Heriberto Justo Auel*
“El enemigo no es simplemente cualquier competidor o simplemente cualquier socio de un conflicto en general. Tampoco es el adversario privado a quien uno odia. Un enemigo existe sólo cuando, al menos potencialmente, una colectividad de personas en lucha se enfrenta a una colectividad similar. El enemigo es únicamente el enemigo público, porque todo lo que tiene relación con tal colectividad de hombres, particularmente con toda una nación, se vuelve público en virtud de tal relación”.
Carl Schmitt. 1888/1985
La creación de la “grieta madre”.
Mucho se ha dicho acerca del “relato” (1) o “narrativa” (2) o “falacia” (3) creadora de nuestra “grieta social / grieta madre” (4), en las últimas cuatro décadas. Los tres primeros conceptos se han difundido a través de la información pública y la educación —con alta eficacia— conducidos por psicólogos sociales, que les dieron origen. Nosotros nos inclinamos por llamar “falacia” —a este avieso accionar de la política menuda— pues se trata de una manipulación cerebral de la sociedad que busca su engaño, intencionadamente.
Con referencia a la “grieta social / grieta madre”, colegimos que es consecuencia directa de dichas “falacias” que, al sorprender al “hombre de a pie” logra un efecto importante, inicialmente. La realidad situacional —progresivamente, en el tiempo— destruyó al engaño y ello exigió la creación de nuevas “falacias” de reemplazo y así surgieron otras “grietas sectoriales o subsidiarias”.
La ciudadanía reaccionó —lentamente— ante este largo proceso hipócrita y perdió credibilidad la usina de mentiras intencionadas. Pero, siempre hubo y hay un porcentaje de quienes explotan la falsa situación creada: “el espejismo”. Quienes viven de él y dicen creerlo. Además, existen otros extraviados —“los incondicionales/fundamentalistas”— que ingenuamente sacralizan el engaño. Son los aplaudidores de “paladar negro”.
Al “trastocarse” la derrota táctica del terrorismo revolucionario, en victoria política – estratégica —en 1983/84— (5) a través del Decreto 158/83 del gobierno alfonsinista e iniciarse una correlativa acción de pinzas —a través de un proceso psicopolítico de comunicación social desde el Estado— dirigida por el CELS (6), los argentinos quedaron divididos por una “grieta madre” —sigilosa y encubierta— bajo diversas etiquetas que aún imperan, tales como “populistas” y “democráticos”, “peronistas” y “antiperonistas”, “kirchneristas” y “antikirchneristas”, “progresistas” y “conservadores” o —para unos pocos— la etiqueta más precisa: “castro-chavistas” y “macristas”.
Como lo señaláramos en el párrafo anterior, “este proceso psicopolítico” lleva más de cuatro décadas de duración con un significativo desgaste de “credibilidad y confianza” del “proceso” mismo y de sus principales figuras, que han perdido —vertiginosamente en los últimos dos años— el apoyo de la opinión pública.
Las proporciones porcentuales del electorado a ambos lados de la grieta ha trasegado en los últimos meses debido a las torpezas de Tartufo y a la acelerada caída de la economía. El castrochavismo —encubierto como kk— que en las elecciones legislativas —14/11/2021— obtuvo un magro apoyo de 30/70%, siete meses después continúa cayendo al 25/75%.
Tartufo no cumplió con el objeto para el que fue contratado —la absolución de Ella— y la apertura de los juicios orales y públicos han comenzado con la enjundiosa “Causa Vialidad”, coincidiendo con una agudización de la situación socioeconómica. Ello ha motivado el pase de Massa al Gabinete Nacional —para llegar al 2023—. Lo hace con el evidente apoyo de Washington. La situación estratégica iberoamericana —contraofensiva revolucionaria mediante (7)— no admite la temprana pérdida de la Argentina y así lo ve el Comando Sur de los EE. UU. —Pentágono— y el Embajador M. Stanley —Secretaría de Estado—.
En la semana en la que ocurrieron estos acontecimientos, recibimos —por vías alternativas— nuestra declaración “consolidada” —como “testigo de concepto” ante el TOF Nro. 1— en la “Causa Plan Cóndor” —hace unos diez años— y —simultáneamente— un trabajo desarrollado por un investigador del CONICET —el Dr. Gerardo Tripolone— titulado “El camino de ida hacia el Soldado-Policía. Carl Schmitt, la defensa nacional y la seguridad interior”.
El joven investigador ingresa en él a un tema central y actual de la Polemología, pero lo hace —exclusivamente— desde la perspectiva del Derecho Internacional Público. La revisión de ambas publicaciones —y Nancy Pelosi jugando a la ruleta rusa en Taiwán— nos llevaron a las presentes reflexiones, que volcamos bajo el título del presente ensayo.
Concluye el Dr. Tripolone que: “Aunque el jurista alemán bregó contra la confusión guerra y acción policial, no es posible hallar en su obra alternativas para detener el proceso de indistinción”. La confusión —que aún existe entre nosotros— se encuentra —en nuestra perversa legislación— en la indistinción entre “agresión estratégica” y “delito común”. Nuestros legisladores/estrategas se evadieron -creativamente- por la Geografía.
Hasta 1947 la primera era responsabilidad de la Defensa y el segundo de la Seguridad Pública. Hoy se han incardinado y las guerras asimétricas internas son “híbridas”. Los chinos les llaman “irrestrictas”. Exigen transformaciones legales y orgánicas de la Seguridad Nacional de los Estados para habilitarlos en la construcción de una “Gran Estrategia” y así disuadir o aplastar al complejo agresor. Nuestra propuesta -al respecto- la enunciaremos en el punto 4.
Los espejismos (8) emergentes de las “falacias políticas”.
Las falacias humanas “constituyen ´mitos´ que adopta una cultura para asegurar su supervivencia. No son errores intelectuales, sino conductas funcionales que afirman ´creencias´ o ´necesidades de engaño´” (9). Por lo menos dos generaciones de argentinos fueron formadas en el ámbito falaz de una “memoria tuerta”, que reemplazó a los más elementales conocimientos históricos de nuestra Patria.
Lo comprobamos como profesores en las facultades de Ciencias Sociales de universidades nacionales y privadas. Las víctimas de los “espejismos emergentes” eran —y aún lo son— nuestros alumnos, carentes de los conocimientos más elementales relacionados con su formación como ciudadanos argentinos Fueron intoxicados por ideologías que fracasan día tras día y que provocan actualmente una reacción juvenil positiva, en busca de la verdad.
Pero hubo y aún hay otras consecuencias —mucho más graves por su trascendencia política— que nos llevó a la actual vergonzosa “grieta” y a la situación decadente que nos envuelve. Los derrotados en el terreno de la acción —a partir del 10/12/1983— se victimizaron. La falacia fue cuidadosamente administrada para que la sociedad asumiera que el “terrorismo de Estado” —en manos de “represores y genocidas uniformados”— había “desaparecido a una juventud idealista”, avasallando sus “derechos humanos” para imponer una “sangrienta dictadura”.
Crearon así la “grieta madre” y con ello “otro país”, “otra Patria”, otros “héroes”, con un “espejismo falaz” que aún divide a los argentinos.
Andrea Palomas Alarcón -una incansable luchadora contrarrevolucionaria- en “Somos dos Patrias Enfrentadas” (10) dice —con absoluta verdad—:
“Decididamente no soy compatriota de Hebe de Bonafini, ni de Estela de Carlotto. Es algo que he descubierto, que pertenecemos a distintos países. No sólo pensamos distinto, somos de países extranjeros. Tampoco soy compatriota de Garré ni de Verbitsky. No canto el mismo himno que Lubertino, ni mi bandera es el trapo colorado que pusieron en el mástil de la ESMA, cuando las tropas de ocupación de los Kirchner convirtieron esa casa de estudios en una quermese de la media memoria. Toda esta gente no pertenece a mi Patria. Los padres de mi Patria no son Rodolfo Walsh ni Mario Santucho. Mis próceres no son el Che Guevara ni Azucena Villaflor. No me importa cuántas calles, estaciones de trenes o plazas llamen con sus nombres. El padre de mi Patria es José de San Martín, al que le quitaron la guardia de honor de Granaderos que custodiaba la casa donde nació”.
Ya no queda tela para retener a la infame “falacia política” y a su consecuente grieta, que es cada vez más profunda. En estos días hemos sido espectadores de la apertura del TOCF Nro 2 por la causa “Vialidad”. Allí observamos de un lado de la grieta al rostro limpio y a la voz franca de los Fiscales que representan a la Argentina genuina y decente y del otro, la mueca torva, dibujada por la sonrisa de Ella —que intenta ocultar el oscuro rostro del “enemigo” y de un profundo resentimiento atribulado—.
La impunidad de décadas está en tiempo de descuento.
Simultáneamente —con este histórico hecho judicial— Fernando Vaca Narvaja —el consuegro de Ella, antiguo y linajudo terrorista cordobés— hizo una demostración extemporánea de lo que es un “enemigo”, “un irrecuperable enemigo” de los argentinos: un “fundamentalista terrorista revolucionario”.
Además de regocijarse de sus capacidades criminales frente a la estulticia jocunda de un joven “periodista” —formado con el catecismo de la política de los derechos humanos— demostró lo que hemos repetido en casi todos los TTOOFF en los que están siendo juzgados quienes nos defendieron de la agresión terrorista revolucionaria: “la actitud hostil del agresor revolucionario no ha cesado” y por ello retenemos “el estado de guerra civil-contrarrevolucionario”, sostenido por la perversa política de derechos humanos de una pseudodemocracia.
Vaca Narvaja, uno de los principales responsables de la violenta agresión revolucionaria —que ensangrentó al país desde 1959 hasta 1989— se auto percibe “héroe” cuando se compara con su consuegra, sentada hoy en el banquillo de los reos por corrupción: delito de lesa Patria. El terrorista amnistiado, está en libertad, mientras los soldados de la República —que lo vencieron en combate— mueren en cautiverio como “represores”.
Un sinnúmero de inútiles funcionarios políticos deben sus cargos al hecho de que son familiares de estos “héroes” subvencionados generosamente por el Estado, el mismo Estado que ordenó en 1974 su “aniquilamiento” sin dictar las bases ético/jurídicas que les hubieren permitido a las tropas contar con reguladas “reglas de empeñamiento”.
¿Quis Judicabit —Quién Juzga— a quién?
Finalizadas las operaciones militares y derrotados los agresores revolucionarios, es el mismo Estado —desde 1983 en manos del “entrismo ideológico”— quien “trastoca” la victoria argentina y judicializa a la guerra —que niega que haya existido y le llama “genocidio”—, saca a los inculpados de delitos de lesa humanidad —categoría que redefine— de sus jueces naturales y los juzga con jueces legos, leyes “ex post facto” —el Código Penal Ordinario— que considera a la muerte en combate como un crimen y no como una “obligación del soldado” en la guerra. Y todo ello ocurre en el “Estado de Derecho” desde 1983 —con breves intervalos de cordura—, hasta el día de hoy.
Los derrotados en combate juzgan a sus vencedores. Luego de ocupar al Gobierno del Estado trastocaron la derrota en victoria y emplearon a la Justicia Penal Federal para extrañar a las FF.AA., llevando al país a la situación de “Estado Fallido” por carencia de su “núcleo duro”. La sibilina operación fue creada por el enemigo inglés, en colusión con el castro comunismo, actuando como pivote el “perro” Verbitstky.
Tras quince años de duración de esta guerra contrarevolucionaria y victoriosa, en la Argentina no hay veteranos de sus campañas. ¿No es esto extraño? En las calles, plazas públicas o estaciones de subterráneos no hay un solo nombre de los numerosos héroes que defendieron a la Argentina en esa guerra. ¿No es esto extraño? Pues, SÍ lo es.
Es un fenómeno sociológico digno de un profundo estudio multidisciplinario. Funcionó mientras se mantuvieron vivas las sucesivas falacias y sus correspondientes espejismos, hasta que un día ya no se sostuvieron. La abrumadora realidad desnudó al simulacro.
Colapsó el gobierno contratado e implosionó a la pseudo-revolución por corrupción e incapacidad de sus dirigentes. No hubo golpe ni zancadillas. El relevo de Batakis fue en realidad un cambio de gobierno —sostenido desde el Norte— que contuvo una estampida social y que nos otorga un año —o menos— para sincerar las “coaliciones electorales” y construir “coaliciones de gobierno”.
Ello exigirá grandeza y coraje en los lideres —virtudes escasas en los últimos tiempos—.
Una elemental lectura política de las medidas anunciadas por el nuevo Primer Ministro nos indica que “Ella” sigue al mando. “Ventajita” tiene un probado doctorado en “gatopardismo” —por y para lo cual fue cuidadosamente elegido— pero “Ella” no le dará el más mínimo lugar a sus conocidas aspiraciones: viene de la UCD. Esta es una duda que persiste, que recorre el espinel y que podría acortar a los tiempos electorales.
El conflicto con “el campo” sigue estando omnipresente en el manejo de la crisis mayor y en la presente semana la “Mesa de Enlace” tendrá su primer encuentro con el flamante Primer Ministro. Sería de importancia central que la “pampa gringa”, la “Región Centro” —conformada por Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos- trabajen —a nivel de sus gobiernos— de consuno con la “Mesa de Enlace”.
Se conformaría así una masa crítica importante para el decidido ingreso —¿por vía Pichetto-Bullrich?— a una coalición que deberá sincerarse, alijando a sus quintacolumnistas, muy próximos a “Ventajita”, al Foro de San Pablo y al Grupo de Puebla. Son los “progres pacifistas moderados”, partidarios del “partido único”, peligrosos infiltrados gramscianos —palomitas— que impiden los imprescindibles cambios estructurales que exige nuestra crítica situación terminal.
Las “quintas columnas” impiden la PACIFICACIÓN NACIONAL y sin Paz Social, no habrá gobernabilidad ni desarrollo. Ya lo han comprobado —recientemente— quienes no tuvieron consensos internos para los cambios que prometieron. La “Paz y Administración” funcionaron, con otros hombres y en otros tiempos. Hoy estamos en “doble estado de guerra”, sin indicios de resolución.
Los partidos tradicionales, licuados por el “entrismo revolucionario de izquierda” tienen abierta la oportunidad que la misma crisis les otorga para recuperar sus identidades doctrinarias, sus liderazgos generacionales y para aligerar a la rémora.
Las oportunidades no se ven, se perciben. He allí el problema de los “confundidos”.
El terrorista revolucionario: ¿héroe, criminal o enemigo?
Confundir a un “terrorista” con un “héroe”, en el momento actual, sería incurrir en una grave anormalidad. Pero, en el ápice o cenit de la falacia política —en los ´80— la confusión era normal para cierto sector social: eran los herederos y simpatizantes de los terroristas que se organizaron en ONG, “abuelas”, “madres” e “hijos” ¿de héroes?.
No olvidemos a aquel funcionario que, detenido por una falta de tránsito, reprendió a la agente municipal diciéndole: “¿cómo se atreve a señalarme una falta? ¡¡No sabe que soy hijo de desaparecido!! Este joven se auto percibía “hijo de un héroe” y tenía derechos que el Estado le reconocía a través del espejismo en que se vivía, construido desde el propio Estado.
Quien dijera “madre de terrorista” ofendía a las Sras. de pañuelo blanco —aunque fueren reconocidamente corruptas—. Recibían la mayor consideración en toda ceremonia oficial. El tiempo ha quitado los velos y la realidad emergió. Hoy un terrorista es un criminal/enemigo. El Estado —agredido por el terrorismo— tardó demasiado tiempo en definirlo y aún no legisló en consecuencia. La actual legislación de Seguridad Nacional fue impuesta por los simpatizantes de los revolucionaros terroristas.
En los ´70 se habían movilizado las Fuerzas del Estado y se las había enviado al aniquilamiento de un agresor “interno” que aceptaba un mando estratégico externo y el cambio de bandera. ¿Sería considerado “delincuente” o “prisionero” cuando se lo capturara? Esta era una responsabilidad política que no se resolvió en 1974, en la inaudita apertura de la guerra. Aún estamos pagando sus consecuencias (12).
La guerra civil contrarrevolucionaria fue la inspiradora de las futuras guerras híbridas. No la conocíamos y carecíamos de una adecuada respuesta. Los iberoamericanos fuimos el laboratorio posnuclear de las nuevas guerras y nuestras graves carencias polemológicas —explotadas por nuestros enemigos— han detenido en el tiempo a la Argentina.
Los resentimientos y odios sociales —propios de las guerras civiles— trajeron las venganzas de los vencidos y nuestras antiguas crisis políticas la oportunidad de trastocarlas —en el nivel político/estratégico— explotando indiscutibles carencias culturales. Tenemos un gran país y una dirigencia mediocre. Nuestro desafío actual es lograr la PAZ.
Si los iberoamericanos tuvimos y tenemos frente a nosotros a un enemigo revolucionario/internacionalizado —terrorista / criminal / mafioso— la respuesta debe ser estratégica e internacional.
La cooperación regional ha demostrado ser insuficiente. La cíclica asociación, ineficaz. Debemos lograr una alianza duradera de naturaleza política y estratégica a través de un “Acuerdo de Seguridad Colectiva y Defensa Común” con Brasil. A partir del año 2023 las Cancillerías de ambos países, a través de sus respectivos Congresos Nacionales deberían sancionar la “Organización del Tratado del Atlántico Sur” —OTAS— y con él contar con una Gran Estrategia para las naciones iberoamericanas que se adhieran al Tratado.
Daríamos fin a más de medio siglo de una agresión revolucionaria castro-comunista y narcoterrorista irresuelta, que desangra a nuestros pueblos.
La PAX IBEROAMERICANA abriría el camino de la concordia social y del progreso regional.
“El enemigo no es simplemente cualquier competidor o simplemente cualquier socio de un conflicto en general. Tampoco es el adversario privado a quien uno odia. Un enemigo existe sólo cuando, al menos potencialmente, una colectividad de personas en lucha se enfrenta a una colectividad similar. El enemigo es únicamente el enemigo público, porque todo lo que tiene relación con tal colectividad de hombres, particularmente con toda una nación, se vuelve público en virtud de tal relación”.
Citas y aclaraciones
(1). Relato: El término proviene del vocablo latino relātus, con el cual también se ha designado a los cuentos, haciendo énfasis en una extensión mucho más corta que le ha permitido destacarse como uno de los subgéneros narrativos literario más importantes.
(2). Narrativa: Desde los primeros mitos fundacionales y mitologías hasta las producciones literarias, cinematográficas e historietísticas recientes, la narrativa ha acompañado a la humanidad y ha servido de escenario para representar y conservar su pensamiento, sus valores y sus modos de ver el universo.
(3). Falacia: En lógica una falacia —del latín fallacia ‘engaño’— es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionadamente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención, debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha atención para detectarlas.
(4). Grieta: en Argentina es una expresión usual, para denominar una división binaria y maniquea de la sociedad entre kirchnerista y antikirchneristas —surgida en la primera década del siglo XXI— causada por el enfrentamiento político y cultural de revolucionarios/contrarrevolucionarios y caracterizada por una alta dosis de irracionalidad, odio, prejuicio, intolerancia y fanatismo. Para quienes se comportan validando «la grieta» el bando propio es el único que tiene legitimidad, mientras que el otro bando debe ser descalificado de manera completa. Si bien esta concepción de la política ya ha permeado la sociedad argentina casi por completo, su difusión se explica en gran parte por el uso reiterativo que se le dio en los medios de comunicación masiva.
(5). IEEBA / Verdad y Equidad para ser Nación. “Guerra contrarrevolucionaria en la Argentina. Estrategia del terrorismo revolucionario para la toma del poder”. Julio de 2021. www.ieeba.org
(6). CELS: El Centro de Estudios Legales y Sociales es un organismo de conducción de la política de derechos humanos, creado en 1979, promueve la creación de las falacias creadoras de la grieta social principal de los argentinos, entre quienes apoyan consciente o inconscientemente al terrorismo revolucionario y al resto de los ciudadanos que defienden a la República y a su cultura. Se encuentra bajo control del triple agente de inteligencia Horacio Verbitsky (a) “el perro”, terrorista que fuera 2do jefe de la inteligencia de montoneros.
(7). H. J. Auel. “China, Rusia y la Contraofensiva revolucionaria en Iberoamérica”. Mar 22. www.ieeba.org
(8). Espejismo: es ver algo donde no lo hay, es una ilusión óptica que se observa en días muy calurosos y en lugares como los desiertos.
(9). P. Belohlavek. “El origen de las Falacias Humanas”. 2005. 1ra. Ed. – Blue Eagle.
(10). A. Palomas Alarcón. “Somos dos Patrias Enfrentadas”. Ago 22. www.alfinal.com
(11). Gatopardismo: es la filosofía de quienes piensan que es preciso que algo cambie para que todo siga igual.
(12). J. Corrado. “Cuál contraofensiva…la del 2023? 06 Ago 22. www.ieeba.org
* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.
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