerte del general Perón se convirtió en un momento bisagra de nuestra historia que abrió un camino que hubiera sido deseable no transitar.

El peronismo es el responsable de «todos los males»

Avancemos en la historia a tiempos más recientes y para luego volver hacia atrás siguiendo el estilo cinematográfico.

En los últimos años ciertos sectores de la dirigencia llenan discursos en los que proclaman que hemos llegado a este punto tras 70, 75 u 80 años de peronismo. ¿Será verdaderamente así?

Quienes esgrimen esos argumentos dicen que el peronismo no deja gobernar y que el de Mauricio Macri es el único gobierno «no peronista» que terminó su mandato durante estas últimas décadas.

Es cierto que Perón ha formado parte de los golpes de Estado de 1930 y de 1943 y que desde el exilio, durante ese período en que el peronismo estuvo proscrito, ha intentado esmerilar los gobiernos de Arturo Frondizi y de Arturo Umberto Illia. La realidad es que ambos gobiernos fueron derrocados por golpes militares, ajenos a la ideología peronista.

El historiador Robert A. Potash ha sido muy claro con respecto al papel de los medios en el golpe que derrocó al presidente Illia. Expresa que desde mediados de 1965 ciertos periódicos operaban para desacreditar al gobierno del presidente Illia y para alentar a los militares a llevar a cabo el golpe de Estado. Entre esos medios se encontraban los semanarios Confirmado y Primera Plana, el cual hasta realizó «una encuesta de opinión pública sobre hasta dónde era deseable un golpe, publicando los resultados el mismo día de la toma del poder militar»[1].

La revista Primera Plana fue creada en noviembre de 1962 por Jacobo Timerman ―a propuesta de algunos coroneles del bando «azul» para difundir la acción de ese grupo― y el reconocido abogado y periodista Mariano Grondona fue columnita del medio. Timerman fue su director hasta 1964, pero en mayo de 1965 inició un nuevo proyecto a partir de Confirmado, que desde su origen se destacó por sus ataques al gobierno de Illia. Su principal editorialista era Álvaro Alsogaray, hermano del general que con Onganía decidieron derrocar al gobierno. Unos meses después tomó la dirección el comodoro Juan José Güiraldes y el secretario de redacción era Horacio Verbitsky[2].

Caricatura del presidente Illia en la tapa de la revista Primera Plana.

En 1971 Timerman fundó La Opinión ―durante el gobierno del general Lanusse―, proyecto del que participó en un comienzo Miguel Bonasso, el cual dejaría de salir en mayo de 1977. Según Graciela Mochkofsky, «Timerman siempre intentó moverse con la seguridad de su acceso al poder de turno» y agrega que «basó su ascenso social y profesional en asociaciones pragmáticas con el poder político y militar dominante en la Argentina de los años ’50, ’60 y ’70»[3].

Ni en el caso del golpe de Estado que derrocó al presidente Frondizi ni en el que provocó el derrocamiento del presidente Illia podría verse una mano directa del peronismo.

Panorama era otra revista crítica del gobierno del presidente Illia, a quien llamaban injustamente «la tortuga» porque decían que gobernaba lentamente.

El papel de la prensa y de encumbrados periodistas como Timerman, Mariano Grondona, Horacio Verbitsky, Bernardo Neustadt ―quien escribía sus columnas críticas en Todo― no sólo fue crucial en el derrocamiento del presidente Illia sino también durante el retorno de la «democracia». Neustadt fue un operador del presidente Carlos Menem y desde su poder en los medios denostó al Estado y favoreció la destrucción del mismo a partir de su prédica pro privatización. Verbitsky hizo lo propio desde otro ángulo ideológico y se alió al gobierno de Néstor Kirchner, lo cual ha quedado en evidencia en el libro El Pacto: Kirchner– Verbitsky, publicado por la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia. Ese pacto ha llevado a la infiltración en el Poder Judicial y al desarrollo de una «ingeniería social y cultural» que transformó a la sociedad argentina o, al menos, a buena parte de ella[4].

No están exentos de esta manipulación social otros periodistas como por ejemplo Jorge Lanata, fundador de Pagina 12, quien reconoció recibir fondos del Movimiento Todos por la Patria (MTP) de Gorriarán Merlo. En una entrevista Lanata explicaba:

Los tipos eran un partido político, legal, tenían una revista, jefe de prensa, no estaban clandestinos. Y tampoco me llamaban de todos lados para ofrecerme guita para poner el diario. Fue lo que conseguimos y después tuvimos que sobrevivir pidiendo plata en cualquier lado, sea una cueva o un distribuidor. Pero si a mí no me condicionaban lo que tenía que poner… yo quería hacer un diario. Y no estaba haciendo nada que estuviese mal o fuese ilegal.[5]

Luis Majul, biógrafo de Lanata, ya había escrito sobre esto en un artículo de La Nación publicado en 2012:

También mantuvo reuniones clandestinas con el primer gran sponsor del diario, Enrique Gorriarán Merlo, cuando el guerrillero estaba prófugo de la justicia.[6]

Lanata también fue el inventor del concepto de «la grieta», la cual se ha venido agigantando a lo largo de esta partidocracia.

Estos mercenarios del periodismo han tenido un gran protagonismo en la manipulación de la realidad y en la formación de opinión en la sociedad y esto no ha cambiado, al punto que otros operadores conocidos tuvieron un papel crucial en el proceso electoral de 2023 impulsando las campañas de ciertos candidatos.

¿Y el peronismo?

Tras la muerte de Perón ese vacío fue disputado por algunos dirigentes que estuvieron más cerca del general pero la realidad es que el Partido Justicialista fue usado como un sello partidario para llegar al poder. ¿Podría considerarse al gobierno de Carlos Menem un gobierno peronista? Llegó al gobierno con la ayuda de Álvaro Alsogaray, aquel que escribía en contra de Illia y hermano del general golpista, el que como ministro de Economía del presidente Frondizi, el 29 de junio de 1959, le dijo al pueblo argentino: «hay que pasar el invierno».

Menem, hombre pragmático, incorporó las medidas liberales para su gobierno. Llevó a cabo un profundo proceso de privatización de las empresas del Estado que lejos está de poder considerarse un beneficio para la Nación y para la población. El territorio nacional quedó desarticulado por el cierre de los ramales ferroviarios dejando desconectadas a varias provincias, poniendo en vigencia el «Plan Larkin» o Plan de Transporte de Largo Alcance para Argentina diseñado en Estados Unidos a instancias del Banco Mundial y desarrollado bajo la dirección del ingeniero y militar estadounidense teniente general Thomas Bernard Larkin. El plan le fue presentado a Frondizi pero no lo pudo llevar adelante debido a la fuerte oposición de los gremios ferroviarios.

Menem, de la mano de su ministro de Economía, Domingo Cavallo, con el apoyo de ciertos periodistas y medios, además de sindicalistas que traicionaron su fuente de trabajo, logró destruir el sistema ferroviario. Lo propio hizo con la empresa Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA), crucial para la exportación de los productos argentinos, la Flota Fluvial del Estado Argentino (FFEA), YPF, Aerolíneas Argentinas, etc. Del mismo modo, destruyó las industrias de la Defensa y dio por terminado el Proyecto Misilístico Cóndor desarrollado por la Fuerza Aérea Argentina.

En política exterior, Menem se acercó a la OTAN y a los Estados Unidos, los que fueron aliados de nuestro enemigo en 1982. Quizás se olvidó del famoso lema «Braden o Perón». También recurrió a la fórmula de la «seducción» para atraer a los isleños, los que ni siquiera quisieron integrarse a la Argentina cuando nuestro país les daba todo ―salud, educación, viaje al continente, correo, combustible, etc.―, por el Acuerdo de Comunicaciones de 1971[7] , mientras el Reino Unido no les daba un penique y los consideraba habitantes de segunda.

¿Hubiera realizado eso el general Perón?

Sin duda que no. Su visión del desarrollo del país desde el Estado era clara y se correspondía con su época y con su concepción ideológica. A diferencia de otros países, la Argentina se desarrolló a partir del Estado y de una dirigencia que, en todo caso, supo coordinar el esfuerzo privado con el estatal pero debemos mencionar que relevantes sectores productivos y estratégicos nacieron a partir de militares con visión estratégica como la del general Enrique Mosconi ―ingeniero y general de división del Ejército que potenció la organización de la exploración y explotación de petróleo en Argentina― y como la de Manuel Savio ―ingeniero argentino y general del Ejército que desarrolló la industria siderúrgica desde la dirección de Fabricaciones Militares y SOMISA (Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina)―. También podemos sumar en esta lista a otros militares con visión geopolítica y estratégica como el comandante Luis Piedrabuena, el almirante Segundo Storni, el almirante Manuel Domecq García o el general Juan Enrique Guglialmelli.

Más allá de sus defectos y virtudes, Perón pertenecía a esa generación de militares y abogaba por la integración regional. Se le atribuye al barón de Río Branco la iniciativa de un pacto pacifista, pergeñada en 1908, para favorecer una distensión en la región entre la Argentina, Brasil y Chile. Un nuevo paso en ese sentido se dio el 25 de mayo de 1915 cuando los cancilleres de Argentina, Brasil y Chile firmaron en Buenos Aires el «Tratado de No Agresión, Consulta y Arbitraje», el cual fue percibido con desconfianza tanto por Estados Unidos, como por otros países americanos, por considerarlo como una eventual alianza militar. Sin embargo, durante el gobierno de Perón el contexto mundial y el marco regional parecían favorecer una propuesta más abarcativa.

En la década de 1950 se inició el proceso de integración en Europa pero por esos años Perón también aspiraba a lo mismo en nuestra región. El 11 de noviembre de 1953, en la entonces Escuela Nacional de Guerra —dependiente del Ministerio de Defensa—, el presidente Perón pronunció un discurso que permaneció como «Documento Reservado» (secreto) hasta 1967, año en que fue dado a conocer públicamente, conocido como «Unidos o Dominados», tema que ya he abordado en otro artículo en 2021[8].

Por esa época Perón lanzó su propuesta del «ABC», la «necesidad de la unión» de Argentina, Brasil y Chile. A ella luego se sumarían los demás países de la región. Esto lo llevó a conversar —tiempo antes— con los presidentes de Brasil (1951-1954, su última presidencia) y de Chile, Getulio Vargas y el general Carlos Ibáñez del Campo (1952–1958, segunda presidencia), respectivamente. Infelizmente, diversos sectores e intereses externos conspiraron ―y continúan conspirando― en contra de una integración regional con capacidad de crear un modelo de desarrollo propio.

Una nueva pregunta sería apropiada para quienes consideran que el peronismo está en la raíz de todos los males: ¿Puede considerarse peronismo al kirchnerismo?

La respuesta también sería negativa. Nuevamente se usó el sello partidario y las imágenes de Perón y Evita para un proyecto personal, de apariencia «nacional». De ahí que se considera que el peronismo va y viene entre la privatización y la estatización, en este caso implementada a un alto costo para la Nación por parte de los gobiernos kirchneristas. Como se ha expresado ut supra, Néstor Kirchner hizo una alianza con un personaje que juega para intereses extranjeros, como Verbitsky, para construir su base de poder. De ese modo también atrajo a sectores de la izquierda, algo que seguramente Perón no hubiera hecho. Aún más, está la anécdota de la respuesta de Cristina Fernández de Kirchner a Antonio Cafiero, el impulsor del monumento a Perón: «Yo, para ese viejo de mierda, no pongo mi firma». Cristina ¿peronista? Ni en sueños. Otra pragmática.

En este listado entran también otros neoperonistas como Sergio Massa y Amado Boudou, originalmente afiliados a la UCeDe de Alsogaray.

Esa propaganda que los medios han llevado a cabo manipulando la opinión pública nos lleva también a situaciones insólitas en las que ciertos sectores de la población se expresan contra el peronismo y se manifiestan en favor de Macri y del PRO. ¿No saben que buena parte de la dirigencia del PRO es peronista? Horacio Rodríguez Larreta, Cristian Ritondo, Emilio Monzó, Patricia Bullrich ―asidua al travestismo político al igual que Massa, Martín Lousteau y tantos otros―… y la lista sigue.

Pero hay más… Ningún peronista se esforzó por erigir un monumento en memoria de Perón en la Ciudad de Buenos Aries. Para muchos, la siguiente foto será una novedad:

Ese monolito se encontraba en la playa de estacionamiento de la Presidencia de la Nación, casi en la esquina de la Avenida Madero con la calle Presidente Perón y decía: «Piedra fundamental. En este sitio se emplazará el monumento al Tte. Gral. Juan Domingo Perón. Tres veces presidente de los argentinos». Sin embargo el monumento nunca se levantó y el progresista Larreta arrasó con el monolito cuando hizo construir el Paseo del Bajo.

Pero, hay un enorme monumento a Perón en la plaza frente a la Aduana. ¿Quién lo hizo erigir? Mauricio Macri, otro pragmático.

El 8 de octubre de 2015, aniversario del nacimiento del general Perón ―y del autor del presente artículo― Macri y Ritondo inauguraron el primer monumento a Perón en la Ciudad de Buenos Aires con la asistencia de Hugo Moyano, Gerónimo Venegas, Eduardo Duhalde, y la plana mayor del PRO: la vicejefa de Gobierno la Ciudad de Buenos Aires y entonces candidata a gobernadora bonaerense por Cambiemos, María Eugenia Vidal, el entonces jefe de Gabinete y jefe de Gobierno electo, Horacio Rodríguez Larreta y su compañero de fórmula Diego Santilli.

En su discurso Macri expresó:

Perón decía que a la Argentina la arreglamos entre todos, o no la arregla nadie. Por eso tenemos que volver a unir al país, porque ese es el camino del progreso. Perón y Evita devolvieron los derechos a los trabajadores. Yo creo en el diálogo con las organizaciones sindicales, porque un gobierno no está para reprimir trabajadores. Debemos trabajar para lograr tener pobreza cero en el país, con eso defenderemos las banderas del justicialismo, eso es justicia social.[9]

Macri agregó que:

algunos dicen que son peronistas pero sólo se dedican a manipular desigualdades. Por eso quiero invitar a los verdaderos peronistas a cambiar el país, porque mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar. Porque un gobernante que no genera trabajo, no es un gobernante.[10]

Al final de su gobierno Macri hizo un balance en el que afirmó: «El mío, fue un Gobierno de corte socialista»[11].

¿Cómo los seguidores de Macri o del PRO pueden considerarse antiperonistas o de derecha cuando su «líder» se ha asumido como peronista y/o socialista? De hecho parecería, al menos, una contradicción.

Del circo romano al futuro apocalíptico

El actual presidente, Javier Milei, ha manifestado hace un tiempo que él y Conan se encontraron por primera vez hace 2000 años en el Coliseo romano. En una entrevista que le realizaron en Estados Unidos al medio Free Press expresó: «Yo vengo de un futuro postapocalíptico para impedir el avance del socialismo. Algo así como Terminator; de hecho, Schwarzenegger es libertario».

Lo más grave de esa entrevista son dos afirmaciones que jamás debiera hacer el presidente de un país: «Amo ser el topo dentro del Estado». «Soy el que destruye el Estado desde adentro».

Su «traslación» a través de la historia, que le permite ir al pasado y al futuro, no sería preocupante si tuviera la posibilidad de aprender de esa experiencia. Parece por lo menos risueño que diga que viene desde el futuro para impedir el avance del socialismo. Por empezar, para ver lo que ha hecho el socialismo bien se podría ir hacia atrás más que hacia el futuro pero, por otro lado, sigue anclado en categorías de la Guerra Fría y carece de conocimientos históricos y de política internacional … y en la práctica tampoco de economía si uno observa como ha empeorado la situación económica del país desde que asumió el gobierno.

No tenía que ir tan lejos en el pasado para darse cuenta de que sus propuestas ya fueron llevadas a cabo por sus tan ponderados Menem y Cavallo con resultados desastrosos para la Argentina. Nuevamente el tema de las privatizaciones, o de reprivatizaciones de empresas que fueron reestatizadas, es poco serio, más allá de que esto resulte un «negocio» para los políticos y los economistas que se sientan en Ministerio de Economía.

La propuesta de Milei es otro paso, quizás el último, que tiene como antecedentes el gobierno militar con Martínez de Hoz, el de Menem y el de De la Rúa con Domingo Cavallo, el de Macri con sus equipos económicos que endeudaron al país de una manera irracional cuando debió haber reducido el gasto público. Si Menem desarticuló las comunicaciones de la Argentina a partir de la destrucción de uno de los sistemas ferroviarios más extensos del mundo, de la privatización de Aerolíneas Argentinas y de la paralización de las Líneas Aéreas del Estado (LADE), empresa estatal con un compromiso social al conectar localidades a las que no llegaban las aerolíneas comerciales, el proyecto de Milei profundiza la desarticulación territorial al considerar el cierre de más ramales ferroviarios y la reprivatización de Aerolíneas Argentinas. Aún peor, ha procedido a cerrar oficinas de correos en pequeños pueblos y en los que había un solo empleado y considera la privatización y/o cierre de sucursales del Banco Nación. Léase, se intenta borrar toda presencia del Estado en amplias regiones del país, se intenta borrar así todo lo que represente la identidad nacional. Se trata de un gobierno que procede a terminar de entregar el país a los que financiaron su campaña tanto dentro como fuera de la Argentina.

El caso de los gobiernos kirchneristas son de otra naturaleza pero no menos perjudiciales para la Argentina. Sin embargo sus desaciertos y sus negociados parecen haber estado más expuestos por los medios. El gobierno de Milei ha deslumbrado a sus seguidores con sus informes acerca de sus antecesores pero no ha llevado a ningún funcionario a la justicia. Como suele decirse, «todo para la gilada».

La corporación política constantemente introduce divisiones en la sociedad de modo tal de que dos personas no puedan encontrar puntos en común. Por otro lado, el discurso de atacar al Estado ha dado sus frutos pero se trata de un discurso mentiroso y más si lo llevan a cabo funcionarios o presidentes que son empleados de las corporaciones prebendarías, corporaciones económicas que han crecido a la sombra del Estado.

Se confunde, seguramente intencionalmente, «Estado» con «gobierno». El Estado es uno de los requisitos fundamentales para la existencia de una nación. No se puede concebir una nación sin Estado y que la máxima autoridad del mismo afirme que es un «topo» que se propone destruir lo que representa; suena, por lo menos, demencial.

Veamos este ejemplo. El Estado sería como un consorcio de copropietarios y el gobierno sería el administrador del consorcio. Si el administrador cumple mal su función no hay que destruir al consorcio sino echar al administrador. Pensar en destruir el consorcio de copropietarios sería destruir el edificio. En el Estado todos somos «copropietarios» y el administrador es el gobierno, el que nos impone impuestos pero a cambio debe darnos ciertos servicios básicos y de buena calidad: salud, educación y seguridad. Si no lo hace es porque hemos elegido un mal administrador y entonces deberá ser reemplazado. Considerar al Estado como el enemigo es considerar enemigo a cada ciudadano del país.

Ya que tanto se habla de «liberalismo» y recurren a figuras de nuestra historia como Juan Bautista Alberdi, Julio A. Roca o Carlos Pellegrini, deberían leer más o mejor lo que predicaron y sus obras. No cabe duda de que el general Roca pensó y trabajó para lograr un Estado fuerte con presencia en todo el territorio nacional. Quienes ven a Pellegrini como un liberal desconocen su labor en favor de la industria nacional. Vale aquí recordar una frase en ese sentido: «Es necesario que en la República Argentina se trabaje y se produzca algo más que pasto, sin industria no hay Nación».

 

«Es necesario que en la República Argentina se trabaje y se produzca algo más que pasto, sin industria no hay Nación».

 

A modo de conclusión

En una entrevista que le hiciera un periodista español a Perón durante su exilio en España, le pidió que diseccionara el espectro político argentino. Perón le respondió: «Mire, en Argentina hay un 30% de radicales, lo que ustedes entienden por liberales; un 30% de conservadores y otro tanto de socialistas». «Y entonces, ¿dónde están los peronistas?», inquirió el informador. «¡Ah, no, peronistas somos todos!».

Como podrá apreciarse, la respuesta de Perón caló hondo en quienes continuaron en la arena política tras su muerte. La mayoría de ellos ha recurrido al amparo del Partido Justicialista o del Movimiento Peronista para llegar al gobierno, como si fuera la autopista más segura para llegar a destino.

Sin embargo, a pesar de que muchos políticos aducen que el mal de la Argentina en los últimos ochenta años es el peronismo podrá apreciarse, tras leer este extenso artículo, que la responsabilidad no es del peronismo sino de los argentinos. Desde 1943 han pasado gobiernos peronistas, militares, radicales y del PRO, todos con los mismos desafortunados resultados para el país. Los golpes de Estado han sido propiciados por militares, por civiles que fueron a golpear las puertas de los cuarteles, por periodistas mercenarios como los que hoy ocupan espacio en los medios de comunicación.

La decadencia cultural se ha extendido a toda la sociedad pero principalmente a la dirigencia política, ignorante de la historia nacional pero que en el mejor de los casos recurre a frases que las saca del contexto histórico. Es suficiente con leer los debates del Congreso de principios y mediados del siglo XX y compararlos con los que sostienen los legisladores en la actualidad: ni riqueza en su vocabulario tienen la mayoría de ellos.

Coincido plenamente con Julio Bárbaro cuando afirma que «el peronismo murió con Perón». Los que vinieron después sólo se aprovecharon del movimiento para sus fines personales, independientemente de las consideraciones que cada uno pueda tener respecto del general Perón.

No obstante, como de toda ideología debe tomarse lo mejor para lograr los Objetivos Nacionales y, al conmemorarse cincuenta años de su muerte, deberíamos valorar su abrazo con quien fuera su acérrimo enemigo, Ricardo Balbín, como un ejemplo para emprender la unidad nacional. En el plano internacional, recrear su propuesta de la integración regional sin importar si se trata del Tratado ABC o del Tratado APU ―por tomar las iniciales de otros países de la región― y volver a la Tercera Posición, retomando el camino de la neutralidad de la que nos han sacado en su momento Menem y en la actualidad Milei.

Es urgente que los argentinos empecemos a trabajar sobre las coincidencias y dejar a un costado lo que nos separa porque la Patria precisa que echemos a los administradores que no sirven o que ya están viciados y que demos espacio para que nuevas generaciones se hagan cargo de la conducción de la Nación.

Lamentablemente hemos pasado el año 2000 y la realidad es que no estamos unidos sino dominados.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019 (2da edición, 2024).

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Robert A. Potash. El Ejército y la política en la Argentina, 1962-1973. Buenos Aires: Sudamericana, 1994, p 228.

[2] Alain Rouquié. Poder militar y sociedad política en la Argentina II. 1943-1973. Buenos Aires, EMECÉ, 1982. p. 244.

[3] Mochkofsky, Graciela: Timerman. El periodista que quiso ser parte del poder (1923-1999). Buenos Aires. Sudamericana. 2003. Citado por Edgardo Vannucchi, «La Opinión, Timerman y la dictadura». Haroldo. La revista del Conti, https://revistaharoldo.com.ar/nota.php?id=644.

[4] Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia. El Pacto: Kirchner – Verbitsky. ISBN: 9789874774010,  152 p.

[5]Diego Sehinkman. «Jorge Lanata: “La generación del 70 nos arruinó la vida”». La Nación, 18/06/2017, https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/jorge-lanata-la-generacion-del-70-nos-arruino-la-vida-nid2032884/.

[6] Luis Majul. «Jorge Lanata: secretos y pecados de un periodista». La Nación, 02/12/2012, https://www.lanacion.com.ar/sociedad/jorge-lanata-secretos-y-pecados-de-un-periodista-nid1532483/.

[7] «El acuerdo de 1971 – Declaración Conjunta entre Argentina y el Reino Unido comprendía un conjunto de medidas prácticas, que a partir de ese momento ambos gobiernos comenzaron a implementar para facilitar el movimiento de personas y bienes entre el territorio continental argentino y las Islas Malvinas, en ambas direcciones, con el fin de promover el establecimiento de vínculos culturales, sociales y económicos». Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, https://cancilleria.gob.ar/es/politica-exterior/cuestion-malvinas/antecedentes/periodo-1966-1982#:~:text=El%20acuerdo%20de%201971%20%2D%20Declaraci%C3%B3n,las%20Islas%20Malvinas%2C%20en%20ambas.

[8] Perón, J. D. «Unidos o Dominados» (Discurso pronunciado el 11 de noviembre de 1953 en la Escuela Nacional de Guerra). Geopolítica(s). Revista de estudios sobre espacio y poder, 11(1), 2020, p. 173-183.

[9] «Macri y Ritondo inauguraron el primer monumento a Perón en la Ciudad». Parlamentario, 08/10/2015,https://www.parlamentario.com/2015/10/08/macri-y-ritondo-inauguraron-el-primer-monumento-a-peron-en-la-ciudad/

[10] Ídem.

[11] «Macri: ‘El mío, fue un Gobierno de corte socialista’». Agencia Nova, https://www.agencianova.com/nota.asp?n=2019_12_29&id=81728&id_tiponota=4.

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LA CONFERENCIA DE LA ONU NO RESUELVE LA PESCA ILEGAL Y ABRE EL MAR AL REINO UNIDO

César Augusto Lerena*

La Argentina firmó en la ONU un Acuerdo sobre la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina en alta mar y, como si no hubiera leído la Convención de las Naciones sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) ni el título de la Conferencia, la Canciller Diana Mondino posteo en “X”: “dimos un paso gigantesco en la protección de nuestras aguas con la pesca ilegal e indiscriminada…este gobierno es y será inflexible en la defensa de nuestro territorio”. Avanzaremos en el análisis de esta Conferencia; pero, no podemos dejar de referirnos a las expresiones de la Canciller respecto a “proteger nuestras aguas” y “ser inflexible en la defensa de nuestro territorio”. Sería bueno que nos diga esta funcionaria, cómo se compadecen sus dichos con la falta de sanción a los buques extranjeros que capturan 250.000 toneladas anuales de recursos pesqueros argentinos con licencias ilegales británicas en Malvinas; qué hace la Canciller en los fueros internacionales para terminar con la pesca ilegal en alta mar de los recursos migratorios originarios de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) Argentina y asociados por parte de buques chinos, españoles-británicos, coreanos y taiwaneses, por un volumen similar al total de los desembarques argentinos o cómo se va proteger los recursos en la ZEE Argentina y el mar territorial cuando su gobierno pretende licitar la explotación de esos recursos por parte de buques extranjeros que ni siquiera debían desembarcar en los puertos argentinos. Estas son nuestras aguas y no como califica a las aguas de alta mar que son internacionales por la CONVEMAR.

La Conferencia, realizada en Nueva York del 20 de febrero al 3 de marzo de 2023 en el marco de la CONVEMAR relativo a la conservación y al uso sostenible de la diversidad biológica fuera de la jurisdicción nacional, contrario a lo que era de esperar, no promueve la regulación de los recursos pesqueros en alta mar y mucho menos respecto a los migratorios de la ZEE en alta mar o de ésta a la ZEE y, por lo tanto, esta Conferencia no aporta nada o muy poco contra la pesca ilegal.

La Conferencia regula sobre los “recursos genéticos marinos”; pero, como producto de profundas diferencias entre los Estados participantes no aplica (Art. 8º) a la utilización de peces y otros recursos biológicos como productos básicos y a las actividades pesqueras reguladas por el derecho internacional.

La pesca ilegal en alta mar en el Atlántico Suroccidental no se resuelve con este tipo de Conferencias declamatorias, al menos mientras el Reino Unido de Gran Bretaña (Reino Unido) ocupe 1.639.900 Km2 del mar argentino y Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea consideren que la pesca ilegal atenta a la seguridad y cuestionen, seguramente por ello, la presencia de China en la región.

Los funcionarios argentinos parecen no entender que la pesca en las condiciones que se está realizando en alta mar es ilegal y confunden el reconocimiento de esta ilegalidad con las dificultades para accionar y terminar con ella y ello los lleva a no hacer nada al respecto, en detrimento de los recursos de las Provincias y de la Argentina, ya que se pierde en alta mar un volumen superior a todos los desembarcos argentinos. Y es ilegal porque la Argentina no podría considerar legal la captura en alta mar de sus recursos migratorios originarios del mar territorial, la zona contigua y la zona económica exclusiva y las especies asociadas que intervienen en la cadena trófica; en principio, porque sería desconocer los derechos que reivindica como propios en toda su legislación vigente: el Art. 5º de la ley 23.968 de espacios marítimos y líneas de base; el Art. 2º inc. c de la Ley 24.543 de ratificación de la CONVEMAR y, los Art. 4º, 5d, 21e, 22 y 23b de la Ley 24.922 de Pesca. Además, la Argentina requiere a su flota nacional “permiso de pesca de gran altura” para pescar en alta mar (Art. 23º b) lo cual es incongruente e inequitativo aceptar como legal la pesca por parte de buques extranjeros en alta mar.

Además de ello, si bien hay más de cuarenta razones para considerar esta captura en alta mar como “Pesca Ilegal”; tres hechos son suficientes para tipificarla así: primero, cuando los buques no tienen control de sus Estados de pabellón o los países de origen (Art. 87º; 92º; 94º y 117º de la CONVEMAR); segundo, cuando no se realizan estudios de investigación para determinar la “Captura Máxima Sostenible” (Art. 119º de la CONVEMAR) y, tercero, cuando se capturan especies migratorias originarias de la ZEE en alta mar sin acuerdo con el Estado ribereño afectando sus intereses (Art. 27º inc. 1 a y b; 63º inc. 2; 64º inc. 1; 116º inc. a y b; 117º; 118º; 119º inc. 1 a y b, inc. 3  de la CONVEMAR). Por supuesto, a esto se agrega cuando se pesca con redes de arrastre de fondo sin habilitación argentina sobre la plataforma continental extendida argentina más allá de las 200 millas sin habilitación nacional y lo previsto en “el Acuerdo para promover el cumplimiento de las medidas internacionales de conservación y ordenación de los buques pesqueros que pescan en alta mar” (Ley 24.608 sancionada el 7/12/1995) que en el Art. III 1 (a) dice: «cada una de las Partes tomará las medidas necesarias para asegurar que los buques pesqueros autorizados a enarbolar un pabellón no se dediquen a actividad alguna que debilite la eficacia de las medidas internacionales de conservación y ordenación» (César Lerena “Plan Nacional de Pesca. Cien Acciones, efectos y Ley de Pesca, 2023).

Volviendo puntualmente a la Conferencia, ésta ―como el llamado Acuerdo de Nueva York que no ha ratificado la Argentina― promueve la constitución de organizaciones regionales de integración económica, constituidas por Estados soberanos de una región determinada a la que “sus Estados miembros hayan cedido su competencia” y, no obstante el Artículo 4 bis y el 19 bis de la Conferencia, a nuestro entender, la Argentina no debe aceptar estas “organizaciones” mientras el Reino Unido ocupe los archipiélagos y territorios marinos argentinos en el Atlántico Suroccidental, porque implicaría una mayor penetración británica en la región y reconocer la condición de Estado ribereño a este país invasor; la violación de la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional; de la Resolución 31/49 de las Naciones Unidas y la Ley 24.922.

La Conferencia refiere (Art. 9º) a que «el acceso a los recursos genéticos marinos de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional se llevará a cabo teniendo debidamente en cuenta los derechos e intereses legítimos de los Estados ribereños en las zonas bajo su jurisdicción nacional y teniendo también debidamente en cuenta los intereses de otros Estados en las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, de conformidad con la Convención», lo cual, abre su participación a todos los Estados (incluso el Reino Unido) y por analogía, tendría que tenerse muy presente respecto a la explotación de los recursos migratorios originarios de la ZEE en alta mar y viceversa e, indica (Art. 10º) que «las Partes adoptarán las medidas legislativas, administrativas o de política, necesarias para velar porque la recolección in situ de recursos genéticos marinos de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional…» y ello, en la actualidad, en materia de explotación pesquera en alta mar es altamente ineficiente porque tres cuestiones básicas (previstas en la CONVEMAR) para considerar a la pesca ilegal se cumplen: no se establece la “captura máxima sostenible” en alta mar; no hay control presencial del Estado de pabellón y no hay acuerdo con el Estado ribereño y de ella derivan más de 40 causales para tipificar la pesca ilegal (INDNR); que no se resuelven mediante terceras organizaciones, sino a través de una mayor exigencia internacional para la pesca de los Estados de pabellón en alta mar y acuerdos bilaterales con los Estados ribereños en el Atlántico Suroccidental.

Al referirse (Art. 11º) a “la participación justa y equitativa de los beneficios” refiere al reparto pero también a “la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional”, cuestión que en materia pesquera está ausente en la Conferencia y establece tres opciones cuando la actividad proyectada en zonas situadas dentro de la jurisdicción nacional tenga impactos en zonas fuera de ésta; pero no refiere en ningún caso al impacto que en alta mar afecta la ZEE, como es el caso de la pesca donde las especies migratorias originarias de la ZEE y asociadas que intervienen en la cadena alimentaria y son capturadas sin control en alta mar, provocan un alto impacto ambiental en la ZEE, por lo que, como hemos dicho, no es de esperar que adherir a esta Conferencia resuelva la pesca ilegal, como manifiesta la Canciller, más bien compromete seriamente nuestra posición respecto a la ocupación ilegal británica en Malvinas.

Por otra parte, la Conferencia establece la obligación (aunque la exime en algunos casos) de evaluar el impacto ambiental (Art. 21º bis) antes de realizar las actividades y, aquí vemos, que se avanza más allá de las exigencias incumplidas para la pesca en alta mar; por ejemplo, respecto a la determinación de la “Captura Máxima Sostenible” de los recursos pesqueros, por lo que además de evaluarse el impacto ambiental se debería controlar la depredación, la pesca incidental y los descartes, cuestión que en la actualidad no ocurre y no es de esperar que los principales países que capturan subsidiados a distancia, responsables de la captura ilegal en alta mar, vayan a hacerse cargo de los costos (Art. 39º) de los controles independientes presenciales, cuestión que no se ha resuelto hasta a hoy, a pesar de la plena vigencia de la CONVEMAR y es poco probable que un autocontrol resuelva la pesca ilegal, como no lo ha resuelto hasta la fecha.

El 85% de la pesca a distancia en alta mar la realizan 5 países: China, España, Taiwán, Japón y Corea, los que del total mundial de 37 millones de horas de pesca ocupan 25 millones, motivo por el cual puede apreciarse que el mayor daño no lo ocasionan los 216 Estados restantes, sino que lo generan solo cinco, que son los mismos que operan en el Atlántico Suroccidental, salvo Japón en los últimos años y, por lo tanto, los esfuerzos por mejorar la administración y cuidado de los recursos en la Zona Económica Exclusiva tendrán pobres resultados sino se trabaja sobre esos cinco países que son responsables de las capturas en alta mar e, igualmente, responsables del desequilibrio de los ecosistemas, ya que juntos capturan unos 26 millones de toneladas del total 84 millones/año (2019), es decir, el 31% de las capturas sobre «221 Estados y territorios que notificaron algún tipo de actividad en el comercio pesquero» (FAO, “Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura”, p: 18, 2020).  

Unos 10 mil barcos chinos superan su jurisdicción y se dedican a la pesca a distancia subsidiada en alta mar junto a otros 60 mil buques de unos 24 países, entre ellos, Japón, Corea, Taiwán, el Reino Unido asociado a España en Malvinas. Este último, se apresta a reducir las capturas en aguas comunitarias y a acrecentar la pesca fuera de su jurisdicción, por exigencia europea. Lo que hace suponer que la situación podría empeorar.

«Mantener la integridad de los ecosistemas oceánicos preservando el valor inherente de la biodiversidad de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, respetando la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de todos los Estados», no se compadece con la presencia del Reino Unido en los archipiélagos argentinos y sus espacios marinos correspondientes.

Como “mecanismos de gestión por áreas”, además de definir áreas (su Anexo I), incluye las áreas marinas protegidas (AMP) en alta mar y, en este sentido es conocida nuestra posición respecto a que en la ZEE se instituyan vedas y no AMP y sería altamente grave para la Argentina instalar AMP en alta mar vinculada a la ocupación territorial marina del Reino Unido en Malvinas, como es el caso del proyecto de AMP Bentónica “Agujero Azul” promovida por la fundación norteamericana WCS (Wildlife Conservation Society) que, como hemos reiteradamente explicado, no resuelve la pesca ilegal que realizan en esa área diversos buques extranjeros, sino que cierra el “Blue belt” (cinturón azul) al noreste de Malvinas facilitando la llegada de los recursos migratorios argentinos a las islas. Ya ha hecho lo mismo el Reino Unido al sur de Malvinas con la declaración unilateral de “santuario ecológico” de 1 millón de km2 alrededor de las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur; al este con “el Acuerdo del Gallinero” firmado por Cavallo, de protección de Malvinas en 1990 y al noroeste con el GAP de 1.400 Km2 para proteger la llegada de Malvinas del Calamar Illex.

La consulta que prevé la Conferencia al Estado ribereño debería descartar este proyecto de uso político o sin sustento científico en esta área, como es el caso del Agujero Azul; pero, es llamativa la media sanción de la Cámara de Diputados.

Aún con algunas cuestiones positivas, teniendo en cuenta que «las decisiones y recomendaciones de la Conferencia de las Partes se adoptarán por consenso y no se podrán formular reservas ni excepciones al presente Acuerdo, entendemos altamente inconveniente su aprobación por parte de la Argentina por las razones ya indicadas respecto a la presencia del Reino Unido en el Atlántico Suroccidental. No parece que esta Conferencia pueda, ni siquiera atraer la atención del mundo respecto al tratamiento y prohibición absoluta de la Pesca Ilegal y muy especialmente de aquella que afecta los recursos migratorios originarios de la ZEE Argentina en alta mar y las declaraciones de la Canciller parecen responder a la desatención que en el tema lleva Argentina.

  

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL).

LA NEGRA PUDRICIÓN DE LA MERLUZA

César Augusto Lerena*

La detención casual del buque Tai An capturando y procesando ilegalmente “Merluza Negra” es solo la punta del iceberg de la falta de control y transparencia en la Administración Pesquera. No hay regulación ni control adecuado de las especies migratorias originarias de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) Argentina en alta mar; tampoco en las aguas argentinas de la ZEE o en la explotación ilegal del Reino Unido de Gran Bretaña en Malvinas. La cuestión no se limita a una violación de la ley del empresario chino Liu Zhijiang, titular de la empresa PRODESUR SA, que le indicó al capitán de su barco que pescase Merluza Negra sin disponer de cuota y además capturar y procesar un 55% de juveniles; es decir, ejemplares de menos de 90 cm que no han alcanzado la primera madurez sexual para reproducirse, cuando tienen unos 9/10 años (peces marinos de Argentina, INIDEP, 1999) y asegurar a perpetuidad la sostenibilidad de esta especie y de las que intervienen en su cadena alimentaria en el ecosistema.

Este no es un hecho aislado, es solo un “caso testigo” del descontrol que impera en la pesca y, son muchos los responsables anteriores y actuales, en el campo privado y público.

La política. La Ley 24.922 (1998) está vetusta; propicia el extractivismo, no promueve una administración sostenible y sustentable al no regular sus tres ejes principales: la investigación, la conservación (control) y la distribución equitativa, ni se afecta a éstos los recursos económicos derivados de los derechos de captura. Además no se ha llevado adelante ninguna acción respecto a la pesca en alta mar de los recursos migratorios originarios de la ZEE. ¿Cómo puede otorgar el Consejo Federal Pesquero (CFP) permisos para pescar en la ZEE a empresas del Estado chino mientras buques igualmente del Estado chino pescan ilegalmente los recursos migratorios argentinos en alta mar? Y, ¿cómo el CFP admite la radicación en la Argentina de empresas de capital español mientras otras de la misma nacionalidad pescan ilegalmente en Malvinas? El CFP debe reformularse para asegurar un manejo cristalino y equitativo de los recursos. Modificarse y modernizar la ley.

Sin embargo, no confundamos, el proyecto de modificar la ley por parte del actual gobierno hubiese agravado el descontrol de la actividad a partir de extranjerizar la explotación de los recursos en la ZEE; no exigir el desembarco en los puertos nacionales; no requerir ninguna antigüedad a los buques (el buque Tai An tiene 43 años) ni tripulación argentina, lo que hubiera agregado más evasión y trabajo esclavo. Aparecen como responsables quienes han defendido este proyecto que agregaba además de un atraso de 100 años más caos al actual: la Canciller Diana Mondino, el ex presidente del Banco Central Federico Sturzenegger y el Diputado Bertie Benegas Lynch, son aún promotores de la liberación del mar y de la reforma de la Ley Ómnibus. Están ajenos a la preocupación mundial de cuidar la soberanía de sus mares y ríos troncales.

La Autoridad de Aplicación. Son responsables del descontrol todos los secretarios de Agricultura, Ganadería y Pesca (hoy de Bioeconomía) que delegaron en el Subsecretario de Pesca su condición de Autoridad de Aplicación. Igualmente son responsables los subsecretarios que presiden el Consejo Federal Pesquero (CFP) que demostraron su incapacidad para establecer la política pesquera, conforme establece la ley. En este caso de la pesca ilegal de Merluza Negra, el secretario Fernando Vilella, el subsecretario Juan Antonio López Cazorla y el director de Fiscalización Pesquera Julián Suárez, quienes violaron la ley Pesca (24.922, art. 7º; 17º; 20º; 21º; 23º; 27º; 28º; 32º; 49º; 55º a 62º) y en particular el 55º cuando no se exigió el inmediato destino a puerto del buque infractor y, debería confirmarse, si fue Vilella quien ordenó no cumplir la exigencia de la ley; aunque ello no deslindaría la responsabilidad de López Cazorla, quién como presidente del CFP no pudo admitir presión alguna.

El 14 de septiembre de 2023 la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca anunciaba pomposamente: “El Certificado de Trazabilidad de Transacciones Comerciales y el Parte Final de Producción a bordo de Merluza Negra (Disp SSPyA 186/2022) permitirá consolidar internacionalmente las exportaciones desde nuestro país” y, continuaba “la Argentina se encuentra a la vanguardia en materia de gobernanza y administración pesquera. Ha sido reconocida a nivel internacional por Chile, Japón y la Unión Europea”. ¡Alicia en el País de las Maravillas! con un descarte del 30% (INIDEP, FAO, AGN), prohibidos en Argentina en 1998 y en la Unión Europea en 2004 no pueden admitirse más. Mucho marketing y una Administración poco transparente y eficaz y un empresariado que no está a la altura del mundo moderno que exige el cuidado del medio marino y la pesca.

La Cancillería. No encontramos ninguna razón para que un representante de este Ministerio integre en forma permanente el CFP; diplomáticos que, en todo caso, debieran intervenir en cuestiones vinculadas a las explotaciones pesqueras en las aguas de Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y en los espacios marinos relacionados a la Convención de los recursos vivos marítimos antárticos. Flojos de papeles en estas materias.

La Canciller Diana Mondino y la secretaria de Malvinas Paola Di Chiaro, al igual que los funcionarios de Agricultura, Ganadería y Pesca y el CFP, deberían explicar porque no aplican la Ley 24.922 y 27.564 y sancionan a los buques taiwaneses, coreanos y españoles-británicos que pescan ilegalmente en Malvinas los recursos pesqueros argentinos comprometiendo la sostenibilidad de todo el ecosistema. No se puede garantizar sostenibilidad de los recursos en la ZEE sino se acciona sobre estos buques y se han llevado, a un promedio de 250.000 toneladas por año, unas 11.750.000 por un valor estimado en 47 mil millones de dólares.

Ahora, no se entiende por qué la Canciller Mondino habría designado, además de Coordinador del Ministerio de Relaciones, representante ante el CFP (un asiento habitualmente ocupado por diplomáticos) a quien sería su sobrino político Pablo Ferrara, un abogado que carece de todo conocimiento marítimo y pesquero, quien habría sido quien presionó al referido director Suárez. Sobre esto nos formulamos las siguientes preguntas: ¿puede un funcionario de menor jerarquía de Cancillería impedir por sí la acción de un Secretario de Estado como Vilella o fue una orden de la Canciller? ¿Cuál sería la motivación para impedir el método de control de un buque pesquero que se presumía que estaba realizando pesca ilegal? ¿Hay algún vínculo entre la pesca ilegal que realizaba el buque Tai An con la pesca igualmente ilegal de esta especie que realizan sus nacionales chinos en alta mar y con otros buques en Malvinas? ¿Forma parte de la política de liberar el mar?

Economía. Dos nombres de Toto Caputo suenan para integrar el CFP. En otro momento no hubiese sido mejor noticia que Economía se interese por la pesca. Hoy es distinto. Ya no importa si saben o no de la materia, la cuestión pareciera ser desregular el mar y, ¿el sector? mandando notas o visitando diputados. Atrasan.

La empresa Prodesur y las empresas. No somos ingenuos. Al margen del gravísimo daño del ecosistema que una empresa provoca si captura sin cuota Merluza Negra y el daño económico que le podría provocar este hecho a quienes sí disponen de cuota para pescarla, hay una cuestión de intereses: 3.700 toneladas anuales otorgadas a tres empresas nacionales de capital extranjero Argenova, Estremar y Pesantar, un negocio de entre 70 y 90 millones/año. No es frecuente que empresas pesqueras concesionarias denuncien a otras, por aquello de que “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. La detección de irregularidades debiera estar en manos del gobierno; pero, no obstante, las empresas y las Cámaras empresarias debieran promover y contribuir en la regulación y con sistemas, que den mayores garantías de sostenibilidad, sustentabilidad, equidad y transparencia al conjunto de la actividad. Por ejemplo, es fácil evaluar, que 5 toneladas de Merluza Negra son más valiosas que 50 toneladas de Surimi, para lo que estaba autorizado el buque Tai An; por lo cual la captura de Merluza Negra, más que pesca incidental es una pesca objetivo. ¿A quién se le pasa por alto esto?

El portal de Prodesur dice: «el buque captura y procesa especies como Merluza Negra…haciendo una explotación sustentable de los recursos marinos». Es obvio que la captura de Merluza Negra era una pesca objetivo y no incidental, salvo para la Autoridad de Aplicación y el resto de las empresas.

Por otro lado, porqué las Cámaras no le exigen al gobierno que vea si hay buques en la Argentina con doble registro que les evita pagar derechos de importación, por ej. China o porqué hay empresas de nacionalidad china y otras que facturan por debajo del valor internacional. La autogestión, los planes HACCP, las Certificaciones, son un marketing caro que nos genera dependencia. Ellos nos dirán quién exporta y a qué precio.

Los gremios. No pueden seguir admitiéndose pagos en negro ni “coparticipaciones” que distorsionan en favor de unos pocos los salarios de los trabajadores y oscurecen costos y utilidades empresarias en la actividad.

La Prefectura Naval Argentina. ¿Quién se ocupa de la seguridad en el mar? El portal de esta Institución indica: “Autoridad Marítima; cumple funciones de policía de seguridad de la navegación; protección ambiental; policía judicial; auxiliar pesquera; aduanera; migratoria y sanitaria”. ¿Dónde estaba la PNA para preservar el medio marino y la sostenibilidad de las especies cuando el buque Tai An pescaba ilegalmente Merluza Negra? Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea consideran a la pesca ilegal desde 2014 un problema de seguridad nacional y, la pesca argentina, ya tiene antecedentes de narcotráfico, en 1988 la operación langostino (600Kg de cocaína); en 2005 pez blanco (500Kg); en 2006 merluza blanca (387Kg); en 2013 langostino (110Kg); en 2015 calamar (49Kg). Si la prefectura no puede controlar la pesca ilegal dentro de la ZEE, a los transbordos y en la plataforma continental extendida argentina más allá de las 200 millas evitando la pesca de arrastre de fondo por parte de buques extranjeros, hay que transformarla en una fuerza capaz de hacerlo. Hoy no lo hace ―por más spots de TV― y, el caso testigo “Merluza Negra” se muestra su ineficiencia e ineficacia.

Los observadores e inspectores. ¿Dónde estaban o a quién respondían? No es posible pescar 163 toneladas de Merluza Negra en un solo lance. ¿No sabían estos funcionarios que el buque no tenía cuota y que se capturaban juveniles? ¿Tal vez confundían la especie o no estaban capacitados? En los ambientes portuarios se dice que “el sistema funciona de otra forma”, como suele ocurrir en la inspección de un local, pero en el mar.

SENASA, AFIP y Aduana. El día que se crucen los partes de pesca, se inspeccionen a “cara de perro” los desembarques y no haya sustituciones o las balanzas estén desequilibradas, los transportes, los ingresos a las plantas procesadoras o los transbordos, se controlen en serio los stocks de cámaras, se analicen los rendimientos de productos terminados a bordo y en tierra, las materias primas que circulan por plantas fasoneras y cooperativas, los consumos internos y la exportación y, todos los productos circulen certificados, las estadísticas serán otras. En este caso, de la Merluza Negra, pero también importante es la relación merluza común-langostino; SENASA ya debería estar coordinando un operativo conjunto de los tres organismos para verificar las toneladas de Merluza Negra que están depositadas en las Cámaras Frigoríficas y cuántas de éstas tienen una talla superior a 90 cm.

A SENASA y a las delegaciones de la Subsecretaría de Pesca habría que agregarle que su descrédito y la falta de confianza internacional en estos organismos genera la dependencia del país en certificadoras extranjeras.

El pescado se pudre por la cabeza. Todo está por hacerse, que sea antes que se lo lleven otros.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Presidente de la Fundación Agustina Lerena. www.cesarlerena.com.ar