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“ES LA TORMENTA QUE LLEVA AL PUERTO…”

Grl Heriberto Justo Auel*

Adrián Grünberg y Daniel Obligado, los jueces que sobreseyeron a Cristina Kirchner 

“El que engaña con un juramento reconoce que teme a su enemigo,

pero piensa poco en Dios”.

Plutarco -46/120 d.C-

1. El principal riesgo estratégico de la Argentina: la pérdida del Estado.

Cuando tomamos conocimiento del reciente fallo en la “Causa Hotesur/Los Sauces”  vino a nuestra memoria la frase del Libertador en el momento en que, postrado en el dormitorio de su hija pasaba a la inmortalidad diciendo: “Es la tormenta que lleva al puerto…”.

Los dos jueces prevaricadores del TOF Nro. 5 —Adrián Grünberg y Daniel Obligado— se “han llevado” lo que quedaba de la Institución Judicial. La Argentina llegó —con este aberrante hecho jurídico/político— al estadio de “Estado Fallido”[1].

Grünberg formó parte del TOF Nro. 1 hace ocho años, ante el que comparecí como “testigo de conceptos” en la causa “Plan Cóndor”. A través de las numerosas y desacertadas preguntas que me formulara me apercibí que, solamente quien simpatizara con el “terrorismo revolucionario” podría formular palabras tan capciosas y demostrativas de una actitud impropia y suspicaz. Ahora nos enteramos que, junto a Obligado, pertenecen a la zafaroniana “Justicia Legítima”[2].

Son “jueces militantes”. No debe extrañarnos la conducta de estos pseudo jueces que —muy probablemente— no tengan conciencia de la gravedad institucional de sus actos. Como bien lo expresara el griego Plutarco de Queronea hace dos mil años, estos togados —a los que hay que agregar al felón Bava— son “perjuros que piensan poco en Dios” y menos aún en el cansancio de “los buenos”, frente a los hipócritas.

Desde su creación —en 1986— el IEEBA insiste permanentemente que el “riesgo estratégico” central de la Argentina —en sus posguerras— es el de la pérdida de sus Instituciones Constitucionales, es decir, el de su ingreso a la categoría de “Estado Fallido”. El “entrismo revolucionario” en los partidos tradicionales había permitido que —en reiteradas oportunidades— “montoneros” y el “erp” llegaran al poder, encubiertamente.

Con los kk lo han hecho desembozadamente, porque la situación actual les impide el sigilo de otros tiempos. El presidente revista en los directorios del Foro de San Pablo —FSP[3]— y del Grupo de Puebla —GP[4]—. Este último —de reciente creación— constituye el apoyo político internacional del FSP que, como organismo privado internacional, planifica y dirige el proceso revolucionario continental iberoamericano.

El pasado miércoles 1º de diciembre, el GP inició su “7mo. Encuentro” en la Ciudad de Méjico con el objetivo expreso de “frenar el desembarco fascista del neoliberalismo” en la región, según nos hace saber “Página 12” de esa fecha.

La licuación del Estado Argentino se inició —subrepticiamente— en diciembre de 1983, con la destrucción de su núcleo duro: las FF.AA. y del Sistema Judicial. Este último, en su rama Federal Penal, fue el seleccionado para inhabilitar a aquellas.

Casi cuarenta años después, esa misma justicia “tuerta” —ocupada por “militantes revolucionarios”— sirve para sobreseer o procesar —según convenga— a quienes puedan obstaculizar el camino para alcanzar sus objetivos, que son los mismos que persiguen desde el momento en que iniciaron su “invasión” por las quebradas del Norte de nuestra Patria: el reemplazo de la Constitución Nacional y la toma del poder.  

Dicho proceso de “guerra civil revolucionaria” —1959/2021— queda descripta y comentada en los ensayos de IEEBA: ver 1) a 20). Cursamos —en el 2021— la 5ª Campaña desde el momento —1974— en que fueran movilizadas las FFAA y enviadas al “aniquilamiento” del enemigo interno, sin entregarles las bases ético-jurídicas para determinar claras “reglas de empeñamiento”.

En 1989 se produjo el último asalto revolucionario armado —en el intento de tomar al cuartel de “La Tablada”—. Desde entonces y hasta el día de hoy —han transcurrido 32 años— vivimos un “estado de guerra interno”[5] totalmente desconocido por nuestros conciudadanos, pues el sigilo revolucionario ha permitido evitar el tratamiento público de las causas de nuestra grave Inseguridad Nacional, a pesar de los miles de muertos que esta ha acumulado en las últimas décadas.

La pandemia y su correspondiente cuarentena “eterna” y la llegada de los “libertarios” —en las últimas elecciones— con su temible lenguaje duro y descarnado, hicieron caer los velos de quienes encubren al citado “estado de guerra”: “los transversales”, “las palomas” o “progres de izquierda y de derecha”. En los próximos días los conoceremos con nombre y apellido, pues serán los que intentarán evitar que la Dra. Victoria Villarruel ocupe su banca en Diputados. Desde ella Victoria nos hará conocer, oportunamente y uno por uno los secretos blindados por los cobardes revolucionarios, disfrazados de corderos.

La demoledora acción destructiva del Estado Nacional, Provincial y Municipal se realizó principalmente desde el Estado mismo, particularmente cuando la socialdemocracia ingresó —con el “gramscismo”— en la cultura argentina, relativizando valores y principios que licuaron a la familia y a las sanos usos y costumbres heredados de nuestras tradiciones cristianas.

La Argentina sin proyecto, con su Estado Nacional “fallido” —con sus Instituciones Constitucionales vaciadas— enfrenta a los dos próximos años con un Poder Ejecutivo sin autoridad y sin poder, un Poder Legislativo inhibido y un Poder Judicial desquiciado. La sociedad tiene por delante un progresivo caos social, un desastre económico y una inseguridad rampante. Su única esperanza es que a fines del 2023 podría cambiar el rumbo.

¿Estaremos en condiciones de transitar —ese largo y conflictivo período— sin firmes liderazgos políticos y con manifiestas fragmentaciones en las actuales coaliciones electorales, incapaces de enfrentar los grandes desafíos y transformaciones estructurales que la situación exige, cuando llega la hora de gobernar?

2. No hay salida de la crisis-decadencia argentina sin retomar el camino de la verdad.

La doble situación de posguerra que vivimos no ha tenido el más mínimo tratamiento público por parte de nuestros dirigentes políticos y sociales. Consecuentemente la sociedad no ha asumido las naturales derivaciones de esos dramáticos hechos sociopolíticos. Contrariamente, nuestros enemigos de ayer y de hoy que estudiaron detenidamente nuestro colapso, continúan explotando sus éxitos estratégicos con dividendos cada vez mayores.

Es este un extraño fenómeno sociológico, pues la norma en la Historia Militar Universal es exactamente la contraria: los países que sufren derrotas en las guerras, encuentran en ellas la energía para el resurgimiento.

Entendemos que la razón de esta excepción argentina se debe a la naturaleza de nuestra crisis-decadencia, que tampoco ha sido considerada por nuestros intelectuales —en su gran mayoría permeados por las ideologías de izquierda— ni en los trabajos de investigación de nuestras Universidades. El hombre de a pie está convencido que nuestro problema central es el económico-financiero y así lo interpreta la “dialéctica materialista” que difunden —consciente o inconscientemente— los formadores de opinión.

Las consecuenciasde nuestra crisis-decadencia centenaria son socioeconómicas, pero su origen es cultural y político. Intentar salir de esta situación cada vez más grave, sin entender su naturaleza, como hasta ahora lo hemos hecho, es imposible. ¿Seguiremos intentando encontrar al Ministro de Economía que haga un milagro? Deberíamos intentar un nuevo camino, pues estamos girando en ciclos, cada vez más cortos, alrededor de un punto 0.

Han aparecido últimamente algunos discursos que tienden —por necesidades prácticas en la conformación de las alianzas políticas— a plantear la exclusión de quienes manifiestan una moral dudosa o doble, pero entendemos que hay que ir mucho mas allá. La moral está relacionada con el “comportamiento” humano en la vida social, pero lo que ha sido destruido entre nosotros son los valores que regulan a ese “comportamiento”.

Es la cultura la que nos identifica como Nación y que otorga una ética a la Política.

En la elección del futuro Ministro de Cultura y Educación se debería tener en muy en cuenta esta situación, que le da una prioridad e importancia no observable en los últimos tiempos. La recuperación de la credibilidad de la Argentina está relacionada con la recuperación de su cultura identitaria. Esta es una condición —“sine qua non”— de la recuperación socioeconómica.

La pretensión de Ella de convertirnos en “aliados estratégicos” de China entregando la energía, los transportes y puertos como moneda de canje, para lograr un salvataje económico —luego de haber aniquilado las finanzas propias— que conlleve la adopción del “modelo de Xi Jinping” y así alcanzar su desesperada absolución penal, demuestra la más absoluta ignorancia política de Ella y de los siervos del instituto patria.

China tiene otra cultura asentada —en otras religiones— ajenas al Occidente Cristiano. Podemos ser socios comerciales con los chinos, pero dar el salto de garrocha a otra cultura y a otra órbita de seguridad estratégica en estos momentos de alta conflictividad mundial, es absolutamente inviable. ¿Qué haría Buenos Aires si se agrava la situación estratégica Washington/Moscú por la eventual ocupación rusa de Ucrania? Beijín honraría sus Tratados con Moscú y ello arrastraría a sus aliados estratégicos, incluyendo a Buenos Aires.

La ignorancia y la improvisación de los kk, pareciera no tener límites. Sin embargo, debemos enfrentar a los dos próximos años soportando al gobierno que padecemos. Mientras tanto, la pequeña política kk trabajará sin descanso para lograr los acuerdos con el “palomar progre” que le permita sobrevivir, como lo hizo hasta hoy. Lo acaba de expresar —en sus términos— el GP reunido en Méjico, orientado por el “canciller en las sombras” de nuestro gobierno, el chileno Ominami —MEO—, candidato perdedor serial en las elecciones trasandinas.

Una reacción rápida y oportuna de las Cámaras y de la Corte sería indispensable para reparar los últimos escandalosos fallos judiciales y mejorar nuestra actual situación de “Estado Fallido”, permitiendo así un posible y dificultoso tránsito hacia el renacimiento de la Patria. No hay salida de la crisis-decadencia argentina sin retomar el camino de la verdad.

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Referencias

[1] Estado Fallido: es aquel que no puede garantizar su propio funcionamiento o los servicios básicos a la población. Eso puede deberse a que ha perdido el monopolio de la fuerza, sufre un vacío de poder, legitimidad disputada, instituciones frágiles o carece de capacidades y recursos para satisfacer las necesidades esenciales de sus ciudadanos, entre otras causas. Se mide el fracaso de un estado con los siguientes parámetros:

  • Corrupción política e ineficacia judicial.
  • Sobrepoblación y contaminación.
  • Altos niveles de criminalidad e inseguridad ciudadana.
  • Altos niveles de informalidad, pobreza y pobreza extrema.
  • Crisis económicas, inflación y desempleo.
  • Fuga de talentos (emigración altamente cualificada).
  • Bajos porcentajes de personas con educación superior.
  • Gran parte de la población con la primaria y/o secundaria
  • Pérdida de control físico del territorio o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza.
  • Incapacidad de responder a emergencias nacionales.
  • Vulnerabilidad frente a desastres naturales.
  • Incapacidad para suministrar servicios básicos.

Incapacidad para interactuar con otros Estados, como miembro pleno de la comunidad internacional.

[2] Justicia Legítima es una rama del “kirchnerismo” que opera dentro del Poder Judicial, según directivas que parten el instituto patria. Su presidente es la exfiscal Cristina Caamaño, titular nada menos que de la AFI del actual gobierno.

[3] Foro de San Pablo (FSP) es un foro de partidos y grupos políticos de izquierda iberoamericanos desde reformistas centroizquierdistas hasta organizaciones activas de izquierda revolucionaria de Iberoamérica. Fundado por el PT —Lula— y Fidel en São Paulo, en 1990. De acuerdo con sus fundadores el Foro fue constituido para reunir esfuerzos de los partidos y movimientos de izquierda para debatir sobre el escenario internacional post caída del Muro de Berlín, con el objetivo de combatir las consecuencias del neoliberalismo en los países de Iberoamérica y el Caribe. Los miembros iberoamericanos del FSP tienen voz y voto. A los encuentros del Foro asisten también partidos y movimientos sociales de izquierda de otras regiones del mundo —Europa y Asia— los que solo tienen voz, pero no voto (aunque sí votan en las comisiones especiales).

La elección de Hugo Chávez en 1998 en Venezuela representó la llegada al poder del primer gobierno de izquierda en muchas décadas en Latinoamérica y el primer gobierno de un partido miembro del FSP, después de Cuba. Le siguió el triunfo de Lula en 2002 en Brasil, luego Tabaré Vázquez del FA en Uruguay en 2004, E. Morales por el Movimiento al Socialismo en Bolivia en 2005, M. Bachelet del Partido Socialista de Chile en 2006, R. Correa por A P en Ecuador en 2006, D. Ortega por el FSLN de Nicaragua en 2006, F. Lugo por la A P C en 2008, J. Mujica por el FA en Uruguay en 2009, M. Funes del FMLN de El Salvador en 2009, D. Rousseff por el PT de Brasil en 2010, O. Humala por el PNP en 2011, Nicolás Maduro del PSU de Venezuela en 2013. Todos ellos apoyados por los petrodólares venezolanos, se adscribieron al Socialismo Siglo XXI y al FSP. La Argentina ingresó al Foro con Néstor Kirchner —2003/2007—, pero lo hizo de modo encubierto. Cuando asumió Cristina Fernández la relación se hizo más abierta y cuando llega el actual gobierno su política exterior evidencia un compromiso total con el proceso revolucionario relanzado en 2019.

Revistan oficialmente en el FSP, las siguientes organizaciones argentinas:

[4] Grupo de Puebla (GP): representa una corriente que aspira a liderar y reunir al pensamiento progresista en América Latina, con elementos actualizados del Foro de São Paulo y de la Unión de Naciones Suramericanas —Unasur—. Fue creado en Puebla —Méjico— en julio de 2019 por treinta líderes de doce países de la región. Respaldan reformas estructurales al sistema de organización constitucional de los países; tienen una postura muy definida respecto a la injerencia de otros países, rechazan los pedidos del Grupo de Lima y de la Organización de Estados Americanos (OEA) para invocar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en Venezuela, el cual permitiría una intervención militar. Los argentinos que participan y lo integran son:

El Grupo de Puebla concluyó su cumbre con la presentación de un «modelo de desarrollo solidario», que seguramente Gómez Alcorta traerá al país. La vicepresidente argentina ha tenido participación permanente en las actividades del FSP y del GP, pero no aparece formando parte de sus directorios. Adopta la actitud de permanecer las sombras, como el que practica después de sus derrotas electorales.

[5] Estado de Guerra Interno (EGI): es la situación jurídica o de hecho que vive un país que no ha cerrado una guerra civil —en nuestro caso contrarrevolucionaria—, en la que el agresor cesa con la acción armada, pero retiene “una actitud hostil manifiesta” frente a las constituciones liberales, el capitalismo y la división de poderes de la República, ataca a la libertad, en sus diferentes expresiones y retiene una posición hipócrita de doble o triple discurso, mientras destruye a la propia identidad, a la economía y a las reglas de convivencia. Actualmente —después del fracaso del Socialismo Siglo XXI— adoptó el vago nombre de “Progresismo” y en la 7ª reunión del GP fijó como enemigo al “neoliberalismo”.

 

TRAVIATA

Juan Martín Perkins

El pueblo se come todos los amagues.

En un video de los años 80/90 que circuló por las redes durante esta semana, el periodista Bernardo Neustadt entrevista al líder montonero Mario Firmenich y cuando hablan sobre el asesinato del ex presidente Aramburu después de su secuestro y etapa de cautiverio, Firmenich interrumpe al periodista y lo corrige: “No fue un asesinato, fue un ajusticiamiento”.

Tuvo su correspondiente juicio, se lo declaró culpable y fue ejecutado por decisión del pueblo que lo sentenció”.

La cámara toma un primer plano de la cara de Firmenich expresando su descargo y endosando al pueblo toda la responsabilidad. Lo hace con total frialdad y control de la situación, ante el periodista más avezado y atrevido de la época, que no repregunta.

Reflexionando después de ver a Firmenich y atento a todo lo que ha venido pasando desde antes del “operativo independencia”, ¿se podría seguir justificando las aberraciones responsabilizando alegremente al pueblo?

No me cae nada simpático Firmenich, es más, me indigna que se pasee impunemente siendo un asesino, pero gracias al relato, el curro de los DDHH y la indiferencia del pueblo, Firmenich se ha quedado con el monopolio de la razón y la justicia.

El pueblo hoy, sigue dictando sus “ajusticiamientos” cuando convalida con el voto al socialismo por el que Firmenich ponía bombas matando inocentes, cuando vota por candidatos que adscriben exclusivamente al relato de Firmenich, Verbitsky, madres, abuelas, maestros, intelectuales, medios de comunicación, etc…

El pueblo se come todos los amagues, especialmente la clase media acomodada que entregó sin chistar sus hijos al relato, sirviéndolos a un sistema educativo que los adoctrina y les mata el espíritu crítico.

Un querido amigo me cuenta que su hija tiene que obtener una nota alta en el colegio (privado) para calificar e ingresar en determinada universidad. La profesora que dicta la materia y toma la prueba es kirchnerista y el tema es “la dictadura”, por lo tanto, la llave para obtener un 9/10 es tener respuestas fieles y acordes al relato kirchnerista… ¿y qué querés? Lo que importa es pasar… y disimularte dentro de la post verdad.

Viene de años y años en los que nadie cuestiona nada. ¿Para qué? Nadie sabe ni pregunta sobre los bombardeos a Plaza de Mayo… ni los peronistas saben cuántas víctimas hubo ni por qué murieron…

No interesa porque ardieron las Iglesias, quién se robó el cadáver de Eva, quién cortó las manos de Perón, quien asesinó al padre Mujica, quien dejó a Ignacio Rucci como una Traviata… ¿A quién le puede importar si hay 2.000 viejos presos políticos sin condena pudriéndose en los calabozos con el alma seca?

Un amigo, de esos que no fallan, dice que nadie combatió en el monte tucumano, y que el ejército dispuso efectivos en la puerta de los cabarets de Tucumán para reducir a los terroristas que bajaban del cerro a buscar putas. Lo dice y no se le mueve un pelo porque cree que todos compartimos la idea de que el operativo independencia fue una joda para showmatch.

Nadie sabe quién fue el Capitán Cáceres y nunca oyeron hablar del “Aquí no se rinde nadie, carajo” del soldado Hermindo Luna.

No es falta de memoria. Es peor, mucho peor. Es nuestro gran y siniestro pecado capital que nos mantendrá en el fracaso y la frustración hasta que entendamos que tenemos que redimirnos de él. No tendremos destino como sociedad hasta que no haya verdad.

Mientras tanto, es justo reconocer que el Malevo Ferreyra hizo bien en volarse la cabeza sentado en la torre del tanque de agua de su finca en Tucumán. Su suerte estaba echada, el curro de la justicia y la orga de DDHH venía por la industria del juicio y las indemnizaciones.

En un punto se juntan el Malevo y Firmenich, tienen razón en que el pueblo ajusticia y condena de forma implacable.

Se come todos los amagues… eso no es gratis.

 

Publicado por Restaurar.org el 28/11/2021, http://restaurarg.blogspot.com/2021/11/traviata.html

A GRANDES MALES, MAYORES REMEDIOS

F. Javier Blasco Robledo*

Imagen de M W en Pixabay

Cada vez somos menos los que vemos e intentamos avisar del grave peligro que se avecina y que ya está llamando a la puerta; de momento no es que sea una debacle completa, pero camino de ello llevamos y pronto se verá porque el futuro no es nada prometedor —de momento, seis meses en Estado de Alarma— para la juventud que tenemos protestando y quemando las calles, en paro, con muy pocas perspectivas y con una deuda tremenda sobre sus cabezas para ser pagada por ellos. En esta ocasión no me voy a referir a esa horrible pandemia que galopa a su albur aunque algunos, muy presurosos por apropiarse todos los éxitos existan o no, presumieron de haberla vencido con tan solo tres meses de confinamiento. Tampoco me refiero a la crisis económica a la que nos enfrentamos en Europa sin estar preparados para ello, con escasa y mal definidas herramientas y con un determinado o variable acierto según sea la ideología, la eficiencia, el número de recursos puestos en juego y las verdaderas intenciones del gobierno que domina o maneja cada territorio con mucho, poco o ningún fundamento.

Me quisiera referir a España, la llamada piel de toro, que ha sido testigo de miles de intrigas, batallas, guerras internas y externas, traiciones, tiempos de gloria y esplendor, miserias, enfermedades y grandes descubrimientos. Esa España, a la que muchos prometen a diario dar su vida, si fuera preciso; pero donde luego, a la hora de la verdad, casi todos miran para otro lado, callan deshonrosamente o se contentan con cualquier disparatado apaño venga o no a cuento.

Una España que hizo una transición modélica y pasó de un régimen dictatorial a la democracia de forma rápida e incruenta. Momentos en los que auténticos hombres de Estado, supieron sentase uno al lado del otro, para codo con codo llevarnos en la dirección que propiciaría el que pudiéramos arribar unidos y de la mano a buen puerto.

Cómo todas las cosas, nuestra Constitución es perfectible y como no, también es moldeable, por mucho que el legislador pensara que lo dejó todo bien atado para que no se pueda jugar con los principios básicos con escuálidas mayorías o por el mero capricho del gobierno de turno. Por lo tanto, y a pesar de muchos intentos de ataques y profundos cambios, con diverso grado de cumplimiento, se puede decir —aunque creo que no por mucho tiempo— aún conserva gran parte de los principales conceptos para una convivencia, limpia y en paz; la mayoría desarrollados en leyes complementarias y orgánicas para poner en claro lo acordado en aquellos sublimes momentos.

Las izquierdas y las derechas lanzaron sus pelillos a la mar, trataron de olvidar tantos malos momentos, tiempos de tenaz enzarzamiento, cuitas, afanes de revancha y recelos provenientes de tres años de combates entre hermanos y tras muchos años de una dictadura franquista de la que, a fuer de ser sincero, debo decir que en lo social, cultural, económico e industrial tampoco fue tan mala ni un mal ejemplo de escandalosos aprovechamientos para saciar ansias sectarias, o de robos y saqueos a manos llenas por doquier sin orden ni concierto, tal y como generalmente ocurre, en otras dictaduras de corte comunista y dictatorial que vacían los bolsillos de todos, arruinan la nación y llenan a los súbditos de zozobra y descontento para salir ellos con el botín corriendo.

La democracia echó a rodar allá por 1978 y parecía que todo iba bien aunque aún quedaban ciertos militares y políticos de extrema derecha quejosos de perder sus privilegios, o que adelantándose en el tiempo, entendieron que de seguir por el camino trazado, acabaríamos como estamos; de nuevo en las dos Españas, divididos entre azules y rojos, llenos de tirria y revanchismo a pesar de que los principales actores que mueven esto, no han sufrido en sus carnes ningún tipo de persecución en un solo mal momento. Sentimientos enfermizos que aunque ahora se tratan de ocultar bajo banderas, recuerdos inventados y cuestiones que no tienen nada que ver, dan mucho caldo o se venden bien entre el pueblo chabacano, poco formado, adocenado y que se contenta con una falacia, una consigna guerra-civilista, una dádiva o hasta con un chusco de pan, siempre que éste sea gratuito, antes que pensar en los profundos valores, el patriotismo, el trabajo en equipo u otros nobles sentimientos.

El fallido golpe de Estado del 23 F fue un aviso a navegantes en los dos lados del encuentro; los unos ante las penas tan graves, tomaron nota, de lo que les podía pasar si intentaban de nuevo cualquier golpe aunque fuera en la modalidad de intento y, por otro lado, los otros convencidos de que el jarabe administrado había tenido su efecto, se dedicaron al legislar aún más para que nadie volviera a intentar, por la fuerza, tamaño esperpento.

Cuando se manosean las leyes y normas, aunque no lo parezca, suele ser para adaptarlas al capricho del legislador y se termina en algo bastante alejado de los primigenios conceptos, por lo que si tras un detallado plan, se tocan todos los pilares del Estado, es muy fácil llegar a una situación próxima al derrumbamiento. Alguien un día proclamó “Montesquieu ha muerto y a España a este paso no la va a reconocer ni la madre que la parió”. Peligroso y oscuro personaje que aún no sabe el daño que se infligió con tamaña hazaña y que, sin dudarlo, de aquellos polvos vienen ahora estos lodos en los que retozan a su gusto y acomodo la mayor parte de los pilares porque, desde entonces y ahora aún mucho más, se dejaron y dejan avasallar y no mostraron enérgicamente su resistencia a la penetración, profundo malestar y descontento.

Han ido pasando los años y casi todos los gobiernos, para sustentarse en el poder a su modo y conveniencia, han realizado todo tipo de vergonzosos pactos —la mayoría contra natura— que han causado un mal tan grave e irreparable a la salud de España, por lo que ahora es imposible recuperar tanta cesión y nuestro país se ha convertido en una serie de reinos de taifas donde cada uno va por su lado, a sabiendas de que el gobierno es débil, se esconde ante la responsabilidad, deja hacer a los demás para que nadie le pase cuentas y que además, al estar apoyado en lo peorcito que existe en la Cámara, son dichos partidos regionalistas, separatistas, comunistas y filo terroristas los que de verdad, y a las claras, rigen los designios de la Nación, incluso, como recientemente se ha visto, en los peores momentos.

España, a pesar o por ser el Estado más longevo de Occidente, es tierra muy propicia al golpismo y al levantamiento contra todo aquel que se pueda considerar como invasor u opresor. Nuestras tierras catalanas, levantiscas donde las haya, no han querido dejar de protagonizar sus levantamientos en este periodo político de referencia y por ello se montaron su propio 1-O. Pero en esta ocasión, como la mayoría son socios o sustento del gobierno actual; por lo que este sin mesura ni recato, ha hecho y sigue haciendo todo lo posible para que aquel golpe de Estado se convierta en una vulgar e infantil ensoñación. No contentos con aquello, por ahí andan a trancas y barrancas dándole vueltas a la fiscalía (controlada por el gobierno, Sánchez dixit) y aprovechando las enormes ventajas que el nuevo y larguísimo Estado de Alarma les ofrece para buscar impunemente un vulgar y torticero acto de amnistía para darle salida a todo malhechor implicado en aquel sucio y nefasto evento.

En resumen, siguiendo nuestra máxima de ser diferentes a los demás en todo, después de tanto legislar para castigar los golpes de Estado con mayor fuerza que en cualquier país del entorno a fin de evitarlos en casa; pero, con un simple cambio de timón y en función de quien hayan sido los protagonistas, pretendemos pasar a ser más laxos que nadie porque nos lo exige el guión político de este momento.

A la vista de los pocos o escabrosos resultados de las implicaciones jurídicas o juicos propiamente dichos en recientes casos donde se han visto implicados políticos famosos, los miembros del poder judicial (tercer y muy importante pilar del Estado) están o van en camino de estar hechos unos zorros. Que la Fiscalía general actúa al dictado del gobierno por pertenencia orgánica y que se haya podido “aparcar” por los pelos y al toque de la campana el ruin intento del gobierno para controlar el nombramiento del CGPJ —aunque ya veremos, finalmente, qué pasa con este estema y con la renovación del TC— se puede colegir fácilmente, pero este poder está al borde de sucumbir en las garras del ejecutivo, con lo que el absolutismo está cercano y será claro y patente con muy pocos miramientos.

Del poder legislativo es mejor no hablar; tras tanto burdo y chabacano espectáculo dado a diario en ambas cámaras, la esperpéntica actuación de hace unos días para la aprobación de la prórroga del Estado de Alarma, sin una mera discusión al más alto nivel, llevada a cabo por aplastamiento enjuagado aparte y presentada por el ministro de Sanidad —abroncando al que sabía que no le iba a votar— sin que interviniera para nada el presidente del gobierno; máxime cuando como consecuencia de la decisión aprobada, el control de la pandemia y de las medidas a tomar durante nada más y nada menos que medio año, quedarán en manos de un organismo interregional que no tiene entidad jurídica para desarrollar un trabajo tan complejo por falta de medios propios, capacidad y fundamentos. Hecho nada baladí porque supone quedarse de perfil para el gobierno, sin ninguna responsabilidad porque los que realmente tomen las decisiones de cerrar ciudades y territorios y en consecuencia, estrangular su economía, serán las Comunidades y mientras tanto, Sánchez seguirá ejerciendo de poli bueno ante las esperadas y crecientes algaradas y saqueos que ya han empezado a surgir al principio de este largo puente en señal del fuerte descontento.

Las fuerzas armadas, además de estar “legalmente maniatadas” por mucho que diga la Constitución, no cuentan con una aguerrida cúpula militar que pueda poner la menor cuestión o pega al gobierno ante tanto desvarío y desconcierto. Ya se ha encargado la Ministra Robles de encabezarlas adecuadamente para lograr sus objetivos a pesar de que están muy envejecidas; muchos de los materiales son muy viejos u obsoletos y de que el gobierno de Sánchez no hace más que bajarles sus presupuestos y aun así, engatusar a los miembros de las FAS en general. La táctica consiste en soltarles caramelitos y hacerles sentir importantes en tareas que realmente son más propias de protección civil que militar y exigiendo un gran esfuerzo a unas menguadas unidades, habiendo millones de españoles en paro cobrando y sin aportar un solo esfuerzo o nada, ni siquiera en tan graves momentos.

La economía cabalga a sus anchas sin orden ni concierto, como pollos sin cabeza en un corral asaltado por una manada de lobos; ya ni los grandes expertos se ponen de acuerdo sobre la mejor y necesaria receta para atajar tan grave agujero, ni en el cómo dedicarse a recuperarla. Por lo que se ve, en el exterior, todos los países, sin excepción y en función de sus propias capacidades, han optado por bajar impuestos y proporcionar a fondo perdido ayudas masivas a las personas, empresas y a los sectores en peligro de cierre o extinción. Aquí, además de fiarlo todo al muy repetido maná que llegará de Europa con cuenta gotas y en varios años, no es así, sino todo lo contrario; a pesar de lo tantas veces dicho y prometido, a todos nos van a sablear a impuestos tengamos trabajo o no; algunos sectores o pequeñas empresas contaran con préstamos ICO sí, es que merecen su aprobación; préstamos, que más pronto que tarde se tienen que devolver con independencia de haber vuelto a la activad plena no. No hay campañas masivas de protección a los sectores más importantes cómo el turismo y todos los sectores anejos, la hostelería o la automoción, salvo pequeños parches que muchas veces se quedan en solo promesas y que en ningún caso son suficientes para salvar al completo ningún sector. Muchos de los ERTEs, y máxime tras este segundo confinamiento, se convertirán en EREs con lo que aumentará enormemente el paro a pesar del espejismo de ese manoseado “rebote” que no recuperación del PIB en el tercer trimestre del que dudo mucho de su realidad y mantenimiento en el tiempo y todo apunta a que los datos adelantados por el gobierno sean solo una estratagema para calmar el previsible descontento.

Con la justicia estando como está, la economía por los suelos y tratando de recuperarla en la dirección equivocada, las fuerzas armadas amansadas y distraídas en sus nuevas tareas domésticas, las Cortes y el Senado dominados por diversas coaliciones y pactos, el incondicional apoyo de los empesebrados y bien pagados medios y redes, con una buena y efectiva campaña propia de propaganda constante y con una población a la que se le ha helado la sangre, adocenada y bien instruida para la causa tras años de adoctrinamiento en todas las aulas de España y a la que le que parece ser más rentable esperar a la dadiva que le llegue del gobierno, que salir a calle a protestar en busca de un puesto de trabajo y el pan justamente ganado con el sudor de su frente; solo nos resta esperar que a España la salve la clase política, aquella, que por cierto, es la principal culpable de que estemos en esta grave situación de desconcierto.

Sánchez ha sabido embridar, a pesar de sus declaradas pesadillas de antaño, a los populistas y comunistas en su gobierno socialista duro; unos y otros haciendo los justos ascos y remilgos han sabido obtener el apoyo de separatistas, independentistas y filo terroristas, cuyos votos les garantizan la continuidad del gobierno, por lo que solo le puede hacer sombra la mal llamada oposición de centro-derecha. Un árbol reseco lleno de inexpertos grillos donde cada uno quiere cantar e ir en su propia dirección. Un inexistente grupo que se asemeja más a un avispero con tres avispas reinas donde, realmente, solo reina la confusión, la zancadilla y el mal ejemplo.

Tenemos a Ciudadanos —un partido residual en camino a desaparecer para siempre como algunos que le precedieron en el mismo espectro— en manos de una oportunista que abandonó a los catalanes tras haberles engañado en las últimas elecciones regionales y que aterrizó en Madrid a hacerse cargo de los despojos de lo que el señorito Rivera dilapidó por su mala gestión mientras se dedicaba más a preparar su nuevo nido de amor que hacer política de verdad y coherente. La señora Arrimadas ha perdido el Norte y desde su llegada a la capital decidió cortar todas las amarras existentes y quedarse de utillero de Sánchez para pasarle el estoque, el capote, la toalla o el botijo cuando el maestro lo necesite y aunque este, no se lo demande. Un partido de usar y tirar con el que Sánchez juega al gato y al ratón haciéndoles ver que, de vez en cuando, aparenta tomar en consideración lo que estos le proponen, para que se sientan contentos y justifiquen ante su escasa audiencia sus “extraños derroteros” totalmente fieles a un cada vez más irreconocible PSOE para, irremisiblemente y a continuación, dejarlos olvidados en cualquier cuneta tras un par de momentos.

Luego en el ranking progresivo aparece a Vox, un partido de mucho ruido y pocas nueces, nacido principalmente por escisión del PP que pone en cierto el dicho aquel que dice que “no hay peor cuña que la de la misma madera”. Arrogantes desde su fundación, prepotentes y rayanos en muchos momentos en asuntos y temas de anticonstitucionalidad y otras perlas poco bien recibidas en la sociedad, máxime con la sensibilidad que existe a nivel mundial sobre temas referentes al sexo humano, la raza y las relaciones entre las personas. Un partido que, al puro estilo del partido de ultra derecha —actualmente rebautizado para edulcorarlo “Agrupación Nacional” de Marine Le Pen en Francia— desprecia e insulta a todos, incluso y con más ardor, si cabe, a los que deberían ser sus compañeros de bancada, aunque luego, incomprensiblemente, tiene la piel muy sensible cuando alguien les paga con su misma moneda por tener creído que ese era su campo y su uso de exclusivo mérito.

Por último, nos encontramos con el PP de Pablo Casado, un partido que tras haber gobernado bastantes años con determinados aciertos en la arena económica, también ha heredado muchas y grandes cantidades de aguas turbulentas y hasta en algunos casos bastante fétidas lo que les ha llevado a dilapidar gran parte de sus seguidores y credibilidad. Acosado, como todos por la corrupción, pero con la diferencia de que a la suya siempre se le magnifica por irrelevante que sea y nunca se les perdona. Arrastrado del poder por una mal intencionada moción de censura, elaborada a varias manos y basada en una improcedente sentencia, y ansioso de mostrar su amor a España, su verdadera identidad, así como su valía y capacidad de renovación; dispuesto y preparado a sacar, por tercera vez, a España del enorme agujero económico en el que los socialistas nos metan por actuar sin orden, rectitud ni concierto.

Las fuerzas entre estos dos últimos partidos están bastante equilibradas, suelen ser persistentes en su permanencia e intención voto. No obstante, aunque es más que posible que no todos sus votantes entiendan un acercamiento entre ambos para hacer una gran coalición de derechas, sigo pensando firmemente ,y creo no ser el único en hacerlo públicamente, que los tiempos pasados difícilmente volverán, la población está muy fragmentada, amachambrada y cabreada por lo que mientras estos dos partidos con sus líderes a la cabeza, no bajen sus humos, pueriles diferencias o inútiles exigencias y se pongan a la tarea de unirse en una única alternativa de amplio espectro de derechas, nunca seremos capaces de vencer a esta maléfica coalición social-comunista y asociados que nos lleva derechos y de cabeza a una especie de absolutismo social-comunista que puede tener un final muy trágico para España, de los que sobre todo, en América latina tenemos muchos y graves ejemplos de los que nunca pensamos que pudieran llegar a florecer, pero que en pocos años, han traído el caos y la ruina a varios ricos y emergentes países y se han llevado por delante muchos cientos de miles de vidas y de grandes proyectos.

Allí, en muchos de los casos este problema aún no lo han sabido resolver por ellos mismos y siguen envueltos en asesinatos, hambrunas y persecuciones; esperemos que de nuevo, sea España ejemplo de cómo vencer al comunismo, aunque para esto, precisemos de cierto apoyo europeo.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España.  Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas.

Miembro de la SAEEG.

                                

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